Coincidiendo con el medio siglo transcurrido tras su muerte, el Museo Guggenheim Bilbao abre hoy una amplia retrospectiva dedicada a Georges Braque. Será su mayor muestra española hasta el momento (no la primera, el Thyssen-Bornemisza también le dedicó una antología en 2002) y ofrecerá un recorrido cronológico por su producción, desde sus comienzos fauvistas hasta sus últimas series de pinturas, que dedicó a los pájaros, los talleres y a los paisajes de Varengeville: sus trabajos tardíos son precisamente los menos conocidos.
Se exhiben 250 piezas, muchas cedidas por el Centre Pompidou. Entre ellas cobrarán especial protagonismo sus papiers collés y naturalezas muertas con fruteros y veladores como elementos recurrentes, pero también podremos ver fotografías y material documental, buena parte de él inédito.
Como no podía ser de otra forma, la muestra hace hincapié en las colaboraciones del artista con Picasso que darían pie al movimiento cubista, en sus relaciones con la música (además de incluirlos en sus obras, Braque tocó algunos instrumentos, como la flauta, el acordeón o el violín, y mantuvo amistad con Erik Satie), en su inmersión en círculos intelectuales de los que también formaron parte Pierre Reverdy o Carl Einstein, y en sus proyectos como escenógrafo: en los años veinte diseñó para el Ballet de Diaghilev maquetas, figurines y telones.
El proyecto ha corrido a cargo de la directora adjunta del Pompidou, Brigitte Léal.
Pese a la estrecha relación de Braque con nuestro país, sus creaciones no están demasiado presentes en colecciones españolas. Además de con Picasso, mantuvo trato con Manolo Hugué y Juan Gris y con este último compartió su método de trabajo deductivo o idealista, según el cual de las relaciones entre los elementos pictóricos puros (formas y colores) derivaba el tema de los cuadros, porque desde la estructura abstracta de éstos se fundaba, fabricaba y alumbraba el asunto particular que en las pinturas toma vida. Decía Braque: no se debe imitar lo que se quiere crear. No se imita el aspecto: el aspecto es el resultado.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE:
Información relacionada:
Georges Braque en cincuenta objetos
Arte en guerra, de Picasso a Dubuffet
Diaghilev y los ballets rusos: cuando el arte danza con la música