Schiele y Klimt: una amistad en el Leopold Museum

El museo vienés les dedica sendas retrospectivas

Viena,

Solo unos días después de que en el Museo de Bellas de Boston haya finalizado una muestra dedicada a los vínculos entre los dibujos de Klimt y Schiele, el Leopold Museum vienés conmemora el centenario del fallecimiento de ambos artistas dedicándoles sendas retrospectivas.

Klimt nació 28 años antes que Schiele (los mismos que él llegó a vivir), pero esa diferencia de edad no impidió que entablaran amistad (se conocieron en 1907) y que se admiraran y defendieran cuando ambos fueron criticados por motivos semejantes: su escaso miedo a la provocación y su continua apelación al cuerpo como recurso expresivo. El desnudo fue, de hecho, uno de los géneros que más cultivaron ambos, junto al retrato, la alegoría y el paisaje, y los dos trabajaron también siempre desde la inmediatez, si bien en Klimt podemos decir que predomina la delicadeza y, en Schiele, la audacia.

La exhibición de este último recoge pinturas, trabajos en papel y material de archivo y se estructura temáticamente. Nos presenta una renovada imagen del pintor, cuestionando su manida fragilidad para subrayar la confianza en sí mismo que hubo de manejar para romper con las convenciones y también la evolución, poderosa aunque breve, de su trabajo.

Analiza, como decíamos, los asuntos que más le interesaron: la figura ambivalente de la madre, los aspectos tabú de la infancia, la espiritualidad del ser humano y de la naturaleza o las posibilidades del retrato a la hora de poner de relieve la complejidad y las tensiones humanas.

Egon Schiele. Retrato de Wally Neuzil, 1912. Leopold Museum, Viena
Egon Schiele. Retrato de Wally Neuzil, 1912. Leopold Museum, Viena
Egon Schiele. Madre e hija, 1913. Leopold Museum, Viena
Egon Schiele. Madre e hija, 1913. Leopold Museum, Viena

La mayor parte de las obras expuestas son pinturas al óleo y trabajos en papel y el periodo más analizado es aquel en el que Schiele coqueteó con el expresionismo: la primera mitad de los años diez. Predominan sus autorretratos y también sus desnudos femeninos, ampliamente representados en los fondos de este museo vienés.

Además de en esta antología, bautizada como “The jubilee show”, el Leopold también ha homenajeado a Schiele en otra muestra, cerrada hace una semana, en la que ha vinculado su trabajo con el de otros artistas considerados enfants terribles en sus respectivas generaciones: Gunther Brus y Thomas Palme, que también trabajaron con el cuerpo como herramienta fundamental para desafiar tradiciones y hablar del dolor existencial.

Si la Secesión defendió el culto a la belleza, podemos considerar la obra de Schiele como un continuo ejercicio de “desestetización” de lo estético, atendiendo a lo hasta entonces considerado (parece que también hoy, a juzgar por ciertas reacciones a esta retrospectiva) patológico. Encontró fealdad en la belleza y belleza en la fealdad, y concedió categoría y valor artísticos a los rincones íntimos de la anatomía y a los cuerpos enfermos. Sus mayores innovaciones temáticas las encontramos en sus dibujos, a los que, a comienzos del siglo pasado, el público tenía aún un acceso muy limitado.

La retrospectiva dedicada a Klimt hace también hincapié en su evolución, desde su defensa temprana de un historicismo ya tardío hasta su integración en el movimiento de la Secesión.

Su cambio de paradigma y su gestación de un estilo individual se manifestaron, sobre todo, a mediados de la década de 1890, cuando creó los primeros borradores de sus pinturas para el hall de la Universidad de Viena, recibidas con escándalo. Su estilo ornamental y decorativo lo convirtió en el gran referente (y en presidente) de los secesionistas, que desecharon tendencias conservadoras y allanaron el camino al Jugendstil.

Muy admirado por las damas de la burguesía vienesa, que reclamaron frecuentemente sus retratos, conjugó la corrección necesaria en ciertos encargos con representaciones femeninas altamente erotizadas, plenas de sensualidad y simbolismo, como las que forman parte de su Friso Beethoven.

De esta muestra forman parte trabajos de las colecciones del Leopold Museum, la Klimt Foundation y varias colecciones austriacas e internacionales, y también algunos en préstamo permanente en el centro gracias a la generosidad de un descendiente de Klimt, que fue defensor ardiente de que solo el arte, y no las disciplinas prácticas, podía aportar felicidad a las personas.

Si viajamos a Viena, hay alguna cita más para no perderse: la Villa Klimt acoge hasta fin de año la muestra “Klimt Lost”, sobre sus obras desaparecidas, y el MAK presenta “Post Otto Wagner – De la Caja Postal de Ahorros a la Postmodernidad”, una exposición que analiza la influencia de ese arquitecto pionero en las construcciones del siglo XX y XXI” y “Josef Hoffmann-Koloman Moser”, otra muestra sobre los vínculos entre ambos.

Y, en breve, de nuevo al Leopold Museum, llega la fotógrafa Madame d´ Ora, quien, por cierto, retrató a Klimt, en 1908, y también a Picasso, en 1956. Desde el 13 de julio este centro repasará su obra, datada entre el fin del Imperio Austrohúngaro y el de la Segunda Guerra Mundial.

Gustav Klimt. Joven sentada, hacia 1894. Leopold Museum, Viena
Gustav Klimt. Joven sentada, hacia 1894. Leopold Museum, Viena

 

“Egon Schiele. The Jubilee Show”

Del 23 de febrero al 4 de noviembre de 2018

“Gustav Klimt. Artist of this century”

Del 22 de junio al 4 de noviembre de 2018

LEOPOLD MUSEUM

Museumsplatz 1

Viena

 

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