Hace unas semanas os hablábamos de la primera de las muestras temporales inauguradas este mes de noviembre por el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles para revisar sus colecciones desde nuevos enfoques: estaba dedicada a creaciones textiles y rastreaba su evolución desde los sesenta hasta hoy a partir de trabajos de artistas fundamentales del medio y noveles como Grau-Garriga, Teresa Lanceta, Teresa Margolles, Belén Rodríguez o Mercedes Azpilicueta.
A aquella presentación le han seguido otras dos con las que el CA2M nos propone acercarnos a sus fondos (los de la colección de arte contemporáneo de la Comunidad de Madrid y los depositados por la Fundación ARCO) partiendo de otras perspectivas: estas se centran en la performance y en la revisión de la Historia del Arte a partir de sus autoras.
“COLECCIÓN XIX: PERFORMANCE” recuerda que una de las características que distinguen a los museos de arte contemporáneo de otras instituciones culturales es el apelar a los cuerpos de sus públicos, y no solo a sus miradas, y uno de los caminos en los que se vertebran esos diálogos es la performance, que tiene al cuerpo, sus acciones y su temporalidad como eje. Fue en la década de los sesenta cuando comenzaron a gestarse esas nuevas relaciones entre la fisicidad y el arte en las que la primera se constituye como herramienta de crítica y protesta y no como objeto pasivo de representación.
La muestra se inicia presentando las pinturas de Xisco Mensúa dedicadas a la historia del arte de acción, a la conversión de lo íntimo en público y, por tanto, a la introducción del cuerpo en el ámbito de la política. Le siguen pioneros en este campo como John Baldessari, Ana Mendieta, David Hammons o Carolee Schneemann y se hace hincapié en las prácticas feministas y en las desarrolladas por artistas afroamericanos.
Un segundo capítulo en el recorrido busca presentar una historia, fragmentada, de la performance en o desde Madrid: reivindica la labor de figuras seminales españolas o internacionales que trabajaron en torno a la capital en los setenta (Esther Ferrer, Wolf Vostel, Muntadas, Allan Kaprow o Charlotte Moorman) y, a continuación, se nos sumerge en el panorama de los noventa, marcado por la labor de los espacios de experimentación e independencia gestionados de forma independiente por artistas, como el Espacio P de Pedro Garhel. Se recuerda asimismo la trascendencia en este momento, por la vía del propio trabajo con el cuerpo o del activismo, de la crisis del sida; en este sentido se recogen proyectos de Pepe Espaliú o Andrés Senra.
Ya en el nuevo siglo, el CA2M se hace eco de la eclosión performativa y de la disolución de las fronteras entre artes vivas y visuales a través de la producción de Dora García, Itziar Okariz, Antonio de la Rosa, María Gimeno, Fran Cabeza de Vaca, María Salgado, María Sánchez o SEPA.
Además de plantear una revisión de los principales proyectos vinculados a esta disciplina en sus colecciones, el centro madrileño busca invitarnos a reflexionar sobre cómo puede coleccionarse arte vivo, aquel que en esencia es acontecer y por tanto no ofrece una materialización cerrada, abordándose las posibilidades de la fotografía, el vídeo, el dibujo o la narración como medios de registro y experimentación. Según los comisarios, el director y la subdirectora del CA2M, esta exposición habla del efecto de la performance sobre la colección misma, de lo que los cuerpos pueden hacer a las colecciones al ponerlas en movimiento, al darles vida y convertirlas en una potencialidad que las abre a otros horizontes.
Se completará con coreografías, ejercicios performativos y debates que plantearán si las acciones de los cuerpos en un espacio institucional como este no son, en el fondo, parte del patrimonio inmaterial de sus fondos.
“COLECCIÓN XX: HISTORIA DEL ARTE”, de nuevo bajo el comisariado de Manuel Segade y Tania Pardo, propone hablar de muchas posibles historias del arte en lugar de referirnos a una única y consolidada. La que viene tomando forma desde los sesenta, punto de partida también de la exhibición anterior, ha venido marcada por sistemas de representación cuya evolución ha tenido que ver con revueltas populares (desde mayo del 68 a la primavera árabe) y con las transformaciones sociales en las que estas se han insertado. Más que como consecuencia de estos hechos, podemos entender el devenir artístico reciente como forma simbólica de esos cambios.
Entendiendo que toda colección institucional es herencia colectiva, que en ellas se construyen y no solo se custodian las Historias del Arte y que es un derecho de la ciudadanía acercarse a ese legado, el CA2M propone una apropiación del mismo que permita cuestionar el canon en lo que tiene que ver con su (des)atención a las mujeres.
Tomando como punto de partida el proyecto De entre las muertas (2020) de Diana Larrea, recientemente expuesto en Espacio Mínimo, se ha articulado una genealogía reciente de mujeres artistas cuyas obras han sido recientemente adquiridas por la Comunidad de Madrid, cubriendo las lagunas femeninas de su colección. Contemplaremos trabajos de figuras esenciales en la segunda mitad del siglo XX como Isabel Villar, Eva Lootz o Concha Jerez, esculturas de María Luisa Fernández o Begoña Goyenetxea, pinturas de Felicidad Moreno o las reflexiones sobre el espacio público y el arte político de María María Acha-Kutscher.
Las nuevas generaciones quedan representadas por los estudios en torno a la producción industrial de Paula García-Masedo, los relativos a la precariedad en la creación de Olalla Gómez, reflexiones de estudio de Clara Sánchez Sala o parte del archivo de restos de Cristina Mejías.
“COLECCIÓN XIX: PERFORMANCE”
Del 5 de noviembre de 2020 al 17 de enero de 2021
“COLECCIÓN XX: HISTORIA DEL ARTE”
Del 19 de noviembre de 2020 al 28 de febrero de 2021
CENTRO DE ARTE DOS DE MAYO. CA2M
Avenida Constitución, 23
Madrid
