El Lissitzky, la experiencia de la totalidad

Catorce años después, vuelve a exponerse obra del artista ruso en España. El Museo Picasso de Málaga examina su trayectoria

El Lissitzky. La experiencia de la totalidad

MUSEO PICASSO MÁLAGA. MPM

C/ San Agustín, 6

Málaga

Artista: Lissitzky, El (Eliezer Markowich)
Málaga,
El Lissitzky. La experiencia de la totalidad
El Lissitzky. La experiencia de la totalidad

Eliezer Markóvich Lissitzky nació en 1890 dentro de una familia burguesa hebrea. Fue arquitecto, pintor, diseñador gráfico, diseñador de exposiciones y fotógrafo, trabajó con los sóviets tras la Revolución de Octubre de 1917, etapa en la que fue invitado por Chagall para dar clases en el Instituto de Arte Popular de Vítebsk y allí, junto con sus alumnos y el colectivo suprematista UNOVIS, tomó parte en diversas actividades de agitación y apoyó al ejército revolucionario mediante trabajos de propaganda que colocaban en tranvías y en edificios.

En aquellos primeros años de la revolución, el arte innovador tuvo el apoyo oficial con el fin de contribuir a la eliminación de un arte burgués – considerado decorativo y elitista – y potenciar la nueva cultura proletaria, y este artista, que, como Malevich, defendía un concepto social y colectivo del arte, contribuyó a la concienciación de las ideologías del nuevo régimen con un nuevo lenguaje abstracto y geométrico.

A partir de 1921, sus viajes entre la URSS y Europa fueron constantes, especialmente a Alemania, donde se había licenciado en ingeniería arquitectónica en 1914. Promovió así las ideas y el arte soviético y recogió a su vez las tendencias y novedades de la cultura occidental. Se relacionó y trabajó con Gideon Brinkmann, Mies van der Rohe, Le Corbusier, Raoul Hausmann, Hannah Höch, Hans Arp, Theo van Doesburg, László Moholy-Nagy, y con motivo de sus viajes a Europa, organizó exposiciones, impartió conferencias, diseñó portadas de revistas como Broom y Wendingen, ilustró libros y, en definitiva, dio a conocer su producción más allá de las fronteras rusas.

Alma del suprematismo junto al citado Malévich, y del constructivismo después, ideó su propia expresión artística, que llamó Proun (Proyectos para la afirmación de lo nuevo). Se trata de piezas a medio camino entre la pintura y la arquitectura compuestas por elementos geométricos bidimensionales y tridimensionales, a menudo representados de forma axonométrica mediante proyecciones obtenidas a través de varios ejes, desafiando las relaciones espaciales y la gravedad.

Sus obras Proun le inspiraron también para diseñar arquitecturas, vestuario, maquinaria y escenografías. Pese a su compromiso ideológico, su obra también encontró fuertes conexiones más allá de Rusia, tanto en el trabajo del colectivo holandés De Stijl, como en las enseñanzas de la Bauhaus en Alemania.

Considerado uno de los creadores más controvertidos del periodo de entreguerras y amante de la experimentación, El Lissitzky afrontó la creación artística como una respuesta a las exigencias de su convulsa época, un tiempo de crisis y cambios profundos y también de fe en la industria y la revolución. A ellos desafíos respondería con todas sus armas: rompiendo las barreras entre artes plásticas, arquitectura y diseño.

El Museo Picasso de Málaga presenta desde hoy su antología “El Lissitzky. La experiencia de la totalidad”, muestra comisariada por Oliva María Rubio y organizada en colaboración con el MART, Museo d’arte moderna e contemporánea di Trento e Rovereto, la Fundació Caixa Catalunya-La Pedrera, y La Fábrica.

Incluye una reproducción del Prounenraum que Lissitzky creó en 1923 para la Gran Exposición de Arte de Berlín, un proyecto que trasladaba a las tres dimensiones sus investigaciones sobre pintura fusionadas con sus estudios en torno a la arquitectura. Se trata de un espacio de escasos metros que materializa la expresión tridimensional del concepto espacial de los prounen y ofrece al visitante una experiencia visual en la que participa activamente, pues condensa la búsqueda de lo que las vanguardias utópicas de la década de 1920 llamaron “la experiencia de la totalidad”, en la que arte y vida se fusionaban.

La exhibición hará hincapié también en sus aportaciones a la tipografía moderna y en los muy diversos procedimientos de su fotografía vanguardista (impresiones dobles, experimento con cianotipos, fotografías y fotomontajes), recursos que también aplicaría en los ámbitos de la publicidad, el cartelismo, las publicaciones y las construcciones.

 

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