Formado en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca (y también en Roma), Hugo Alonso regresa ahora a la ciudad de sus comienzos para presentar, en Domus Artium 2002 a partir del próximo día 13, “UNDONE”, una muestra que dará cuenta de la evolución de sus proyectos hacia la heterogeneidad de medios: si en un principio su producción era fundamentalmente pictórica, progresivamente se ha expandido a disciplinas como el sonido, el vídeo o la instalación audiovisual.
Sus trabajos en esos formatos se desplegarán, de forma secuencial y ascendente, en la planta inferior del DA2, y decimos ascendente porque, si en el inicio del recorrido contemplaremos obras únicamente visuales, conforme este avance llegarán a nosotros estímulos audiovisuales diversos hasta que, en el final de la muestra, sea difícil dilucidar (y hacerlo corra a cargo de los espectadores) cuáles son los límites físicos de la exposición, imbuida de una estética que puede evocar, por momentos, tanto a las pinacotecas tradicionales como a los parques de atracciones, y que muchos asociarán igualmente al cine surrealista o de referencias oníricas.
Se mantiene muy presente en la obra de Alonso, y ya lo estaba en sus pinturas primeras, la reflexión sobre la verosimilitud de los mundos creados por el cine: el artista atiende especialmente a su capacidad para poner en valor aspectos del mundo real que, de no contar con su foco, podríamos pasar por alto. En palabras de Carlos Delgado Mayordomo, el soriano trabaja en la frontera entre lo que puede ser apropiado, manipulado y transformado semánticamente y muy a menudo sus procesos han partido de la recopilación de imágenes obtenidas en Internet o en películas (sobre todo clásicas, de ciencia ficción o de terror) que posteriormente él manipula digitalmente antes de llevarlas al medio pictórico, esta vez ya a través de técnicas tradicionales.
No podemos considerar, por tanto, que Alonso haga suyas imágenes de orígenes diversos, más bien debemos entender que nos ofrece una visión individual de ese legado enfocado en esas esferas de lo cotidiano que suelen escapar a nuestra atención, en el lado siniestro de nuestro entorno, ese que, por razones propias o aprendidas, intencionadamente o no, hemos decidido no mirar, pero que no ha dejado de estar ahí.
Sus formas suelen ser borrosas, sus tonalidades se reducen a blancos, grises y negros y los planos han sido reorganizados, de modo que al adentrarnos visualmente en las imágenes del soriano nos estaremos introduciendo en un simulacro, un juego complejo sobre las relaciones entre realidad y representación. Sus originales remakes cinematográficos, que, cuando no son pictóricos, son, como decíamos, imágenes en movimiento modificadas con recursos digitales; no nos ofrecen así copias de las escenas originales sino dobles fragmentados de las mismas. Separa unas y otras una distancia en la que pueden habitar fantasmas y, también, el cuestionamiento del pasado. Como casi siempre, podemos acordarnos de Walter Benjamin, que creía que irrecuperable es cualquier imagen del pasado que amenaza con desaparecer en cada instante presente que no se reconozca evocado en ella.
Es importante, además, que nos fijemos en su tratamiento de la luz: es uno de los aspectos más cuidados en la producción de Hugo Alonso, su herramienta para conseguir que trabajos que, en un primer acercamiento, podrían transmitir al espectador cierta frialdad, por su depuración y por la ausencia de la figura humana, revelen sin embargo campos de significado, incertidumbres y connotaciones simbólicas de índole psicológica y emocional, o nos transmitan juegos estéticos sugerentes al contraponer las zonas de luminosidad y oscuridad.
Hugo Alonso. “UNDONE”
Avenida de la Aldehuela, s/n
Salamanca
Del 13 de marzo al 28 de junio de 2020
