El último Rafael, en el Museo del Prado

La exposición rastrea la última etapa del maestro renacentista a través de 74 obras, muchas inéditas en España

MUSEO NACIONAL DEL PRADO Paseo del Prado, s/n <p< 28014 Madrid Del 12 de junio al 16 de septiembre de 2012 De lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas Domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas

Madrid,

alt

En colaboración el con el Louvre, el Museo del Prado abrirá al público el próximo 12 de junio la primera muestra internacional centrada en los años finales de la producción de Rafael y de su taller, periodo en el que el pintor se convirtió en uno de los artistas más prestigiosos del arte europeo.

Setenta y cuatro trabajos, buena parte de ellos inéditos hasta ahora en España, nos permitirán recorrer, en un orden cronológico, la actividad del maestro desde 1513, año en que comenzó el pontificado de León X, hasta 1520, fecha de su muerte, aunque podremos ver también obras posteriores (ejecutadas antes de 1524) elaboradas por de sus discípulos más aventajados, Giulio Romano y Gianfrancesco Penni. Hay que recordar que, en aquel 1513, Rafael llevaba ya cinco años decorando, junto a Miguel Ángel y Sebastiano del Piombo, distintas estancias vaticanas.

La muestra nos permitirá distinguir entre las pinturas elaboradas en solitario por Rafael y las que ejecutó junto a sus dos grandes ayudantes e incluirá pinturas, dibujos, una pieza arqueológica y un tapiz cedidos por cerca de cuarenta instituciones. Entre esas piezas destacan el retrato de Baldassare Castiglione (1519), cedido por el Louvre para la ocasión, o el cuadro de altar dedicado a Santa Cecilia (1515-1516), sobresaliente por la armonía de su composición y llegado de la Pinacoteca Nazionale de Bolonia. Entre las piezas que el propio Prado aporta a la exposición figura El Pasmo de Sicilia (1515-1516), gran tabla que se exhibe ahora por primera vez tras ser restaurada.

alt
Rafael. Santa Cecilia, h. 1515-1516. Pinacoteca Nazionale, Bolonia

Todos los cuadros de altar que Rafael llevó a cabo en Roma en esta época se destinaron a la exportación a Nápoles, Palermo, Bolonia o Francia, por lo que contribuyeron a expandir la fama del genio más allá de las fronteras de la urbe. Encargados por mecenas muy poderosos, incorporan en su mayoría la firma del artista, aunque la participación de su taller en ellos no fuese desdeñable (en ocasiones, incluso íntegra).

La única Sacra Conversazione tradicional que encontraremos será la Virgen del pez, en el resto de estas piezas de altar, Rafael reformuló las composiciones convencionales para incorporar un nuevo lenguaje dramático. Un ejemplo claro de estas innovaciones lo encontramos en Visión de Ezequiel, obra recientemente adquirida por el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Fueron también frecuentes, en sus años finales, las variaciones en gran formato de Rafael en torno al tema de la Sagrada Familia. La datación de este tipo de trabajos es difícil, y también lo es dilucidar el grado de participación de su taller en ellas, pero se sabe que probablemente estuviesen destinadas a oratorios privados o residencias particulares. Las versiones de menor tamaño tanto de la Sagrada Familia como de la Virgen y el Niño sí corrieron con seguridad a cargo de sus ayudantes, sobre todo de Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, que en esta época comenzaron a desarrollar también su propia producción independiente, no siempre basada en motivos rafaelescos.

No faltarán en el Prado retratos: Rafael renovó el género y expandió sus fronteras. Los encontraremos oficiales e íntimos; los primeros realizados por encargo, los segundos como obsequio. Si los oficiales influyeron decisivamente en el desarrollo del retrato aúlico posterior, los dedicados a amigos destacan por su calidad y por la inventiva de Rafael en la ejecución pictórica. Probablemente el último que pintó fue Autorretrato con Giulio Romano, que pone de relieve la  estrecha relación, casi paternofilial, entre ambos pintores.

Otro de los grandes atractivos de “El último Rafael” será La Transfiguración, realizada por encargo del cardenal Giulio de Médicis para la catedral de Narbona. Se terminó poco antes de morir Sanzio, y quedó retenida en Roma a causa de su muerte inesperada. Ahora se encuentra en los Museos Vaticanos. El taller de Rafael recibió el encargo de hacer una réplica del original rafaelesco, que llegó a España en el siglo XVII. Esta copia de la Transfiguración se exhibe junto a trece dibujos hechos por Rafael (y Giulio Romano) en el curso de la planificación del original, y que los miembros del taller posiblemente consultaron para la realización de la copia. Son diecisiete los dibujos conocidos, entre originales y copias, para La Transfiguración, cuya génesis se puede reconstruir con detalle.

La secuencia desvela que Rafael notó que podía acrecentar el dramatismo de la obra combinando La Transfiguración con la presentación de un muchacho poseído a los apóstoles que han quedado atrás al subir Cristo al monte Tabor; dos episodios consecutivos en el relato evangélico, pero que ningún artista anterior había unido antes.

Rafael y taller (?). La Sagrada Familia de Francisco I, conocida como La Sagrada Familia grande, 1518. Museo del Louvre, París./ Rafael. Sagrada Familia con San Juanito, conocida como La Perla, 1519-1520. Museo Nacional de Prado, Madrid
Rafael y taller (?). La Sagrada Familia de Francisco I, conocida como La Sagrada Familia grande, 1518. Museo del Louvre, París./ Rafael. Sagrada Familia con San Juanito, conocida como La Perla, 1519-1520. Museo Nacional de Prado, Madrid

 

 

 

 

 

 

 

Información relacionada:

Rafael, por primera vez en Holanda

El último Rafael. Congreso Internacional en el Museo del Prado

El Renacimiento en Roma: la inspiración de Miguel Ángel y Rafael

La Virgen de Foligno abandonará, por primera vez, los Museos Vaticanos

De Fra Angelico a Leonardo

El Museo del Prado abre nuevas salas dedicadas a la pintura española medieval y renacentista

Comentarios