Donde habitan la memoria y la promesa

Artistas actuales reflexionan en Huesca sobre la despoblación

Huesca,

 

Anne Laure Boyer. Atlas oculto, 2012-2017
Anne Laure Boyer. Atlas oculto, 2012-2017

Hace dos años, VISIONA, el programa dedicado a la imagen puesto en marcha por la Diputación de Huesca, cerró un ciclo expositivo y de actividades dedicado al álbum de familia como objeto de memoria y como punto de partida de proyectos artísticos contemporáneos e inició otro centrado en viajes y desplazamientos, en lo que el caminar y el cambiar de lugar tienen de necesidad interior y de proceso de cambio, hacia afuera y hacia dentro. Un proceso que siempre tiene consecuencias y en el que nunca se sale igual que se entra, al margen de que se realice voluntariamente o no y de que nos refiramos a desplazamientos físicos o imaginarios.

En los próximos años, VISIONA continuará abordando ese asunto en diversas muestras e iniciativas relacionadas con la exploración o la conquista de territorios nuevos, con exilios, migraciones o viajes deseados, con mapas y geografías, con el turismo, lo conocido y lo exótico y con la despoblación en las zonas rurales, uno de los grandes retos que afrontan la provincia de Huesca y tantas otras, desde hace décadas aunque sea en los últimos meses cuando el asunto protagoniza comisiones y titulares. Este tema concreto, el de la llamada demotanasia en nuestros pueblos, ha sido el eje de las actividades culturales que la Diputación oscense ha organizado a lo largo de este 2018, entre ellas la muestra “La memoria del territorio”, que se abrirá mañana al público.

En esta exhibición, la despoblación se aborda como circunstancia transformadora de los territorios que quedan semivacíos y de la población que permanece en ellos, como consecuencia de modelos sociales, económicos y políticos que tienen su centro en las grandes ciudades y también como hecho generador de nuevas formas de vida, de convivencia y de pensamiento: una ruralidad postmoderna que propicia cierto acercamiento a los pueblos de quien anteriormente permanecía ajeno a ellos y de artistas actuales que han encontrado aquí un escenario en el que explorar qué ocurre allí de donde no nos llegan noticias.

Ibon Aranberri. Mar del Pirineo, 2006
Ibon Aranberri. Mar del Pirineo, 2006

Como ellos, también han mirado a la España vacía ensayistas y escritores: bien conocidas son las obras recientes de Sergio del Molino, Paco Cerdá o Llamazares, entre otros. De 1995 data Terrain vague, un texto del arquitecto Ignasi de Solà-Morales en el que definía los espacios vacíos de gentes y de oportunidades laborales como lugares aparentemente olvidados donde parece predominar la memoria del pasado sobre el presente, como islas interiores vaciadas de actividad, olvidos y restos que permanecen fuera de la dinámica urbana. Porque en nuestro tiempo parece que lo que queda fuera de esa dinámica urbana es resto.

Los hemos dejado, decía Solà-Morales, baldíos, pero ingenuo sería quien no entendiera que estos lugares poseen su propio fruto, un valor propio que tiene que ver con su pasado pero también con su condición de tierra expectante, de terreno potencial.

Partiendo de esa idea de que las zonas despobladas contienen la memoria del pasado y las posibilidades abiertas, pero también de la definición de Gilles Clément, que las concibe como tercer paisaje, indeciso y difícil de nombrar, a medio camino entre la luz y la sombra (aunque él también encontraba en ellas lo telúrico, la reserva genética del mundo, que es tiempo anterior y es futuro), “La memoria del territorio” examina los efectos del abandono rural en el campo y en las personas en tres bloques, invisibles y no marcados, dedicados a despoblación, periferias y repoblación; una trinidad que puede resumirse en dos: la nostalgia de tiempos pasados –si no mejores, sí más vivos– y la promesa (para los optimistas, la esperanza) que alberga todo lo vacío.

Alejandro S. Garrido. Corea. Una historia paralela, 2017
Alejandro S. Garrido. Corea. Una historia paralela, 2017

Unos y otros trabajos de los artistas participantes (Jorge Yeregui, Ibon Aranberri, Paco Gómez, Alejandro S. Garrido, Albert Gusi, Abelardo Gil-Fournier, Anne Laure Boyer, José Luis Acín, Martí Llorens, Marta Javierre, Fernando Gatón, Fotografía en la Escuela y el Colectivo NOPHOTO) tienen en común el manejo de dos creencias: la de que sin memoria no hay territorio y la de que los lugares despoblados requieren y merecen nuevas lecturas: otras formas de interpretarse, vías diferentes de ordenarse y actuar.

La exhibición se completa con imágenes de los fondos fotográficos de la Fototeca Provincial de Huesca sobre pueblos de colonización, realizada por José María Alagón, y con las presentaciones de los archivos fotográficos de José Luis Acín sobre pueblos abandonados de esta provincia y del Archivo Oral del Pirineo de Enrique Satué. También con un catálogo con textos de Pedro Vicente, Luis Sáez, José María Alagón y Alberto Martín.

Marta Javierre y Fernando Gatón. Huesca sonora, 2014
Marta Javierre y Fernando Gatón. Huesca sonora, 2014
NOPHOTO. Huesca, memoria colonizada Manuela Alarcón, 2018
NOPHOTO. Huesca, memoria colonizada Manuela Alarcón, 2018

 

“La memoria del territorio”

SALA DE EXPOSICIONES DE LA DIPUTACIÓN DE HUESCA

c/ Porches de Galicia, 4

Huesca

Del 30 de noviembre de 2018 al 26 de febrero de 2019

 

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