Stephen Shore, neutral y conmovedor

La Fundación MAPFRE abre su primera gran retrospectiva

Madrid,

Comenzó a fotografiar desde niño, con sólo 23 años expuso en el Metropolitan y a día de hoy ha llevado sus trabajos a los museos más prestigiosos del mundo, pero su primera retrospectiva de envergadura abrirá sus puertas el día 18 en las nuevas salas de la Fundación MAPFRE en Bárbara de Braganza.

Allí podremos ver un total de 260 imágenes representativas de los núcleos conceptuales de la práctica fotográfica de Shore: su reflexión sobre el lenguaje fotográfico (es además docente), su análisis del paisaje y su uso del color y del blanco y negro. Se articulan en las salas de exposiciones cronológicamente, no con un fin meramente organizativo sino con el de facilitar la comprensión de su evolución.

Shore explica que en algunas series, como Uncommon places, cada una de las fotografías tiene significado propio y autonomía; en otras, unas enlazan con otras conformando un todo cohesionado. Rebelde por instinto, con modas y convenciones, el americano ha trabajado siempre en series, quizá por su fascinación por las variaciones musicales (Bach) o por su temprana experiencia en la Factory de Andy Warhol.

A mediados de los sesenta, una fotografía aparentemente neutral y distante respecto a los temas tratados comenzó a ser aceptada plenamente como lenguaje artístico y, en aquellos años, Shore realizó varios conjuntos de imágenes experimentales, como July22, 1969, para la que fotografió a un amigo cada media hora a lo largo de un día y una noche; Circle No.1, en la que hizo posar al mismo amigo, Michael Marsh, en ocho posiciones distintas con un paisaje desértico como fondo, o Avenue of the Americas, compuesta por fotografías de cada una de las intersecciones de calles en una única avenida.

Estas piezas destacan por su carácter reiterado y secuencial, así como por la atención de Shore a la posición temporal y geográfica de cada una de ellas, común a otros artistas conceptuales del momento, qué decir de On Kawara o Roman Opalka. En estos mismos años, el fotógrafo puso en marcha varios proyectos en los que se propuso explorar los rasgos estéticos de la fotografía utilitaria y amateur bajo la influencia de las célebres 26 Gasoline stations de Ruscha. De aquel propósito nacería Greetings from Amarillo. Tall in Texas (1972), una serie para la que Shore se autosignaría el rol de fotógrafo profesional con el fin de retratar los monumentos locales de Amarillo en postales que distribuiría en diversos kioskos y tiendas de turistas.

De aquellas fotografías y de su reflexión sobre la importancia del enfoque y los planteamientos de su medio surgiría después una de sus series más conocidas, American Surfaces, realizada a modo de diario visual durante diversos viajes por Estados Unidos entre 1972 y 1973. No vemos ni monumentos ni momentos perdurables, sino escenarios por completo cotidianos (carreteras, restaurantes, hoteles, intersecciones de calles, comida, interiores y exteriores de viviendas, y sobre todo, gente). Si algo domina estas obras es su aparente neutralidad y su estética amateur.

La obra de Shore, además de contar con una importante vertiente literaria, destaca por su refinamiento y por su capacidad de establecer relatos complejos serie a serie

Poco después, Shore optó por trabajar con una cámara de mayor formato con el fin de matizar la apariencia de las imágenes como instantáneas: olvidó el 35mm más común en aquellos primeros setenta y eligió una cámara de 4×5 pulgadas y después una de 8×10. Con ellas continuó estudiando los temas que había tratado en American Surfaces, pero ese cambio de dispositivo técnico hizo necesario el trípode y largas exposiciones, de modo que las composiciones de Shore sobre el territorio urbano y suburbano devinieron más complejas. Lo vemos especialmente en sus vistas desde la carretera y en retratos ya posados: así gestaría Shore otra de sus series más célebres, Uncommon places.

No abandonó en la década de los ochenta la representación del territorio pero, contraviniendo de nuevo las tendencias del momento, comenzó a interesarse por el paisaje natural, el menos intervenido por el hombre, con el fin de investigar las posibilidades de la perspectiva y la profundidad de campo en espacios carentes de referencias arquitectónicas o urbanísticas.

Ya en los noventa, etapa de consolidación de la hegemonía del color en la fotografía, Shore se propuso trabajar únicamente en blanco y negro; de esta etapa datan las series Essex County y Hazor y Ascalón, dedicadas éstas últimas a yacimientos arqueológicos israelíes y al examen de superficies y texturas.

También podremos ver en la Fundación MAPFRE panorámicas tomadas en Nueva York en 2000 y 2002 y dos series en color de producción reciente: Ucrania y Winslow, Arizona. La primera, muy diferente en cuanto a temática al resto de su producción, está dedicada a víctimas del Holocausto supervivientes también de las hambrunas que azotaron aquel país en época de Stalin: la captación de su emoción es inevitable, pero Shore ha intentado no explotarla y que esa potencia expresiva no rompiera la neutralidad de las imágenes.

Hay que subrayar que tras su primera presentación en Madrid, esta muestra podrá verse en Les Rencontres d´ Arles, en el C/O de Berlín, en el centro CAMERA de Turín, en el Huis Marseille de Ámsterdam y más tarde en México, y que la Fundación MAPFRE ha tirado 16.500 ejemplares de su catálogo, traducido al inglés, al alemán y al italiano.

Actualmente, Shore trabaja en un proyecto sobre Instagram, red en la que cuenta con perfil propio, actualizado hoy mismo (Stephen.shore) y en la que sigue a personas que, como él, trabajan en series.

La muestra se enmarca en una línea expositiva pensada por la Fundación MAPFRE con el fin de transmitir al gran público una visión de la fotografía como lenguaje artístico esencial del s XX, pero también del XXI, en progreso y muy vital. En este sentido la obra de Shore, además de contar con una importante vertiente literaria, destaca por su refinamiento y por su capacidad de establecer relatos complejos serie a serie.

Mañana, el artista charlará con la comisaria de esta exposición, Marta Dahó, sobre este proyecto y sobre el conjunto de su producción. Será a las 18:30 horas en el Auditorio Recoletos y podrá seguirse también en streaming.

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