La sala catalana NoguerasBlanchard inició el pasado octubre en su espacio de Hospitalet de Llobregat una serie de presentaciones de performances destinadas a reflexionar sobre el poder del cuerpo a la hora de generar experiencias, de transmitir emociones y a la vez de resultar afectado por las emociones ajenas.
El primer artista en formar parte de este programa expositivo es el italiano Jacopo Miliani, que hasta la fecha ha trabajado fundamentalmente en los ámbitos de la instalación, la performance y la fotografía a la hora de investigar cómo el lenguaje artístico, y la comunicación que logra establecerse entre creaciones y público, pueden llevar a los espectadores a elaborar imágenes propias y personales. En definitiva, a generar nuevas obras surgidas a partir de las que ha contemplado, en un proceso encadenado de enriquecimiento.
En esa línea, sus inmersiones en el teatro y la performance tienen como objetivo poner en cuestión la función de la audiencia en el contexto artístico y estudiar cómo esta se relaciona con el imaginario cultural colectivo.
Tras su reciente presentación en la Kunsthalle lisboeta, Miliani ofrece en NoguerasBlanchard su proyecto, datado este mismo año, A Slow Dance Without Name. Consta de una performance en la que el autor deconstruye un striptease y de una serie de piezas, de innegable rigor plástico, ligadas a dicho acto performativo, que el artista llevó a cabo durante la inauguración de la muestra.
El asunto puede parecer banal pero no lo es tanto: tanto esa performance inicial como las obras relacionadas con aquella que podemos contemplar en NoguerasBlanchard hasta el próximo 23 de diciembre son, en el fondo, las herramientas de Miliani para deconstruir el deseo, para repensar sus orígenes. El striptease puede constituir su manifestación menos refinada, pero al italiano le sirve como punto de partida para explorar de dónde nace el placer que puede experimentarse, a nivel sensorial y sensual, en el juego entre lo expuesto y lo velado, en un voyeurismo del que, en algún momento u otro, todos hemos podido ser actores, pasivos o activos.
Entre las obras expuestas en la galería catalana podemos citar Tentazione, un par de guantes de tamaño muy superior al real, hinchados por una “tensión sexual” desbordada y evocadores de las imágenes representativas del sexo en la cultura popular o en los medios de comunicación de masas, o Fags, dedicada a la representación de la ausencia mediante ciertas presencias: unos cigarrillos sobre una base húmeda alusivos a una espera.
Además, diversas piezas reflectantes de latón dispuestas en las paredes de la sala evocan las burbujas de texto de los cómics y entran en comunicación con el espectador, invitado a completar la obra al ver reflejada en ellas su propia imagen. Muy atractivas, destacan por sus cualidades minimalistas, que Miliani hace compatibles con sus referencias barrocas, teatralidad mediante.
