Horacio Coppola y la autonomía de la fotografía

El CAF almeriense acoge una retrospectiva del argentino

Horacio Coppola. Fotografía

CENTRO ANDALUZ DE LA FOTOGRAFÍA. CAF

C. Pintor Díaz Molina, nº9

Almería

Almería,
Horacio Coppola. Calle Bernardo de Irigoyen al 300, 1936.
Horacio Coppola. Calle Bernardo de Irigoyen al 300, 1936.

Conocido ya en nuestro país gracias a la presentación de sus fotografías en la Fundación Telefónica, Horacio Coppola, una de las grandes figuras de la modernidad artística argentina, protagoniza hasta el 14 de septiembre en el CAF almeriense una completa antología que a sus imágenes une algunos de sus proyectos fílmicos.

Muy vinculado con los lenguajes de la Nueva Objetividad, Coppola se adentró en la Escuela Bauhaus en sus últimos años, cuando era dirigida por Mies van der Rohe, y a finales de los años veinte del pasado siglo quiso romper por completo con la tradición pictorialista en la plasmación de visiones urbanas, sobre todo de Buenos Aires, escenario del vértigo urbano captado en sus trabajos. Plasmó la ciudad y sus cielos construidos, nocturnos y multitudes, puertos geometrizados, el artificialismo de las vitrinas, los cada vez más acelerados medios de transporte, al fin y al cabo, los emblemas de una ciudad fundacional que en 1936 celebró sus cuatro siglos de historia. Coppola homenajearía igualmente a la capital argentina en el cortometraje “Así nació el Obelisco”.

Nacido en el seno de una familia pudiente de inmigrantes italianos dedicados a la artesanía, Horacio Coppola se adentró en el campo del arte de su mano y de ellos heredó igualmente la capacidad de observar la realidad y reflejarla sin artificios. Interesado igualmente por el cine, en 1929 fundó el primer Cine Club de la ciudad, y más tarde rodó diversas películas y documentales.

La geometría, la abstracción y las arquitecturas urbanas son las bases de su producción.

En sus viajes por Europa pudo observar los cambios modernos de comienzos de los años 30, y asistió al Departamento de Fotografía de la Bauhaus en Berlín, dirigido por Walter Peterhans. Los retratos de las metrópolis, las vanguardias, el gusto por la Nueva Visión fue el equipaje que traería consigo a su vuelta a Buenos Aires, en 1936. Fue entonces cuando comienza a fotografiar la ciudad, por encargo de su Municipalidad.

Recibió el Premio Konex de Platino en 1982, y el Gran Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes en 1985 y, como homenaje por sus cien años de vida, en 2006 la municipalidad de Buenos Aires colocó fotografías gigantes de sus imágenes más conocidas en los sitios donde fueron tomadas, conformando una suerte de recorrido por su obra a través de la ciudad.

 

 

 

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