Gauguin también se autorretrataba en otros

La primera muestra dedicada a ese género en su pintura se presenta en la National Gallery of Canada

Ottawa,

 

Paul Gauguin. Melancholic (Faaturuma), 1891. Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City
Paul Gauguin. Melancholic (Faaturuma), 1891. Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City

La National Gallery of Canada, en Ottawa, será la única sede donde pueda verse en Norteamérica “Gauguin: Portraits”, primera exhibición dedicada a los retratos del artista francés que quiere explorar su trabajo desde nuevas perspectivas, analizando el peso en su obra de la tradición de la retratística en la pintura anterior y también su influencia en autores posteriores de los siglos XX y XXI. Es asimismo la primera muestra dedicada a este autor en ese país y ha sido coorganizada por la National Gallery de Londres, donde se exhibirá entre octubre y enero. Entre sus prestadores figuran el Museo de Orsay francés, el MoMA de Nueva York, el Art Institute de Chicago, el Museo Nacional de Arte Occidental de Tokio o los Reales Museos de Bellas Artes de Bélgica.

Comisariada por Cornelia Homburg, especialista en arte de fines del siglo XIX, esta exhibición estudia de qué modo Gauguin se sirvió de retratos y autorretratos a la hora de construir su personal narrativa, expresar su propia personalidad y sus ideas creativas; también de perseguir sus ambiciones como figura señera de la vanguardia parisina en la etapa postimpresionista.

En época muy temprana, el autor de Mata Mua desafió las convenciones y funciones habituales del retrato para buscar en él nuevos significados: raramente le interesó indagar en la posición social, la personalidad o la situación familiar de sus modelos, referencias que tenían mucho peso en el desarrollo anterior del género, cuando estos trabajos y su simbología expresaban prestigio, pertenencia a una estirpe o profesión o poderío económico. Pero tampoco se alejó del todo del pasado: poses, rasgos compositivos y atributos remiten a sus predecesores y no queda duda de que, incluso cuando nos sitúa Gauguin frente a sujetos desconocidos, los estaba retratando.

Todas las técnicas de las que se valió a la hora de componer el resto de su producción (pintura, dibujo, grabado, cerámica, escultura e incluso escritura) las empleó también en sus retratos, en los que igualmente hizo uso de sus habituales colores intensos y prestó atención a asuntos no occidentales. Esa diversidad material y de formatos lo entronca con Henri Matisse o Picasso.

La exhibición canadiense, estructurada temáticamente, presenta medio centenar de piezas fechadas desde 1880 hasta el fin de la vida de Gauguin, la mayoría rara vez mostradas juntas, y una veintena de obras de sus contemporáneos. Se datan, las del francés, en su etapa de madurez, cuando se había alejado ya del impresionismo para comenzar a llevar a cabo representaciones más simbólicas.

Paul Gauguin. Self-portrait with Yellow Christ, 1890–1891. Musée d'Orsay, Paris
Paul Gauguin. Self-portrait with Yellow Christ, 1890–1891. Musée d’Orsay, Paris
Paul Gauguin. Portrait of Meijer de Haan, hacia 1889-1890. National Gallery of Canada
Paul Gauguin. Portrait of Meijer de Haan, hacia 1889-1890. National Gallery of Canada

La obra que dio origen a la iniciativa de organizar esta exhibición fue un busto de roble del pintor holandés Meijer de Haan, amigo de Gauguin, ejecutado por el artista entre 1889 y 1890 y comprado por la National Gallery de Ottawa en 1968. Precisamente, una de las salas de la exhibición se centra en sus procedimientos innovadores a la hora de elaborar esta escultura policromada. Pero seguramente las más atractivas sean las que cobijan sus autorretratos imaginarios, en los que se representaba asumiendo distintos roles; también las representaciones atípicas de sus amistades y de mujeres que conoció tanto en Francia como en la Polinesia.

Homburg contó en la presentación de la exposición que Gauguin no usó el retrato para representar figuras a demanda, sino para abrir caminos nuevos y expresar ideas propias. Los modelos resultan, hasta cierto punto, secundarios: en el fondo era el autor quien se retrataba tras sus rostros, trasponía a ellos parte de su propia identidad e incluso de su propia relación con los representados. El título que el Museo Reina Sofía ha concedido a su actual exposición de Tetsuya Ishida en el Palacio de Velázquez podría ser por eso, también, válido para esta: “Autorretrato de otro”.

En 2012, una muestra dedicada a Van Gogh cosechó récords de asistencia en Ottawa; se espera que su compañero siembre, cara a cara, pasiones parecidas.

Paul Gauguin. Portrait of Madame Roulin, 1888. Saint Louis Art Museum
Paul Gauguin. Portrait of Madame Roulin, 1888. Saint Louis Art Museum

 

“Gauguin. Portraits”

NATIONAL GALLERY OF CANADA

380 Sussex Drive

Ottawa

Del 24 de mayo al 8 de septiembre de 2019

 

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