El enigma de El Bosco

El quinto centenario de su muerte viene acompañado por controversias en torno a la atribución de varias de sus obras

Madrid,

Solo un poco después de que conociésemos, a finales de septiembre del año pasado, que el Noordbrabants Museum de Bolduque, la ciudad natal de El Bosco, y el Museo del Prado presentarán en 2016 la mayor exposición del artista organizada hasta ahora, comenzaron a surgir las noticias sobre atribuciones, y sobre todo pérdidas de atribuciones, en el catálogo de sus pinturas, la mayoría de ellas ni firmadas ni fechadas.

El Bosch Research and Conservation Project (BRCP), un equipo de investigación en torno a la producción del artista puesto en marcha por la Fundación Jheronimus Bosch 500 y la Radboud Universiteit de Nimega, afirmaba en noviembre que El Juicio Final del Museo de Groeninge, restaurado con motivo del aniversario, había sido realizado por propia mano de El Bosco en lugar de ser obra de sus alumnos, como hasta ahora se pensaba. Las razones alegadas fueron el “equilibrio” entre dibujo inicial y pintura, la rapidez y perfección de la ejecución y la frescura de las pinceladas.

El Bosco. Mesa de los pecados capitales. Museo del Prado
El Bosco. Mesa de los pecados capitales. Museo del Prado

También entonces ese mismo equipo señaló que la Mesa de los Pecados Capitales que forma parte de las colecciones del Prado y sí se encuentra firmada no podía adjudicarse al artista sino a alguno de sus seguidores. Alegan, desde el BRCP, diferencias en el soporte (madera de chopo) y en la ejecución de las figuras, y recuerdan que desde la época de Felipe II se cuestionaba la autoría de esta pieza.

Además retiran la autoría de El Bosco sobre otros dos trabajos del Prado: La extracción de la piedra de la locura y Las tentaciones de san Antonio Abad, manteniendo (menos mal) la de El Jardín de las Delicias, El carro de heno y La Adoración de los Magos. La pinacoteca rechaza estas teorías y las rebatirá presentando un estudio con sus propios análisis esta primavera, cuando se inaugure su muestra en mayo.

Junto al Juicio Final de Groeninge han sido restaurados San Jerónimo (Museo de Bellas Artes de Gante), San Cristóbal (Museo Boymans van Beuningen), La nave de los locos (Louvre, París), La crucifixión (Museo de Historia del Arte, Viena), La adoración de los Magos (Museo de Arte, Filadelfia), la parte posterior de la tabla Visiones del más allá, la Tabla de la mártir crucificada y el Tríptico de los ermitaños (todos en Galería de la Academia de Venecia). Los resultados se presentarán en un estudio en febrero de 2016, que también retirará la autoría de El Bosco sobre el Cristo con la cruz a cuestas del Museo de Bellas Artes de Gante, que de nuevo atribuyen a su entorno pero no al propio artista.

El Bosco. La extracción de la piedra de la locura (fragmento)
El Bosco. La extracción de la piedra de la locura (fragmento)

Forman parte de este Proyecto de Investigación y Conservación historiadores del arte, conservadores y restauradores de centros internacionales que estudian las 45 obras de El Bosco repartidas en dieciocho colecciones internacionales con el fin de elaborar un catálogo documentado del pintor, y con él colaboran expertos de centros españoles, pero el comité científico que prepara la gran retrospectiva de este año, que integra a comisarios del Prado, no ha sido consultado a la hora de hacer públicas estas investigaciones.

Ayer hubo de nuevo noticias sobre la labor del BRCP: Las tentaciones de san Antonio de Kansas City sí habría sido realizada por el pintor.

Esta obra ha permanecido durante décadas en los almacenes del Nelson-Atkins Museum of Art de esa ciudad americana, al entenderse como obra de un aprendiz o discípulo del autor. Datada en 1500 – 1510, la pintura se expondrá al público por vez primera en la antología del Noordbrabants Museum, que se inaugurará este 13 de febrero.

En esta pintura se puede ver a San Antonio con una cruz en forma de T en su manto. Apoya la mano izquierda en su báculo y con la derecha llena un cántaro con agua.  Fue muy retocada y repintada en una restauración del siglo XX, pero la mano de El Bosco todavía es muy reconocible en la técnica de pincelado original según han avanzado desde el BRCP.

El cuadro es un fragmento de otro más grande, que ha sido acortado por todos los lados. Aproximadamente tiene 4 milímetros de grosor y la parte trasera muestra la madera de roble pelada con la que se realizó. Es la parte central con el eremita santo como figura principal de un cuadro la que, quizás, formaba el postigo de un tríptico desmantelado. Alrededor del santo se habría dibujado algo mucho más tenebroso, como lo que encontramos en el postigo izquierdo del Tríptico de los Santos Eremitas.

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