El Noordbrabants Museum y el Museo del Prado presentarán en 2016 la mayor exposición de El Bosco de la historia

El año que viene se celebra el quinto centenario de su muerte

Bolduque y Madrid,

Fue hijo y nieto de pintores, posiblemente se formó en el taller de su padre aunque no lo heredó, y en obras tempranas como Prestidigitador o La extracción de la piedra de la locura (esta última perteneciente a los fondos del Museo del Prado) ya dejó mostrar la peculiar personalidad que inevitablemente se hacía patente en su estilo.

Comenzaba a conocérsele con el apelativo de Bosco cuando nuestro Felipe el Hermoso le encargo un Juicio Final que no se ha conservado; una pieza que probablemente elaboró en forma de tríptico y que es posterior a Pecados capitales (también en el Prado), Las bodas de Caná (Boijmans van Beuningen Museum, Róterdam) o la Nave de los locos (en el Louvre).

El Bosco. El carro de heno, 1515
El Bosco. El carro de heno, 1515

De su etapa de madurez datan los trípticos, ambos igualmente en Madrid, El carro de heno y El jardín de las delicias, quizá la gran manifestación de su imaginación desbordante y de su exhaustivo conocimiento de la pintura de su tiempo: hay que dominar sus principios para lograr manipularlos de esa manera. El padre Sigüenza se refirió a ellos como “pintura macarrónica”.

Aunque se sabe que realizó cuadros de altar, muchos de sus trabajos se destinaron igualmente a colecciones privadas; una de ellas es precisamente Extracción de la piedra de la locura, que perteneció a Felipe de Borgoña, el arzobispo de Utrecht. Es también probable que El jardín de las delicias estuviera en el palacio que Enrique de Nassau cerca de Bruselas y no en su capilla.

Entre sus pinturas finales destacan los trípticos de La Adoración de los Magos (Prado) y Las tentaciones de san Antonio (Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa), así como diversos cuadros devocionales en los que introdujo toques de humor y caricatura: es el caso de La coronación de espinas, cuyos dos ejemplares se conservan en El Escorial y en la National Gallery de Londres, o de San Juan en Patmos.

Tal fama alcanzó ya en vida que llegó a aparecer un imitador que falsificaba su firma (atemporal piratería), y tras su muerte se mantuvo cierta “boscomanía”, pese a extenderse la creencia en su locura. Pieter Bruegel el Viejo fue uno de los artistas en los que El Bosco influyó más abiertamente.

Lo asociamos a monstruos, ángeles y figuras diabólicas, pero la pintura de El Bosco es mucho más que eso: un tratado sobre el mal, la seducción y la expiación representativo de una particular concepción del ser humano y su relación con lo enigmático y lo espiritual en el periodo que bordeaba el año 1500, una etapa de transición entre la religiosidad medieval y el antropocentrismo renacentista.

En 2016 se celebra el quinto centenario de su muerte y, para conmemorar la fecha, primero el Noordbrabants Museum de Bolduque, la ciudad holandesa donde nació El Bosco, y después el Museo del Prado, acogerán una exposición excepcional: la mayor retrospectiva dedicada a este artista hasta ahora. Podemos confirmar las fechas de apertura de la muestra en Holanda: será del 13 de febrero al 8 de mayo, y, según se ha anunciado hoy en el Prado, en Madrid podrá verse a partir del 31 de mayo y hasta el 11 de septiembre.

Según información del Noordbrabants Museum, la exposición contará con una veintena de paneles y trípticos y dicinueve dibujos (os confirmaremos si a Madrid viajarán las mismas obras o habrá alguna variación). No faltarán La extracción de la piedra de la locura, Las tentaciones de San Antonio y El Carro de Heno, del propio Prado, Meditaciones de San Juan Bautista del Museo Lázaro Galdiano, La barca de los locos del Louvre, La muerte de un avaro de la National  Gallery de Washington, El tríptico de los eremitas de la Gallerie dell Accademia de Venecia y otros préstamos de centros como el Museum Boijmans Van Beuningen, el Kunsthistorisches vienés o el Metropolitan Museum de Nueva York.

Hablando de El carro de heno: será la primera vez que esta pintura viaje a Holanda en 450 años. Como sabéis, Felipe II fue un gran coleccionista de las obras de El Bosco y en 1570 compró este tríptico, dedicado al pecado, para su colección privada.

Lo asociamos a monstruos, ángeles y figuras diabólicas, pero la pintura de El Bosco es mucho más que eso: un tratado sobre el mal, la seducción y la expiación

Para celebrar el Año de El Bosco, en Bolduque preparan producciones de música, danza, teatro y circo, proyectos en espacios públicos, espectáculos de luz, libros, juegos y aplicaciones para todos los públicos.

Por su parte, el Museo del Prado ha anunciado hoy que la Fundación BBVA colaborará, como miembro Benefactor de la pinacoteca, en la organización de la muestra, y que ya se prepara también un amplio programa de actividades que incluye la producción de una película documental sobre El Bosco.

En paralelo a la presentación de sus obras del artista, podremos contemplar en el Prado pinturas, miniaturas, dibujos, entalladuras y grabados a buril que contienen temas representados por él y que nos pueden ayudar a entender mejor su obra, bien sea como antecedentes, fuentes o como trabajos paralelos.

Como el éxito de público es seguro, el museo madrileño ya ha habilitado el sistema telemático de venta anticipada de entradas para la exposición. Podéis adquirirlas por teléfono (902 10 70 77) o a través de Internet.

 

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