El edificio Villanueva se cubre con las telas de sus obras maestras

El lunes 19 de noviembre será el día en el que den comienzo oficialmente los actos conmemorativos del Bicentenario del Museo del Prado, con la inauguración de la gran exposición organizada con motivo de esta importante efeméride para la pinacoteca. Será el día también en el que descubramos completamente la nueva vestimenta del edificio Villanueva, y no nos referimos –o no solo– a los andamios que ya cubren su fachada. Según informó hace algún tiempo el museo, en la última evaluación sobre su estado de conservación (nos han comentado que se somete a un exhaustivo chequeo cada año) se alertaba de que algunas partes de granito mostraban riesgo de desprendimiento. Esta no era una buena noticia, y menos a las puertas de un cumpleaños tan señalado, pero los protocolos de seguridad obligaban a actuar cuanto antes.

“Hacer de la necesidad virtud”. Así se ha referido Miguel Falomir, director de Museo del Prado, a la inevitable circunstancia que obligará a mantener oculto tras los hierros el edificio durante todo 2019 y al proyecto de revestimiento que hoy se ha presentado a los medios de comunicación y que, como decimos, quedará totalmente desvelado en los próximos días, menos la fachada norte (puerta de Goya), que se descubrirá durante un acto simbólico el mismo día 19. Buscando ir un paso más allá de las típicas lonas que muestran reproducciones de obras maestras, Mikel Garay, director artístico del museo, ha diseñado una intervención que, si bien saca igualmente las obras de arte a la calle, juega con detalles muy concretos y a grandísima escala de tejidos y paños que forman parte de algunas de ellas, respondiendo a una idea pretendida de “vestir el Prado”. Van der Weyden, Ribalta, Veronés, Velázquez, Rubens, El Greco, Ribera, Andrea del Sarto y Alma Tadema son los autores cuyas obras se han utilizado para esta nueva lectura de la colección más allá de sus muros.

Para llevar a cabo este proyecto, que en datos se traduce en 15 lonas, más de 11 000 m² de PVC microperforado y 5500 kilos de peso, el museo ha contado con la colaboración de El Corte Inglés.