Diego Rivera, el artista universal que hizo de lo local su vanguardia

Casa de México celebra su primera aniversario en Madrid con una muestra dedicada al artista

Madrid,
Diego Rivera. Retrato de actriz, 1948. Exposición en Casa de México en España. Del 3 de octubre de 2019 al 16 de febrero de 2020
Diego Rivera. Retrato de actriz, 1948

Casa de México en España cumple un año desde su desembarco en Madrid y lo celebra con una exposición dedicada a Diego Rivera, uno de los mayores representantes de la pintura moderna mexicana. A través de 20 pinturas, la muestra repasa las principales temáticas y estilos por los que transitó el artista, desde sus primeros paisajes de corte más académico a la experimentación del cubismo; la variedad y evolución de sus retratos; y, finalmente, la pintura muralista por la que sería mundialmente reconocido. Este recorrido a través de su obra permite también un acercamiento a lo que fue su vida, inseparable del acto de pintar. A los tres años, su padre detectó en él un talento y predisposición naturales para la pintura y a los once, pese a no tener aún la edad reglamentaria, comenzó a asistir a la clase nocturna de Dibujo Copiado de Estampa en la Academia de San Carlos en Ciudad de México, donde la familia Rivera se había trasladado en 1892 desde su Guanajuato natal. Allí recibiría la influencia de las vanguardias europeas a través de maestros españoles e italianos afincados en México, siendo el catalán Antonio Fabrés, gran impulsor de la pintura al aire libre, uno de los que más influyera en Rivera. Pese a su gran valía y a ser uno de los mejores alumnos de la Academia, el joven Diego no logró la beca de estudios en Europa, que recayó en Roberto Montenegro, lo que en un principio minó su ánimo. Su suerte cambiaría, no obstante, gracias a Teodoro A. Dehesa, gobernador del estado de Veracruz, quien al ver las obras de Rivera decidió becarlo personalmente para que pudiera llevar a cabo ese ansiado viaje de formación a Europa. Esta introducción, quizás para muchos conocida, es importante para situar el origen de las obras que hasta el 16 de febrero podemos ver en Casa de México en España. Todas ellas forman parte del Museo de Arte de Veracruz, que atesora la segunda colección más importante de obras de Rivera en México, y fueron en su mayoría enviadas por el artista al gobernador en reciprocidad por esa beca y como prueba de sus avances plásticos. Más de medio siglo después, el gobernador Agustín Acosta Lagunes, consciente de la importancia de Rivera, decidió ampliar esta colección del estado, adquiriendo otra veintena de trabajos clave dentro de su producción.

Diego Rivera. Pico de Orizaba, 1906 Exposición en Casa de México en España. Del 3 de octubre de 2019 al 16 de febrero de 2020
Diego Rivera. Pico de Orizaba, 1906
Diego Rivera. Retrato del escultor Oscar Miestchaninoff, 1913. Cubismo.
“Diego Rivera. Artista universal”. Casa de México en España

Las primeras obras que encontramos al acceder a la exposición son aquellas realizadas en sus años de formación académica, destacando los paisajes Pico de Orizaba (1906) y Paisaje de Mixcoac (1904). Una segunda sala aborda la producción de retratos y su relación con el cubismo. Entre los primeros, encontramos los de algunas mujeres importantes en su vida, como su madre o su segunda esposa, Lupe Marín, madre de sus dos hijas. También son reseñables Retrato de actriz (1948) y, especialmente Desnudo con girasoles (1946), que introduce ya el discurso racial, de vuelta a las raíces y reivindicación de la esencia de lo mexicano a través de signos identitarios como el color de la piel, los girasoles o el petate. Todos ellos son significativos de la evolución en el estilo y en los intereses de Rivera. También dentro de su faceta de retratista, pero enlazando ya con su personal visión del cubismo, está Retrato del escultor Oscar Miestchaninoff (1913), cuya composición dinámica en espiral responde a la fórmula de la armonía matemática de la sección áurea. Y es que el origen del cubismo de Rivera no está en Picasso o en Gris, aunque de ellos también tomaría posteriormente algunas influencias, como vemos en Naturaleza muerta con botella (1914), el único collage que se conoce de Rivera. Son autores como Delaunay o Duchamp, y la corriente órfica, los que interesan desde un primer momento al mexicano. Por su parte, Rivera aportó al cubismo elementos como una nueva gama cromática derivada de su conexión con el arte popular mexicano. No obstante, hacia 1917-1918 decide abandonar el cubismo y lleva a cabo una vuelta a los postulados de Cezánne, giro del que dan buena cuenta Paisaje de Arcueil (1918) y Naturaleza muerta (1918), ambos presentes en la muestra.

En el último apartado podemos ver al artista en movimiento, en un vídeo filmado por Manuel Álvarez Bravo, en 1949, y realizado por Gabriel Figueroa, cinefotógrafo y amigo de Rivera. El pintor aparece en él paseando en las calles y mercados de México, fijándose en sus gentes y dibujándolas. Dos ejemplos de pintura muralista mexicana, Campesino cargando un guajolote (1944) y Mujer con flores (1936); un conjunto de fotografías propiedad del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (CEDODAL) y una línea de tiempo completan este recorrido visual, que se cierra con una instalación interactiva basada en el gran mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, entre cuyos personajes –algunos fácilmente reconocibles como su querida Frida Kahlo, la Catrina o el propio Diego Rivera de niño– podemos pasear.

Con motivo de la celebración de esta exposición y del primer aniversario de la institución en Madrid, se han organizado distintas actividades, como conferencias, talleres y proyecciones, que podéis consultar a través de su página web.

 

“Diego Rivera. Artista universal”

CASA DE MÉXICO

C/ Alberto Aguilera, 20

Madrid

Del 3 de octubre de 2019 al 16 de febrero de 2020

 

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