El próximo 25 de mayo quedará inaugurado el Pabellón español en la Bienal de Arquitectura de Venecia y el día siguiente dará comienzo oficialmente esta muestra, que cumple dieciséis ediciones, podrá visitarse hasta noviembre y esta vez ha contado con el comisariado de Shelley McNamara e Yvonne Farrell.
La propuesta española, por lo que ahora os contaremos, parece amoldarse como anillo al dedo a su lema de este año: FREESPACE, que alude, según la organización, a la generosidad, centrándose en la calidad del espacio mismo; a la aportación o regalo de un espacio libre adicional a los habitantes; a lo inesperado en cada proyecto independiente de las diversas restricciones. Al aprovechamiento de las virtudes de la naturaleza, la generación de una nueva forma de pensar, donde la arquitectura brinda bienestar y dignidad. A la posibilidad de imaginar el espacio libre de la memoria y el tiempo, uniendo pasado, presente y futuro.
El proyecto que nuestro país lleva a Italia tras obtener, de la mano de Carlos Quintáns e Iñaqui Carnicero, el León de Oro en la anterior edición de la Bienal arquitectónica, se titula Becoming, ha sido ideado por Atxu Amann, arquitecta del Estudio Amann – Canovas – Maruri, y acogerá discursos, acciones y producciones que estudiantes de arquitectura han llevado a cabo entre 2012 y 2017.
Así, la propuesta de Amann opta por poner de relieve la importancia de la investigación y del aprendizaje minucioso a la hora de construir el futuro de la arquitectura en diálogo permanente con otras disciplinas.
Los proyectos escogidos (casi 150 físicos y cerca de 300 virtuales) revisan críticamente espacios del pasado, redefinen los del presente y también proyectan un futuro en el que la sostenibilidad y el bien social no son ya sugerencias sino normas. Tendrán cabida propuestas situadas a medio camino entre lo real y lo virtual y también tesis doctorales, y será la primera vez que nuestro Pabellón las muestre.
Al margen de la exposición, en los exteriores de nuestro espacio en Venecia se podrán ver los frutos de dos convocatorias organizadas específicamente para la Bienal: la primera ha consistido en invitar a colectivos de estudiantes a transformar el espacio perimetral del Pabellón, y el proyecto ganador es el que podrá verse durante la cita, y quizá después, porque nace con vocación de permanencia. En el marco de este mismo certamen, se aceptó la idea de otro grupo de estudiantes de reocupar el espacio trasero del edificio: antes era almacén y ellos lo han convertido en puerta de salida a través de una instalación.
La segunda convocatoria se ha desarrollado en colaboración con Bélgica y Holanda. Se puso en marcha el concurso Out of the Box Celebration, demandando a arquitectos sus proyectos para ocupar el espacio situado entre los pabellones de los tres países. Entre el centenar largo de propuestas presentadas, la elegida fue Europa, ideada por estudiantes belgas: consiste en la desaparición de las divisiones entre unos y otros pabellones.
Sabremos más a partir del día 25.
