William Kentridge, Doris Salcedo o Esther Ferrer, entre lo próximo en el Museo Reina Sofía

El centro también exhibirá parte de las obras depositadas por Soledad Lorenzo

Madrid,

Lo actual es el arte esloveno del colectivo de colectivos NSK, el camino de Picasso hacia el Guernica, cierto arte en torno a las reflexiones críticas de Mário Pedrosa, los atrevimientos de Lee Lozano, los prototipos de Kobro y Strzeminski y las propuestas de Rosa Barba y Franz Erhard Walther para el Palacio de Cristal y el de Velázquez del Retiro, respectivamente. Y lo que el Museo Reina Sofía prepara para este otoño en su programación expositiva tendrá como protagonistas a figuras bien conocidas: William Kentridge, Doris Salcedo, Esther Ferrer y Soledad Lorenzo.

Hoy el MNCARS ha anunciado que, gracias al depósito temporal con promesa de legado que la galerista Soledad Lorenzo hizo al museo en 2014, se organizará una exposición, comisariada por Manuel Borja-Villel y Salvador Nadales, para mostrar parte de las obras de esos fondos; una exhibición que se estructurará en dos fases: la primera, “Punto de encuentro”, podrá visitarse entre el 26 de septiembre y el 27 de noviembre, y la segunda, “Cuestiones personales”, entre el 19 de diciembre y el 5 marzo de 2018.

“Punto de encuentro” reunirá obras creadas en torno a los conceptos de espacio y geometría por catorce artistas, todos españoles: Palazuelo, Tàpies, Soledad Sevilla, el Grupo Vasco (Badiola, Irazu, Prego o Euba), Ángeles Marco, Guillermo Pérez Villalta, Perejaume, Juan Uslé, José María Sicilia o Victoria Civera, y “Cuestiones personales” se centrará en el lenguaje figurativo a través de una selección de obras de 24 artistas, esta vez españoles y extranjeros. Partirá de la obra de dos referentes de la figuración como Luis Gordillo y Alfonso Fraile -con quienes Lorenzo inauguró su galería en 1986- y también se nutrirá con piezas de Juan Ugalde, Jorge Galindo, Manuel Ocampo, David Salle, Oursler, Bleckner, Eric Fischl, George Condo, Broto y Barceló, Schnabel, Iñigo Manglano Ovalle, Jerónimo Elespe, Philip Frölich o Adriá Juliá.

Antoni Tápies. Estora, 1994
Antoni Tápies. Estora, 1994

Componen el depósito que Soledad Lorenzo realizó al Reina Sofía 392 piezas de 86 artistas, la mayoría de ellos españoles y de diferentes generaciones, que abordan todas las disciplinas de la práctica artística actual. Predominan, en cuanto a géneros, la pintura, la escultura o la fotografía, pero el depósito incluye también obras sobre papel (dibujos y grabados), audiovisuales e instalaciones.

Por otro lado, la próxima propuesta que veremos en el Palacio de Cristal la desarrollará la colombiana Doris Salcedo, Premio Velázquez en 2010, que, como sabéis, utiliza la escultura y la instalación para abordar escenarios conflictivos donde habla de la cruda violencia y de la memoria o el olvido al que se enfrentan sus víctimas.

Su proyecto para el Palacio se titula “Palimpsesto”, y sabemos que, adaptándose esta vez a nuestro contexto, hará referencia a quienes han fallecido ahogados en el Mediterráneo y el Atlántico durante los últimos veinte años tratando de emigrar de sus pueblos de origen. Sobre losas realizadas utilizando una compleja ingeniería hidráulica, la pieza escribirá con gotas de agua, y de manera temporal e intermitente, algunos de los nombres de esos hombres y mujeres que han muerto buscando una vida mejor.

El cómic también tendrá su espacio entre las próximas muestras del Reina Sofía. El 17 de octubre se inaugurará una exposición dedicada a George Herriman, considerado uno de los grandes creadores de este género en Estados Unidos. Perteneciente a una generación de pioneros, ejerció una notable influencia entre artistas como Willem de Kooning u Öyvind Fahlström, y en intelectuales y escritores como E. E. Cummings, T. S. Eliot o Kerouac.

Esta exposición quiere subrayar que el cómic es un medio masivo de influencia artística y no un arte “inferior” o un subproducto artístico asociado a la baja cultura y al público infantil.

Y, de nuevo en el Retiro, a partir del 26 de octubre en el Palacio de Velázquez, podrá verse un trabajo de Esther Ferrer, que tomará el testigo de Walther.

Su proyecto expositivo, titulado Todas las variaciones son válidas, incluida esta, reflexionará sobre cómo hacer visibles los procesos en el tiempo/espacio, la movilización y la transformación del cuerpo, que constituyen el núcleo de la obra de una de nuestras mejores artistas en el campo de la performance.

La muestra incluirá tanto performances e instalaciones relacionadas con ellas como otras obras de la artista (series acabadas), trabajos preparatorios -maquetas, partituras- y documentación de las acciones (fotografías, vídeos).

También en octubre, el 31, el MNCARS abrirá al público una  exhibición del sudafricano William Kentridge, recientemente reconocido con el Princesa de Asturias de las Artes. Desde los años noventa, ha combinado la práctica del dibujo con la del cine y el teatro, convirtiéndose en un creador multidisciplinar que ha cultivado, además, la escenografía, el collage, el grabado, la escultura y el videoarte.

La exposición que se presentará en el Reina Sofía, comisariada por Manuel Borja-Villel y Soledad Liaño, explorará por  primera vez la producción plástica de Kentridge a partir del teatro y de la ópera. Todas las piezas escogidas para la ocasión serán historias de un solo protagonista que sirvieron al artista para entretejer diversas situaciones y dar lugar a realidades más complejas y universales.

Hay que hablar también de la continuidad del programa Fisuras. Se suma a él el barcelonés David Bestué, que presenta el próximo 12 de septiembre su último trabajo allí. Su práctica artística se centra fundamentalmente en la escultura, aunque a veces esta tiene un origen performativo o un carácter efímero y de ella únicamente se conserva la documentación fotográfica.

William Kentridge. Right into her arms, 2016. Colección del artista
William Kentridge. Right into her arms, 2016. Colección del artista

 

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