Kobro y Strzeminski, unidad práctica

El Museo Reina Sofía reivindica sus prototipos

Madrid,

Fueron pareja personal y artística, en sus respectivas producciones desarrollaron elementos en común y algunos distintivos y a ellos les debemos el primer museo del mundo fundado por artistas, que fue a su vez uno de los primeros europeos e internacionales de vanguardia: el Muzeum Sztuki. Hablamos de Kobro y Strzeminski, y precisamente junto a su museo polaco ha organizado el Reina Sofía una retrospectiva, pequeña pero cuidada, de sus trabajos; obras que Borja-Villel ha considerado hoy quintaesencia de la modernidad de entreguerras por su combinación de utopismo y voluntad crítica.

Ambos nacieron en la década de 1890, uno en Moscú y otro en Minsk, fallecieron en los cincuenta en Lodz, y su obra se nutrió del momento de profundas transformaciones políticas y artísticas que conocieron en el contexto de la Unión Soviética, del Suprematismo y el Constructivismo. Pese a su esencialidad, los objetos que diseñaron no pertenecen a una esfera ajena a la cotidiana, sino que tienen evidentes implicaciones prácticas y posibles funciones concretas -las buscadas por el arte de su tiempo y su geografía-, y se transformaron al ritmo de los tiempos; es por ello que podemos hablar de estas piezas como prototipos.

Katarzyna Kobro. Kompozycja przestrzenna (4) [Composición espacial (4)], 1929. Muzeum Sztuki, Łódź
Katarzyna Kobro. Kompozycja przestrzenna (4) [Composición espacial (4)], 1929. Muzeum Sztuki, Łódź

Tanto Kobro como Strzeminski son artistas bien conocidos en Polonia, no tanto fuera de este país, en parte porque buena parte de su producción ha desaparecido y porque ellos mismos no consideraron arte todas sus creaciones. Pero Jaroslaw Suchan, comisario de la exhibición, ha hecho hoy hincapié en la necesidad de ese reconocimiento: por la originalidad de su trabajo, porque este nos acerca a la problemática manejada por los movimientos de vanguardia desde un enfoque distinto a los hasta ahora habituales, por la relevancia actual de las cuestiones que plantean al margen de su imbricación histórica y porque en una época como la nuestra, políticamente compleja y con alternativas esquivas, quizá podamos aprender del arte experimental de este dúo, que propone una ruptura con las convenciones y que mira tanto al presente como al futuro. No hemos tenido, además, demasiadas ocasiones de contemplarlo: hace medio siglo de su última exposición conjunta e individualmente los recuperó el IVAM valenciano en los noventa.

Vista de sala Katarzyna Kobro y Władysław Strzemiński. Prototipos vanguardistas
Vista de sala Katarzyna Kobro y Władysław Strzemiński. Prototipos vanguardistas

Las rupturas que Kobro y Strzeminski propusieron se ceñían, eso sí, a ciertas reglas: entendían que el arte debía respetar, y no trascender, las cualidades de cada disciplina; defendieron la experimentación con formas puras y también la importancia de que toda creación tuviese una relevancia social, o al menos la buscara.

Concebían la creación artística como un trabajo de laboratorio, y las obras de arte como prototipos de formas que facilitasen la organización social en una esfera práctica. En ese propósito, el de alejar a las personas del caos permitiéndoles acercarse a la felicidad, tomaron como valores propios el sentido común y la racionalidad. Estas ideas las desarrollaron tanto en sus obras como en su labor como teóricos, y la muestra del Reina Sofía quiere dar cuenta de ambas facetas.

Vista de sala de la exposición de Kobro y Strzemiński.Prototipos vanguardistas
Vista de sala de la exposición de Kobro y Strzemiński. Prototipos vanguardistas

Reúne 160 obras entre dibujos, carteles, pinturas, collages, esculturas y diseños y se estructura en cinco secciones temáticas, aunque en buena medida los objetos que las componen se estructuren cronológicamente. La primera recoge el comienzo de sus carreras bajo la influencia de Tatlin y Malevich (este último casi un mentor para ellos) y la segunda analiza su concepto del unismo, que les sirvió para nombrar su creencia de que toda obra de arte debía respetar las cualidades de su medio y acercarse a la organicidad de la naturaleza. Si Strzeminski huía del ilusionismo, la tridimensionalidad o el movimiento en sus pinturas, Kobro concibió sus esculturas como intentos de dar forma al espacio, no a la materia; como soluciones espaciales aplicables a la arquitectura y el urbanismo capaces de orquestar el movimiento del tiempo en el espacio.

La tercera sección recoge diseños con evidentes aplicaciones prácticas que manifestaban su voluntad de trasladar el unismo a otros campos artísticos al margen de la escultura y la pintura, como la arquitectura o el diseño industrial y gráfico; la cuarta está pensada como recreación fiel de la Sala Neoplástica de su museo, diseñada por Strzeminski a partir del enfoque neoplasticista de la geometría y el color para exponer sus propios trabajos y los de otros artistas polacos de vanguardia y la quinta estudia otro de los conceptos más originales que acuñaron: el de realismo de la visión, germen de la Teoría de la visión del propio Strzeminski, que se publicaría póstumamente. En aquel ensayo plasmó sus reflexiones sobre la percepción, entendiéndola como proceso que involucraba al cuerpo humano en su conjunto y como fenómeno inmerso en la historia y tan cambiante como nuestras condiciones de vida.

La muestra prueba su buen conocimiento del arte europeo de su tiempo: mantuvieron contacto, y se hace muy patente, con Mondrian, Van Doesburg, Marinetti o Arp y llegaron a formar parte del grupo parisino Abstraction-Création. De hecho, Ernst, Leger, Schwitters, Calder o Picasso, entre otros muchos, donaron obras al Muzeum Sztuki.

Katarzyna Kobro.Paisaje marítimo, ca, 1934-35
Katarzyna Kobro. Paisaje marítimo, ca, 1934-35

El interés de Kobro y Strzeminski por la vanguardia occidental se acentuó cuando, tras trabajar en Moscú y Smolensk y viendo la nueva hostilidad de las autoridades soviéticas hacia el arte experimental, decidieron establecerse (ilegalmente) en Polonia.

Vista de sala de la exposición de Kobro y Strzemiński. Prototipos vanguardistas
Vista de sala de la exposición de Kobro y Strzemiński.Prototipos vanguardistas

 

“Katarzyna Kobro y Władysław Strzemiński. Prototipos vanguardistas”

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS

c/ Santa Isabel, 52

28012 Madrid

Del 26 de abril al 18 de septiembre de 2017

 

 

 

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