El gran salto de David Hockney

The Splash se ha subastado por 23,1 millones de libras, ocho veces más que en su última puja en 2006

Londres,

Sotheby´s Londres dio ayer la gran campanada: una de las consideradas obras seminales del Pop Art, The Splash de David Hockney, fue vendida por 23,1 millones de libras, el tercer precio más alto desembolsado en una puja por una obra del artista británico.

La pintura data de 1966 y representa el instante inmediatamente posterior al salto de un nadador en la piscina. Considerada representativa de la imagen popular del estilo de vida propio de California, no solo ocupa, de hecho, un lugar de honor en el conjunto de la producción de Hockney, sino que también se ha convertido en icono pop y en emblema de la identidad visual de Los Ángeles. En palabras de Emma Baker, responsable de las subastas de arte contemporáneo de la casa Sotheby´s en la capital inglesa, se trata de un ejemplo excelente de la fascinación constante de Hockney por la textura, la apariencia y la profundidad del agua.

El comprador de The Splash permanece por ahora en el anonimato y pagará por la pieza una cifra ocho veces mayor que la registrada en su última venta en puja en 2006: aquella vez “solo” se recaudaron por ella 2.9 millones de libras. Los trabajos del artista británico que superan a esta obra en recaudación son Retrato de un artista (piscina con dos figuras), adjudicado por 90 millones de dólares en Nueva York en 2018 (se trató entonces de un récord en subasta en una obra de autor vivo) y La autopista de la costa del Pacífico y Santa Mónica, vendido también hace dos años por 28,5 millones.

David Hockney. The Splash, 1966
David Hockney. The Splash, 1966

En la misma subasta londinense de ayer continuó la buena racha para la producción de Adrian Ghenie (La llegada se disparó por encima de las estimaciones hasta superar los cuatro millones de libras); en el año del centenario de Wayne Thiebaud, su Californian Fruit Stand, que permanecía en la misma colección europea desde 1960, se adjudicó por 1.815.000 y hubo récord mundial para A.R.Penck: Welt des Adlers I, obra fechada en 1981, cuando el artista acababa de exiliarse de la Alemania Oriental, se vendió por 531.000 libras (su marca más alta en subasta hasta ahora se registró en 2017, también en Londres pero en Phillips, y no llegaba a las 400.000 libras).

Por su parte, Vote to Love de Banksy, pieza que formó parte de una campaña para incidir en las mentiras difundidas para defender el Brexit y de la “Summer Exhibition 2018” de la Royal Academy, duplicó con creces su estimación al dispararse a 1.155.000 libras y Episode champêtre de Dubuffet también duplicó la suya al venderse por 1.815.000 libras. Hay que recordar que el Barbican Centre le dedicará una extensa retrospectiva, patrocinada justamente por Sotheby´s, a partir del mes de septiembre y hasta enero de 2021.

Hubo más cifras abultadas ayer en Londres: Rubber de Basquiat se adjudicó por casi 7 millones y medio de libras, 23 veces la cifra alcanzada en su subasta neoyorquina de 1988; Turning Figure de Bacon, que había permanecido en la misma colección las tres últimas décadas, se vendió por más de siete millones en su debut en las pujas; una serie sin título de pinturas monocromáticas abstractas de Christopher Wool encontró dueño por algo más de seis millones y una de las Antropometrías de Yves Klein, que también pertenecía a una colección familiar en los últimos treinta y cinco años, se vendió por 6.177.750 libras. Se trata de la primera Antropometría que llega a subasta en la que aparecen dos figuras de cuerpo completo.

Banksy. Vote to love, 2018
Banksy. Vote to love, 2018

 

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