Teresa Solar Abboud es hija de padre español y madre egipcia; esos lazos familiares tienen que ver con que pueda hablar árabe, aunque no leerlo ni escribirlo, una circunstancia casual que también se sitúa en el origen de algunas de sus inquietudes creativas: le interesa el concepto de traducción en un sentido muy amplio (más allá de lo textual), la morfología del habla y las posibilidades de aproximarse al lenguaje desde la escultura o la instalación.
Su producción plantea narraciones en muchas capas, y reflexiones sobre las nociones de aislamiento y resistencia, aunque como la de su compañera de generación June Crespo, que actualmente expone en el Guggenheim bilbaíno, también incorpora connotaciones de conectividad, de tránsito de flujos; en su caso, la sugerencia de órganos corporales tiene que ver con la evocación de su capacidad de generar palabras.
En los últimos años, esta autora madrileña viene desarrollando instalaciones de gran formato compuestas por esculturas que generan entre sí familias y que pueden hermanarse pese a la disparidad de sus tamaños y de sus formas. Dan lugar a ecosistemas y resultan indisociables de sus discursos sobre asuntos macro y micro: de lo que entendemos por mecanismos de progreso social en nuestra época a narraciones de lo pequeño y ligado a las fallas del cuerpo y de su capacidad de expresión, como lesiones deportivas o tartamudeos; en ocasiones, también remiten sus obras a hallazgos en paseos por la ciudad.
Además de diferir en su formato, estas piezas lo hacen en sus materiales, desde el barro a los objetos encontrados, y se relacionan entre sí en función de sus referencias a las propiedades de lo orgánico o de lo industrial, esfera esta última tendente a la hibridación de lo natural y lo sintético; resulta especialmente interesante el trabajo de Solar Abboud con barro, por su cariz simbólico de las relaciones del ser humano con la tierra, cuyas cualidades aislantes le permiten idear cavernas desde las que transmitirnos esos relatos sobre autoprotección de los que hablábamos. En este tipo de propuestas, los exteriores crudos y bastos suelen contrastar con interiores de acabados delicados y tonalidades brillantes que, en algún caso, pueden recordarnos a los colores de los monos que utilizan los mineros o los de los aerosoles empleados para marcar nuevos túneles a trazar en lo subterráneo.
La producción de esta autora en los últimos años queda compendiada en una doble muestra que, a lo largo de este año, acogen primero el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles y, después, el MACBA de Barcelona, y que han comisariado Tania Pardo, ahora directora de la primera institución, y Claudia Segura, curadora de exposiciones y de la colección del museo catalán. En el espacio madrileño lleva por título “Pájaro sueño de máquina”, en el MACBA se llamará “Sueño máquina de pájaro” y subraya cómo la labor de Solar con la materia, y su exploración a través de esta del lenguaje y, en general, de toda producción corporal es susceptible de transformarse o expandirse en función del lugar donde se exhiba. De hecho, para esta propuesta, el CA2M se ha abordado como espacio de contracción, y el museo del Raval, como espacio de dilatación (aquí, a partir de octubre, la presentación se ampliará con nuevas piezas). Y no será este, en realidad, el último escenario de esta exhibición, que aún tendrá una última parada en Turín, en la sede de la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, donde recalarán varias de estas instalaciones sometidas a la relectura de Irene Calderoni. Mutatis mutandis.
En Móstoles, centran “Pájaro sueño de máquina” piezas concebidas específicamente para las dos salas del CA2M que las acogen y que condensan investigaciones recientes sobre los parentescos entre lo corporal y lo industrial y las metáforas que de ellos se derivan (orificios que incorporan vacíos, huecos que permiten flujos); en Barcelona adquirirán mayor peso los lazos entre lo real y lo imaginario y los acabados plásticos o que, por su brillantez y lisura, remiten a la estética industrial. En este caso, podremos contemplar trabajos tempranos junto a los más recientes de esta autora, que en sus inicios se desenvolvió también en la práctica del dibujo y el vídeo a la hora de ahondar en el origen de cada forma y en las ideas que en torno a ellas pueden orbitar.
Teresa Solar Abboud. “Pájaro sueño de máquina”
CENTRO DE ARTE DOS DE MAYO. CA2M
Avenida de la Constitución, 23
Móstoles, Comunidad de Madrid
Del 17 de febrero al 25 de agosto de 2024
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