Ricardo González García: filosofía y rizomas

Presenta su producción reciente en Torrelavega

Torrelavega,

Uno de los primeros artistas en pasar por nuestra sección Fichados fue el santanderino Ricardo González García, cuyas pinturas profundizan, desde ciertos ecos expresionistas o neobarrocos, en las posibilidades de representar lo inestable y lo sujeto a metamorfosis: nos ofrece simulacros buscados que puedan generar, en el espectador que cree que ya lo ha visto todo, perplejidad y extrañamiento. Es difícil, no obstante, etiquetar su producción en el marco de cualquier estilo, porque lo que sobre todo le interesa es la reflexión sobre los distintos y posibles modos de hacer pintura.

Su última exposición en Cantabria tuvo lugar en 2016 en la Galería Siboney de Santander y ahora presenta sus grabados y lienzos más recientes, pertenecientes a la serie Fasmas, en la Sala Mauro Muriedas de Torrelavega. Estudioso de la cultura visual, la fenomenología y la estética, González continúa trabajando vinculando ciencia, filosofía y antropología y haciendo interactuar concepto y práctica; le interesa además la reflexión sobre nociones opuestas como la presentación y la representación, lo figurativo y lo abstracto, lo contenido y el continente, lo interior y lo exterior, lo subjetivo y lo objetivo o lo racional y lo mágico.

El título y el fondo del proyecto que, hasta el 7 de diciembre, presenta en esa localidad cántabra procede de la reciente publicación de Georges Didi-Huberman Fasmas. Ensayos sobre la aparición: su lectura llevó al artista a terminar obras que había dejado inacabadas y a ahondar en esa noción de aparición, en lo que hay de creencia en nuestra asimilación de las obras de arte. En sus palabras, y movido por la curiosidad, trata de generar otro tipo de conocimiento que, partiendo de la creación plástica asimilada desde su perspectiva antropológica, nos permita una retroalimentación donde se generen preguntas y respuestas alrededor de lo que el arte transmite a cada espectador.

El término fasma, además de aludir a una aparición sobrenatural en su acepción latina, se relaciona con el verbo phainein (brillar o hacerse visible). Fue Platón quien indicó que esas apariciones podían mostrar semejanzas con algunas realidades, por eso llamamos fásmidos a los insectos que se camuflan con su entorno para sobrevivir. Los trabajos de González García que integran esta serie nos proponen una triple vía de camuflaje: la de formas sin forma (conocida) que se tintan de un color que las hace prácticamente indiferenciables; la de la mezcla de estereotipos y signos lingüísticos a partir de una combinatoria que encuentra sentido a través de una configuración tardía, y relativa a “terceras realidades” nacidas de la fusión de las palabras y las cosas y, por último, la de un camino de doble sentido entre el arte y la vida en el que se disuelven los límites entre ambos a la hora de indagar en torno a los marcos de representación y legitimación de las manifestaciones humanas.

Ricardo González. Viovario ignoto: verde, savia, cinabrio y oliva, 2019
Ricardo González. Vivario ignoto: verde, savia, cinabrio y oliva, 2019
Ricardo González. Vivario ignoto: magenta permanente y malva, 2019
Ricardo González. Vivario ignoto: magenta permanente y malva, 2019

 

Ricardo González García. “Fasmas”

SALA MAURO MURIEDAS

Antiguas Caballerizas

Torrelavega

Del 8 de noviembre al 7 de diciembre de 2019

 

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