Piensa como un artista

Will Gompertz, actual director de Arte de la BBC británica y ex director de comunicación de la Tate, regresa tras ¿Qué estás mirando? con otro libro de tono igualmente ameno y didáctico, Piensa como un artista, editado también por Taurus. Esta vez no propone una revisión de la historia del arte contemporáneo atendiendo a su evolución movimiento a movimiento, sino que nos ofrece un compendio de ideas para que desarrollemos nuestras actividades cotidianas y profesionales, o emprendamos otras, con creatividad, es decir, pensando como creadores.

Esas ideas las toma Gompertz de los procesos de trabajo de artistas pasados (Caravaggio, Vincent Van Gogh, Piero della Francesca, Rembrandt, Miguel Ángel, Vermeer, Picasso, Andy Warhol…) y también de autores vivos con los que él ha mantenido, en algunos casos, contacto y amistad. Entre estos últimos se encuentran Theaster Gates, Bridget Riley, Luc Tuymans, Peter Doig, Kerry James Marshall, Ai Weiwei, David Hockney o Bob y Roberta Smith.

Partiendo de la idea de que todas las personas somos creativas y de que la capacidad de alumbrar ideas originales no es propiedad de iluminados  sino cuestión de actitud y comportamiento, Gompertz propone claves teóricas y prácticas que pueden ayudarnos a agudizar nuestro ingenio, entre ellas: tener confianza en el propio talento y no pedir permiso a la hora de desarrollarlo, aprender de los fracasos y no desdeñar las posibilidades de éxito de los planes b, cultivar nuestra curiosidad en distintas direcciones, aprovechar las enseñanzas de las ideas ajenas valiosas (porque la originalidad completa no existe, pero sí las combinaciones únicas), cuestionar todo, también lo que parece incuestionable, porque hacerse preguntas no dificulta el proceso creativo sino que aporta claridad; pensar en el conjunto y también en el detalle, convertir nuestro punto de vista en nuestro sello, no tener miedo a crear y dedicar tiempo a pensar qué queremos hacer, al menos tanto tiempo como al propio acto físico de elaborar nuestra obra, tenga o no carácter artístico.

Los últimos capítulos de Piensa como un artista no aportan tanto consejos individuales como sugerencias de mejoras educativas y laborales de cara al futuro: en la estela de los citados Bob y Roberta Smith, Gompertz sugiere que, si no por sus planes de estudio, al menos sí por su actitud, todas las escuelas deberían ser escuelas de arte y enseñar no solo los logros que alcanzaron las grandes mentes sino también cómo lo hicieron, o evaluar proyectos con calificaciones como “Nuevo” o “Interesante”, en sustitución de “Bien”, “Mal, “Correcto” o “Incorrecto”.

En lo relativo al ámbito laboral, y aquí las reflexiones de Gompertz pueden levantar ampollas, el autor de Piensa como un artista propone la adopción, para todos, de un sistema económico parecido al mercado en que se mueven los artistas, es decir, que la mayoría seamos autónomos, cada uno especialistas en nuestro campo, y que renunciemos a la seguridad a cambio de la independencia, la experimentación y la realización personal.

Dice el autor que “la falsa división entre quienes son y no son creativos terminará desapareciendo cuando nos demos cuenta de que todo el mundo tiene el don de crear obras imaginativas de mérito”, y de venderlas. Se esté o no de acuerdo con este último apartado, sí merece muchas reflexiones la idea general de Piensa como un artista: lo que nos hace especiales, a todos, es la mente y nada más, y de nosotros depende ampliar sus capacidades y aprovecharla al máximo para nuestra satisfacción personal y quizá la de otros.

TÍTULO: Piensa como un artista

AUTOR: Will Gompertz

EDITORIAL: Taurus

IDIOMA: Castellano

PÁGINAS: 206 pp

PRECIO: 19,90 euros

TRADUCCIÓN: Miguel Marqués Muñoz