Markus Oehlen, el rock and roll del pincel

La Galería Juana de Aizpuru expone su obra reciente

Markus Oehlen. Sin título, 2013
Markus Oehlen. Sin título, 2013

Junto a su hermano Albert y a otro artista alemán fundamental de su generación, el fallecido Martin Kippenberger, Markus Oehlen es representado en España por la Galería Juana de Aizpuru, que hasta el 30 de enero del año próximo presenta una muestra dedicada a sus pinturas realizadas en los últimos años.

Los tres (Albert y Markus Oehlen y Kippenberger) formaron en 1984, junto a Werner Böttner, La Banda, un colectivo desde el que defendieron una pintura entendida como “acontecimiento social” que renovara el panorama artístico en su país. Antiguos miembros de un grupo de música, compartían ambiciones literarias y títulos corrosivos e ingeniosos en sus obras. Rechazaban la pintura como un fin en sí misma y abordaban entonces temas y asuntos de actualidad de la sociedad contemporánea.

Representativo de los principios que guiaron la pintura europea en la década de los ochenta, Markus, que además de pintor es músico amante del punk, el rock y la electrónica y escultor, ha propuesto en sus obras relecturas del fetichismo objetual del Pop Art sirviéndose de recursos propios del arte óptico, y en este sentido se suele citar a Lichtenstein y Vasarely como dos de sus referentes fundamentales. Sigmar Polke fue otro de sus maestros, sobre todo en sus inicios.

En sus trabajos, como en los de los Nuevos Salvajes con los que también se relacionó, encontramos una repuesta visceral y viva a la moderación formal y la sobriedad propia del arte minimalista y también de muchas propuestas conceptuales, pero cuando los llamados Neue Wilde evolucionaron hacia el Expresionismo abstracto, él no quiso seguir su camino, que interpretaba como una vía muerta. Prefirió que su obra ganase claridad.

En las pinturas que ahora nos muestra Juana de Aizpuru vemos cuerpos humanos más o menos claros o distorsionados que no suelen presentarse completos, sino con partes modificadas por lo que parecen vendas o formas ameboides u orgánicas. Pueden tener mallas como fondo. Destaca su cromatismo vivo, del que no nos llama tanto la atención su variedad como la luz que desprende y lo audaz de su combinación tonal, frente a los colores más oscuros y las obras más sombrías que Oehlen realizaba hace treinta años. Sus obras no contienen narraciones, ni ofrecen interpretaciones fáciles que allanen el camino del espectador, “solo” sugieren atmósferas, emociones que parecen ligadas a problemas de identidad o a un vacío existencial.

Markus Oehlen. Sin título, 2013
Markus Oehlen. Sin título, 2013

 

Comentarios