La copia de La Gioconda que conserva el Prado fue pintada por un discípulo de Leonardo

La restauración de la obra prueba, según los expertos, que fue realizada en el taller del genio florentino mientras éste ejecutaba la original

Madrid,

Detalle de la copia de la Mona Lisa conservada en el Museo Nacional del Prado. Fotografía: © Museo Nacional del Prado

Un artículo publicado hoy en The Art Newspaper que situaba a la copia de La Gioconda conservada en el Museo Nacional del Prado como la más temprana de la emblemática obra de Leonardo despertaba esta mañana la expectación de los medios españoles, y nuestra pinacoteca se ha apresurado, esta tarde, a dar más datos.

Esta reproducción de La Mona Lisa no es un hallazgo nuevo y procede de la antigua Colección Real. La fecha exacta de su llegada a nuestro país se desconoce, pero podría encontrarse ya en España a comienzos del siglo XVII, según el responsable de Pintura del Renacimiento del Prado, Miguel Falomir. Tres elementos clave diferencian esta obra de La Gioconda original leonardesca: la factura, claramente diferente; las cejas, invisibles en la obra del genio de Vinci, y la ausencia de paisaje en el caso de la copia.

Durante mucho tiempo se pensó, según Falomir, que esta copia se fechaba en el siglo XVI, pero la reciente restauración de la pieza hila más fino en la hipótesis: pudo salir de la mano de dos de los alumnos del taller de Leonardo más próximos a él, Andrea Salai o Francesco Melzi, y se descarta que el maestro interviniera en ella.

Los análisis técnicos sobre la réplica de La Gioconda se iniciaron hace dos años, cuando el Louvre demandó la obra al Prado para integrarla en una muestra centrada en La Virgen, el niño y Santa Ana que se inaugurará el próximo marzo y el uso de radiografías y fotografías con infrarrojos trajo sorpresas: aparecieron en la pintura elementos desconocidos hasta entonces, como el paisaje, muy similar, que pudo ser repintado de negro al menos dos siglos después de la elaboración original de la pieza sirviendo a los gustos estéticos del momento.

Los estudios no arrojan ya dudas: el cuadro, “con absoluta certeza”, está hecho en el entorno de Leonardo da Vinci o en el propio del taller del pintor. Las rectificaciones de la copia son prácticamente exactas a las que hizo Da Vinci, lo que hace pensar que el discípulo presenció el proceso de creación de la obra e introdujo los mismos cambios que su maestro. Las dimensiones también son casi idénticas en ambos casos. Además, antes de esta restauración se creía que esta copia de La Gioconda había sido pintada sobre roble, lo que la descartaba su manufactura italiana, pero ahora se ha sabido que era de nogal, igual que la auténtica Mona Lisa.

Lo más destacado en cualquier caso, según Gabriele Finaldi, subdirector del Prado, es su buen estado de conservación, que permitirá que esta gemela de La Gioconda pueda trasladarse el mes que viene a París para fascinar a su público junto a la obra maestra de Leonardo. Allí ambas podrán verse entre el 29 de marzo y el 29 de junio, tras la presentación oficial de la copia restaurada, el 21 de febrero, en Madrid.

 

 

 

 

 

 

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