La Colección Masaveu despliega sus Sorollas

El Museo de Bellas Artes de Valencia exhibe 46 de sus telas

Valencia,

Es sabido que Picasso y Sorolla comparten aniversarios este 2023 (medio siglo se cumple del fallecimiento del malagueño, uno de la muerte del valenciano). Entre los centros que obligadamente habían de recordar al autor de Triste herencia se encuentra el Museo de Bellas Artes de su ciudad natal, que hasta octubre acoge medio centenar de sus pinturas procedentes de la Colección Masaveu, los fondos privados más ricos en obra de Sorolla.

Esta será la muestra más relevante sobre el artista que le brinde ese espacio en su centenario: bajo el comisariado de María Soto Cano, conservadora de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, vendrá a subrayar cómo su obra conjugó la atención a temas cotidianos y vitales con una evidente maestría técnica en el tratamiento de la luz y el color. Las composiciones seleccionadas se fechan desde 1882 hasta 1917, esto es, desde la juventud temprana de Sorolla, cuando no había alcanzado la veintena y se encontraba aún en su etapa de formación, hasta tres años antes de su muerte, debida a un derrame cerebral. Podremos rastrear así su evolución en los distintos géneros que cultivó, si bien buena parte de las piezas escogidas responden a su amor por el mar y la vida en torno a la playa.

Joaquín Sorolla. Niños en la playa. Estudio para Verano, 1904. Colección Masaveu. Fotografía: Carlos Morilla
Joaquín Sorolla. Niños en la playa. Estudio para Verano, 1904. Colección Masaveu. Fotografía: Carlos Morilla

Cuatro secciones articulan el recorrido, cronológico aunque no estrictamente, en el que no faltan trabajos esenciales. El primer apartado se centra en los años en los que aprendió el oficio, cuando ponía las raíces del desarrollo posterior de su producción; en su paleta predominaban entonces los tonos oscuros, como apreciaremos en una copia de Velázquez (La reina doña Mariana de Austria); en Últimos sacramentos. Carlos V en Yuste, testimonio de su atención inicial a la pintura de historia; o en la literaria El beso de Fausto, que llevó a cabo en Asís.

La segunda sección corresponde a su primera madurez, periodo en que definía su lenguaje desde parámetros naturalistas y lumínicos, sobre todo desde 1894. Contemplaremos El mamón, de ese mismo año; la sutil acuarela ¡Cuidado, no le despiertes!, un lustro posterior; y estudios o pinturas ligadas a obras esenciales del periodo, como La vuelta de la pesca (hacia 1895) o el citado ¡Triste herencia! (1899), que ambientó Sorolla en la playa de El Cabañal.

Un tercer episodio, el más extenso en número de lienzos, nos sumerge en su fase de plenitud, la de la década 1900-1910, cuando se fijó sobre todo en las labores de los pescadores valencianos en distintos momentos del día y estaciones y llevó a cabo la mayoría de sus escenas de baño. Encontraremos también retratos, como La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta, de impronta asimismo velazqueña, o los de El actor francés Ernst Coquelin Cadet y su mujer y sus hijas, efectuados al aire libre. Por último, el episodio final de esta antología, breve pero escogida, explora el proyecto que llevó a cabo por encargo de la Hispanic Society neoyorquina sobre la idiosincrasia de nuestro país, Visión de España -que pudo verse en itinerancia en varios centros hace algo más de una década-, a través de dos obras (Pescadores de Lequeitio y Vista de Toledo). Ponen punto y final al conjunto sus atípicas Danzarinas griegas, de 1917.

Joaquín Sorolla. Playa de Valencia, 1902. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. Playa de Valencia, 1902. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta, 1905. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta, 1905. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla

Como novedad, el diseño museográfico de esta exhibición nos permitirá contemplar la parte trasera de las telas, gracias a un montaje basado en los caballetes de cristal ideados por Lina Bo Bardi en 1968 para el Museo de Arte de São Paulo.

Hay que subrayar que “Colección Masaveu. Sorolla” se completa con la edición de un catálogo, interesante no solo porque profundiza en el conjunto de estos fondos y cuenta con un texto de Pedro J. Martínez Plaza sobre los coleccionistas españoles de Sorolla, sino, además, porque la recaudación alcanzada a través de su venta se destinará a la restauración de la pintura El Cabo Noval de Antonio Muñoz Degraín. El centenario del fallecimiento de este último llegará, por cierto, en 2024.

Joaquín Sorolla. Elaboración de la pasa. Jávea, 1900. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. Elaboración de la pasa. Jávea, 1900. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. Mi mujer y mis hijas en el jardín, 1910. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla
Joaquín Sorolla. Mi mujer y mis hijas en el jardín, 1910. Colección Masaveu. Fotografía: Marcos Morilla

 

 

“Colección Masaveu. Sorolla”

MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALENCIA

c/ Sant Pius V, 9

Valencia

Del 29 de junio al 1 de octubre de 2023

 

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