José Gallego, un rostro para los maestros

El artista expone sus retratos de artistas en el MAS de Santander

Santander,

Cuenta el artista cántabro José Gallego que hace unos años paseaba por el Museo de Bellas Artes de Valencia y quedó sorprendido por la contundencia de la mirada en el autorretrato de Velázquez que pertenece a los fondos de ese centro: fechado solo unos años antes que Las Meninas, en 1650, es la única composición de este género que se acepta que salió de la mano del sevillano, lo llevó a cabo en Roma y en él se presenta con busto corto y golilla blanca. En todo caso, decíamos, lo que llamó su atención fue su mirada, sobre la que tuvo que tomar algunas notas.

No mucho más tarde, visitó con su hija la National Gallery de Londres y salieron a su encuentro otros dos autorretratos, de Murillo y de Carel Fabritius. En el primero, datado hacia 1670 (cuando el andaluz tenía una edad semejante a la de Velázquez en la pieza anterior, cincuenta años), vemos al pintor inserto en un marco ficticio, adelantando su mano derecha, vestido de negro y con el cuello que llamamos valona. Una vez más, en lo que especialmente se fijó Gallego fue en sus ojos, que transmiten seguridad en sí mismo y cierta relajación; una inscripción revela que realizó este cuadro para cumplir con los deseos y oraciones de sus hijos. Muy distinta es la actitud que mostraría Fabritius en su pintura (es imposible saber con certeza que se trate de un autorretrato, pero muy probablemente lo sea). Este aprendiz talentoso de Rembrandt la ejecutaría en el último año de su vida breve, porta coraza de soldado -su maestro también se retrató así- y su mirada es inequívocamente intensa; para el autor santanderino, es como si la figura hubiese sonreído a alguien en un momento justo anterior. En esta ocasión, el hecho de que este fuera o no un autorretrato posiblemente no se consideró importante en la época: las imágenes de tipos o personajes de diferentes profesiones, conocidas como tronies, eran muy populares entonces y los artistas se valían de sí mismos como modelos para pintar.

Aún otros dos episodios más condujeron a Gallego a ahondar en los retratos de grandes pintores: el recuerdo de una efigie de Ribera que formaba parte de la colección de sellos de su padre y el de unas palabras de John Ashbery, sobre una obra de Parmigianino, en la librería Michelena de Pontevedra: Hay en esa mirada fija una combinación de ternura, diversión y pesar.

José Gallego. Dibujos transitivos. Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria. MAS
José Gallego. Dibujos transitivos. Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria. MAS

Del deseo de profundizar en esas sensaciones que guardan las miradas de los artistas en sus retratos, nace la exhibición que este autor presenta hasta enero de 2025 en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria. MAS: se llama “Dibujos transitivos” y consta de ochenta trabajos sobre papel realizados con lápiz de grafito; salen por primera vez de la intimidad de su taller y muestran las los semblantes, tamizados por su visión personal, de creadores del manierismo y del barroco. Las épocas no han sido elegidas por casualidad; como recuerda Gallego, en esos momentos se manejaron nuevos géneros y nuevas técnicas de la pintura, mientras se gestaba la individualidad moderna.

Muchos serán conocedores de sus nombres y de su obra, pero no siempre hemos llegado a ver sus caras llevadas a lienzo; este autor nos los presenta en papel, incidiendo en lo complejo de sus identidades (de las de todos) y en la gran profundización en los enigmas de la condición humana emprendida por muchos de los artistas barrocos aquí representados. En ninguno de estos dibujos distraen al espectador posibles elementos accesorios, más allá de algún collar, sombrero o fragmento de vestimenta: ha preferido Gallego incidir en la psicología quizá plasmada en las imágenes que de ellos conocemos. Son siempre las miradas y los gestos los que aportan intensidad a estas composiciones.

Los espectadores podrán tener la sensación de que se generan ciertas relaciones entre ellos, además de sentirse ellos mismos, como observadores receptores de miradas, apelados. Y descubrirán, seguramente, nombres desconocidos, porque a autores sin posibilidad de pérdida (Rubens, Jordaens, Clara Peeters, Rembrandt, Gerrit Dou, un posible Vermeer, Van Dyck, Poussin, Rigaud, Tiziano, Velázquez, Pontormo, Tintoretto, Veronés, Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana, Bernini, Annibale Carracci, Caravaggio, Guido Reni, Lucas Jordán, Carducho, El Greco o el mismo Velázquez) se les suman otros que pueden ser hallazgos para muchos, como Maria Schalcken, Johannes Gumpp, La Tintoretta (Marietta Robusti), Arcangela Paladini, Paulus Moreelse, Maarten van Heemskerck o Jusepe Nicolás Martínez y Lurbez.

El de Gallego viene a ser un homenaje a quienes supieron detectar y mostrar la interioridad propia y la ajena en sus señales más sutiles: a través de los ojos, que como señalaba el fallecido Calvo Serraller eran la más evidente ventana del cerebro.

José Gallego. Sofonisba Anguissola
José Gallego. Sofonisba Anguissola

 

 

José Gallego. “Dibujos transitivos”

MUSEO DE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO DE SANTANDER Y CANTABRIA. MAS

C/ Rubio, 6

Santander

Del 25 de octubre de 2024 al 12 de enero de 2025

 

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