Guido Reni y Herrera el Mozo, protagonistas de 2023 en el Museo del Prado

El centro expondrá también arte español procedente de la Frick Collection

Madrid,

El Museo del Prado ha dado a conocer hoy su programación expositiva de cara a 2023: en la primera mitad del año, estará centrada en el periodo barroco y en obras maestras del arte español procedentes de la Frick Collection, que podrán verse por primera en nuestro país; y en el segundo semestre transitará la pinacoteca por caminos inexplorados: se analizarán la imagen del judío en la Edad Media y los reversos de las obras de arte. Asimismo, continuará el Prado ofreciéndonos revisiones de sus fondos en nuevos itinerarios y reforzando la proyección internacional de su Centro de Estudios.

La primera muestra del año será “La pintura española de The Frick Collection”, que reunirá, desde el 7 de marzo, un conjunto de nueve obras significativas de Velázquez, El Greco, Murillo y Goya adquiridas por el filántropo e industrial Henry Clay Frick. Actualmente la mansión Frick, que alberga su colección, se encuentra en obras, circunstancia que ha propiciado este préstamo, que será histórico: salvo dos de las piezas, el resto no se habían vuelto a ver en España desde su salida.

Velázquez. Felipe IV en Fraga, 1644. ©The Frick Collection
Velázquez. Felipe IV en Fraga, 1644. ©The Frick Collection

Será el 28 de marzo cuando inaugurará el Museo una antología de Guido Reni organizada en colaboración con el Städel Museum alemán. Bajo el comisariado de Andrés Úbeda de los Cobos y David García Cueto, repasará las contribuciones del boloñés al arte de su tiempo, incidiendo en investigaciones recientes, en su relación con España (atesoraron sus obras la corona y la alta aristocracia) y en la influencia de sus modelos iconográficos entre autores del Siglo de Oro.

Reunirá esta retrospectiva un centenar de pinturas, esculturas y piezas gráficas, del propio Reni y de artistas contemporáneos, como Tiziano, los Carracci, Caravaggio, Zurbarán, Ribera o Murillo; algunas serán inéditas para el público y otras se presentarán tras su restauración. El pasado otoño también acogió el Städel Museum una revisión de la trayectoria del pintor, pero se trata de muestras independientes entre sí desde una perspectiva científica.

Guido Reni. Hipómenes y Atalanta, 1618-1619 (antes de la restauración). Museo Nacional del Prado
Guido Reni. Hipómenes y Atalanta, 1618-1619. Museo Nacional del Prado

Un mes después, el 25 de abril, abrirá el Prado “Francisco de Herrera ‘el Mozo’ y el Barroco total”, con el comisariado de Benito Navarrete. Reivindicará a uno de los artistas más relevantes del barroco español, del que se han restaurado para la ocasión un buen número de trabajos. Formado como dibujante y como pintor de naturalezas muertas de peces, pasó por Italia y gozó del apoyo de mecenas vinculados a la Academia de San Lucas y la de Virtuosi al Pantheon, pero también aprendió grabado en Sevilla, junto a su padre Francisco de Herrera “el Viejo”, y se relacionó con Murillo.

Hará hincapié esta antología en la transversalidad de su producción: el sevillano fue autor de lienzos, frescos, grabados, retablos, arquitecturas, escenografías teatrales, tapices e incluso ceremonias funerarias; además, colaboró con los retablistas Sebastián de Benavente o José Simón de Churriguera, que lo convirtieron en introductor del estípite y precursor del salomonismo en la retablística y la arquitectura hispánica.

Francisco de Herrera “el Mozo”. El triunfo de San Hermenegildo. Museo Nacional del Prado
Francisco de Herrera “el Mozo”. El triunfo de San Hermenegildo. Museo Nacional del Prado

Ya en verano se sumará el Museo a la conmemoración por el medio siglo transcurrido desde la muerte de Picasso. Entre junio y septiembre su obra se pondrá en relación con la de El Greco bajo la mirada de Carmen Giménez: el malagueño se dejó influir especialmente por aquel en su primera etapa, en su tránsito entre el periodo azul y el cubismo.

“El espejo perdido. La imagen medieval del judío y el judaísmo” nos espera en el Prado desde octubre, con la colaboración del Museu Nacional d’Art de Catalunya y el comisariado de Joan Molina Figueras. Estudiará esta exposición la compleja construcción de la imagen de lo judío en la creación española bajomedieval, a partir de sendas figurativas que no solo estigmatizaron, sino que también reflejaron convivencias o propiciaron intercambios culturales.

El recorrido de esta muestra nos permitirá adentrarnos en las relaciones interreligiosas en nuestro país entre los siglos XIII y XV, a partir de imágenes que pretendían estimular las conversiones o recalcar la sinceridad en la fe de los nuevos cristianos, o de obras concebidas para exaltar y legitimar la Inquisición real. Otras piezas remitirán al estímulo de la Eucaristía, la devoción a la pasión de Cristo o el debate entre la Antigua y la Nueva Ley, enriqueciendo esta cuestión con lecturas y matices que esquiven tópicos.

Se analizará, en definitiva, cuál fue el papel de las imágenes en el conflicto entre cristianos, judíos y conversos que derivó en la expulsión de 1492, cómo podemos interpretar los productos e imágenes alumbrados en un ambiente de coexistencia y colaboración y en qué medida el arte guardó relación, representativa o incentivadora, con la violencia desatada hacia las aljamas hebreas en época medieval o favoreció el señalamiento de los hebreos y la desconfianza hacia los conversos.

Pedro Berruguete. Auto de fe presidido por Santo Domingo de Guzmán. Museo Nacional del Prado
Pedro Berruguete. Auto de fe presidido por Santo Domingo de Guzmán. Museo Nacional del Prado

En las traseras de los soportes pictóricos, como espacios para lo íntimo y privado, profundizará la exhibición “Reversos. El lado oculto”, que será comisariada por el artista Miguel Ángel Blanco y podrá visitarse desde el 7 de noviembre. Descubriremos cómo, a fines de la Edad Media y en el Renacimiento, ciertos usos de la pintura, que implicaban su traslado y manipulación, favorecían que se comprendiera como objeto, por más que casi siempre se hayan exhibido adosadas al muro. Únicamente el artista y, quizá, el coleccionista, podrían conocer lo que guardaba en el reverso, vedado al resto.

Desde hace años, la investigación sobre las colecciones de los museos a partir de documentación fotográfica completa y la restauración de los soportes han contribuido a desvelar las representaciones, mensajes, pruebas, datos… que contiene esa espalda del arte a la que antes no se había prestado mucha atención.

No faltarán tampoco exhibiciones centradas en el dibujo, en la sala D del Edificio Jerónimos. En mayo comenzará “Emilio Sánchez Perrier (1855-1907). Dibujos”, la primera monográfica dedicada a esa faceta del paisajista sevillano, posible gracias a la donación de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán en 2019; después viajarán estas composiciones al Palacio de los Golfines de Abajo de Cáceres, sede de esa institución. Y desde octubre contemplaremos en la misma estancia “El dibujo para grabar en la España ilustrada. De Carmona a Goya”, montaje dedicado a los dibujos preparatorios que se realizaban, previos al grabado, sobre láminas de cobre. Será su comisario José Manuel Matilla.

UNA SECCIÓN MONOGRÁFICA PARA LAS COPIAS
En lo relativo a las intervenciones sobre su colección permanente, el Museo del Prado también nos anuncia novedades. Este año disfrutaremos de una sección monográfica dedicada a la copia de obras de arte, que acogerá la Sala 40 del Edificio Villanueva y nos permitirá conocer las particularidades que dichas copias han revestido a lo largo de la historia, en diversas muestras correspondientes a periodos temporales.

La primera se dedicará a las lecturas de grandes maestros del Renacimiento italiano -de Rafael, Tiziano, Correggio o Parmigianino- realizadas por pintores contemporáneos a los originales, algo posteriores o por autores del siglo XIX. Además, este año traerá un avance en la renovación de las salas del naturalismo europeo y se abordará una nueva instalación museográfica en el Patio Norte del Edificio Villanueva: una presentación de 18 medallones anónimos y de mármol, con perfiles de diversos personajes, cuya catalogación correcta permitirá retrasar su datación a fechas anteriores al siglo XV. Esta serie se expondrá, como novedad, completa y restaurada; asimismo, se mantendrá en ese espacio la escultura exenta que hay allí actualmente, la Venus de Baccio Bandinelli.

En paralelo, se presentará una nueva instalación museográfica de la galería jónica baja norte, dedicada a la escultura: veremos un conjunto de bustos renacentistas y altorrelieves barrocos restaurados y no expuestos en la actualidad, con sátiros y ménades, procedentes de la colección del séptimo marqués del Carpio y de Eliche. Esta galería recuperará, por cierto, su relación visual y lumínica con el Paseo del Prado, pudiendo percibirse la trasera de las esculturas del siglo XIX que ornamentan la fachada.

Los próximos itinerarios en torno a los fondos de la pinacoteca serán, por último, Realidades cifradas. Calderón de la Barca y la pintura (entre mayo y septiembre) y La importancia del marco en la pintura (entre noviembre y marzo).

Bernard van Orley. La Sagrada Familia (anverso y reverso). Museo Nacional del Prado
Bernard van Orley. La Sagrada Familia (anverso y reverso). Museo Nacional del Prado

 

 

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