JR ha sido siempre seguidor de la obra de Art Spiegelman y este último alaba la idea de traslado del arte al espacio público que lleva implícita la obra del artista urbano y su voluntad de poblar la ciudad de imágenes que no tienen intención publicitaria y que, a su vez, invitan a reflexionar sin resultar a quien las observa tan “agresivas” como los graffitis personalistas al uso.
Ambos, bien avenidos por tanto, han participado en la creación de “Los fantasmas de Ellis Island”, un libro que recoge la intervención del graffitero francés en la isla-aduana de Nueva York, que permaneció en funcionamiento entre fines del s XIX y mediados del siglo pasado y vio llegar a doce millones de inmigrantes deseosos de labrarse un futuro en Estados Unidos. Por su parte, Spiegelman, autor del célebre Maus, incorpora a este volumen cuatro ilustraciones de las que dos se inspiran en historias reales de esos inmigrantes.
Cuando JR acudió en verano del año pasado a Ellis Island conoció las instalaciones en las que las personas que llegaban a Nueva York tras largos viajes cruzando el océano eran examinados y censados, y prestó especial atención al hospital ubicado al sur de la isla, a día de hoy en estado prácticamente de abandono (una asociación, Save Ellis Island, reclama mayores esfuerzos por su conservación y puesta en valor por su significado histórico).
El garante francés del paste-up quiso contribuir con esta agrupación, y ha decidido hacerlo de la mano de Unframed (Sin marco), un proyecto cuyo fruto tangible es ya el libro “Los fantasmas de Ellis Island”, que ha sido editado por Damiani Editore y que cuenta con 121 páginas en las que podemos disfrutar contemplado fotografías de la intervención de JR en los pasillos, ventanas y estancias del complejo sanitario de este lugar, en un estado realmente lamentable que no impide, o que contribuye, a fomentar su poder evocador, nostálgico, simbólico de la historia de una parte de la población de Estados Unidos.
Para desarrollar este proyecto, el galo tuvo a su disposición el archivo fotográfico de Ellis Island (en el centro de Nueva York y, sin embargo, tan alejado de su pálpito constante) y algunos de los personajes que vio en estas imágenes -inmigrantes, médicos o enfermeros que recalaron allí- aparecen en algunas de sus obras, ampliadas sus siluetas a tamaño natural, vestidas con trajes de su tiempo y recortadas para después ser incorporadas a determinados lugares, la mayoría inaccesibles para el visitante común y especialmente sumidos entre óxidos y desconchones.
Spiegelman, Pulitzer por Maus, se ha sumado al proyecto sintiéndose muy cercano a él, que fue inmigrante llegado de Europa y debió pasar, según recuerda, por Ellis Island. En principio se planteó dibujar directamente sobre los restos de paredes, pero ante la negativa de las autoridades optó por seguir la recomendación de JR y reproducir a gran formato algunas localizaciones de la isla para trabajar más tarde sobre ellas. En una de ellas presentó la Estatua de la Libertad en el hueco de una escalera por la que vemos transitar los fantasmas de decenas de almas. Se trata de El viejo coloso; sus otras tres ilustraciones llevan por títulos Isla de esperanza, Isla de lágrimas y Una cálida bienvenida.
