NOMBRE: Patricia
APELLIDOS: Bofill
LUGAR DE NACIMIENTO: Barcelona
FECHA DE NACIMIENTO: 1973
PROFESIÓN: Fotógrafa
Terminamos 2018 con cierta sequía de fotografía en Fichados, pero hemos empezado este año repasando las trayectorias de fotógrafas de las que no dejamos de oír buenas noticias en forma de exposiciones y premios (Alejandra Carles-Tolrá y Liza Ambrossio) y seguimos esta semana la estela examinando la obra de Patricia Bofill, que hasta el próximo 20 de marzo presenta en la Galería Fifty Dots de Barcelona “Fotografías de lo invisible”, una muestra (de la que más delante nos extenderemos más) en la que da cuenta de su interés por lo que tienen de interiores nuestras miradas hacia fuera, por los lugares personales de los que partimos al ver y por las posibilidades de representar en una imagen lo intangible.
Antes, Bofill, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en las especialidades de fotografía y pintura y formada también en talleres junto a Alejandro Castellote, David Jiménez, Juanan Requena, Joan Fontcuberta y Luis Castelo, había presentado otra muestra individual en el Espacio Gandiaga, coincidiendo con el ARGI Festibala de Oñate, en 2017. También ha participado en colectivas, desde hace cerca de quince años, en centros como el Espai Cultural Obra Social Caja Madrid, Kowasa Gallery y la Galería La Cámara Lúcida de Barcelona (ya cerrados), las galerías Pèrgamon Quatre y Valid Foto, también en Barcelona; el Centre Cultural Terrassa, el Centre Cultural Alliance Française de Sabadell y también el de Madrid, la Sala Canal de Isabel II (quizá recordéis la exposición “Un cierto panorama“) y en Begira Photo, así como en ferias y festivales como Fotonoviembre (Tenerife), NexoFoto (Santiago de Chile), Voies Off (Arlés), Emergents (Lleida), ArtPhotoBcn (Barcelona), Photoespaña, en su capítulo de Descubrimientos y Viphoto (Vitoria).
Cerraremos currículum refiriéndonos a sus premios: recibió los primeros en los certámenes de foto de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (2006), Port Sitges Resort (2007) y Caixa Terrassa (2008); fue finalista en 2015 en los Lens Culture Awards y en el BIPA. Barcelona International Photography Award, recibió una mención de honor, ese mismo año, en Nexofoto; y en 2017 obtuvo el Premio ARGI Arantzazu de ARGI Festibala & Fundación Arantzazu y fue finalista en el Premio de Creación de Begira Photo.
Patricia Bofill se suma a esta sección por la continua evolución de su trabajo hacia territorios ambiguos en los que no tenemos más remedio que reconocer lo mucho que nos ocultan las apariencias. Aunque estructure su obra en series, concibe toda ella casi como un friso continuo, como un proyecto en el que ahondar a largo plazo y sin fechas, profundizando en lo que separa lo visible de lo invisible y las certezas de los enigmas (porque Patricia sigue creyendo en los misterios que se resisten a las cámaras de los móviles ubicuos).
Cuenta en su statement que no pretende tanto documentar lo inmaterial como lograr que sus imágenes conecten con emociones y estados de consciencia y puedan suscitar en el observador sensaciones ligadas a la espiritualidad, la poesía y también a la reflexión sobre la propia intimidad y sobre sus modos de mirar el entorno y cuestionarlo.
Siguiendo el rito de esta sección, hemos preguntado a Patricia por sus comienzos. Nos ha contado que se interesó por la pintura antes que por la fotografía, pero que, una vez encauzado su camino, se adentró en el terreno de la imagen documental. Tras esa fase llegarían otros hallazgos, fijándose más en la esencia del medio que en sus motivos, más o menos anecdóticos: Desde siempre me gustó la pintura. Estudié Bellas Artes. Fue durante mis estudios que descubrí la fotografía y cursé también esta especialidad. Al finalizar la carrera estuve unos años trabajando en el ámbito de la gestión cultural, hasta que decidí dedicarme a la fotografía. Por aquel entonces mi pareja y yo nos planteábamos una opción profesional que nos permitiera ganarnos la vida y que fuera compatible con nuestro proyecto personal, que nos dejara a cada uno el espacio para desarrollarnos profesionalmente. Decidimos montar un estudio de creación gráfica y desde entonces compagino ambas cosas.
Empecé haciendo foto de calle con una voluntad más bien documental, fascinada por la obra de Cartier-Bresson, Robert Frank, Winogrand, Miserachs, Colom, Paco Gómez o Koudelka, entre otros muchos. Me gusta observar, tener una actitud crítica con lo que sucede a nuestro alrededor y creí que ahí podía encontrar un terreno a explorar. Sin embargo, pronto me di cuenta de que lo me fascinaba de las imágenes no era su valor documental, sino algo distinto que se daba en la propia imagen y no fuera de ella. Descubrir la obra de Ralph Gibson y Ray Metzker fue determinante para mí.
Estos artistas pueden resultar desconocidos para algunos: Gibson, que fue asistente de Dorothea Lange y Robert Frank, evolucionó desde una fotografía más comercial a otra ligada a narrativas surrealistas y a su onirismo, y también a los ambientes nocturnos neoyorquinos. Ray Metzker, por su parte, fue alumno (más que brillante) del Instituto de Diseño de Chicago y en su fotografía se debatió entre la abstracción y los refinados juegos formales, aunque también le interesó reflejar las vulnerabilidades humanas en el medio urbano.
Es complicado definir temáticas concretas en la obra de Patricia; quizá, si tuviéramos que resumirlas en una palabra, esa podría ser la mirada, en toda su complejidad. Nos ha explicado que trabaja sin prisa, más que buscando certezas en el proceso, disfrutando de sus dudas, y así le gustaría que sus obras fuesen contempladas, con detenimiento y desde la intuición, abriéndonos a lo inesperado: Concibo mi trabajo como un proyecto a largo plazo, abierto, en evolución continua, que se va construyendo en el tiempo. Trabajo de manera muy intuitiva. Salgo a la calle a hacer fotos, sin rumbo fijo, no me hace falta ir muy lejos. Nunca me he planteado hacer series o proyectos de manera premeditada. Me gusta dejarme llevar por las imágenes. Hay imágenes que te sacuden, que te superan, y que suponen un punto de inflexión en tu trabajo. Son imágenes que van por delante de ti, que no puedes alcanzar plenamente, al menos de una manera consciente, y que funcionan como imágenes-guía, que te acompañan mucho tiempo y te marcan el camino. Trabajo con un corpus grande de imágenes, las hago dialogar entre ellas y poco a poco se va conformando el proyecto, el discurso.
El proceso de formación de un fotógrafo requiere años, paciencia, trabajo. Mi ritmo es pausado, lento. He tardado unos cuantos años en tomar conciencia de lo que me mueve a la hora de hacer fotos, de dar con las preguntas adecuadas. Convivo con naturalidad con la duda y la incertidumbre que acompaña el proceso creativo.
Mi trabajo parte de una reflexión en torno a la propia mirada, qué miramos, desde dónde miramos. Mirar hacia fuera es siempre mirar hacia dentro. La mirada se ha ido interiorizando en todo mi proceso. Hay una serie de temas, conceptos, palabras… que están presentes en mi trabajo, sobre los que voy dando vueltas y que articulan el proyecto: lo orgánico, lo transitorio, lo permanente, lo originario, lo primigenio, lo corpóreo y lo incorpóreo, lo íntimo, lo espiritual, la oscilación, la incertidumbre, lo intangible, lo misterioso, el asombro, el silencio, el vacío… Me interesa a su vez confrontar al espectador con la naturaleza ambigua, opaca, de la fotografía, y la relación frágil y precaria que mantiene con lo real. Mi fotografía pide una mirada lenta, pausada, y busca una percepción más intuitiva, menos mediatizada por la palabra.
En cuanto a sus referentes, además de aquellos grandes nombres de la fotografía documental y de Gibson y Metzker, cita también Bofill algunos literarios, cuyos ecos se dejan sentir en su trabajo, así como pintores que han encontrado en sus lienzos caminos para situar a los espectadores en un marco de silencio y espiritualidad: Mi trabajo se nutre de casi todo, como es natural…, de lo vivido, lo hablado, una conversación con un amigo, música, lecturas como Biografía del silencio de Pablo d’Ors o De lo espiritual en el arte de Kandinsky o El elogio de la sombra de Tanizaki, por ejemplo. Fotógrafos que me interesan especialmente y que en un momento u otro de mi carrera me han dado luz serían, además de los ya mencionados, Hiroshi Sugimoto, Timo Kelaranta, Jungjin Lee, Jon Cazenave, Israel Ariño… por citar algunos.
La pintura y las artes plásticas están muy presentes en mi trabajo. Es quizás por ello que muchos de mis referentes pertenecen a este ámbito: Rothko, Tàpies, Richter, Barceló…
No es nada difícil acordarnos de aquel amor de Tanizaki por la sombra a la luz de sus fotografías: Eso que generalmente se llama bello no es más que una sublimación de las realidades de la vida, y así fue como nuestros antepasados, obligados a residir, lo quisieran o no, en viviendas oscuras, descubrieron un día lo bello en el seno de la sombra y no tardaron en utilizar la sombra para obtener efectos estéticos, decía.
Algunos os preguntaréis con qué tipo de cámara trabaja Bofill: Trabajo con cámara digital de 35mm con objetivo de 50mm. Necesito un equipo ligero que me permita moverme con agilidad. El 50 siempre me ha gustado y me ha bastado, me acerco o me alejo en función del punto de vista que me interesa. Ya os habréis dado cuenta, pero lo diremos: su obra es siempre en blanco y negro, porque proporciona matices, contrastes, expresividades sutiles y porque le interesa hacer consciente al espectador de que se encuentra frente a una imagen creada y no ante una posible realidad sin filtros.
Entre los proyectos que ha realizado hasta ahora, la artista destaca dos: Pasajes (2009-2010) y otro que continua en curso justo desde 2010, llamado Fotografías de lo invisible.
El primero se centra, precisamente, en luces y sombras y en sus valores metafóricos: Pasajes gira en torno a la idea de luz como metáfora de visión, de entendimiento, pero también en torno al valor de la sombra, de la densidad y espesura de la oscuridad como metáfora de lo inaprensible, de lo que permanece oculto y no alcanzamos a ver. La luz es tratada como elemento expresivo. Una luz que no alumbra la escena, sino que construye la imagen, que dibuja formas, que nos sitúa en otro lugar. Una luz, en definitiva, creadora; generadora de vida en sus contrastes; retomando a Tanizaki, lo bello no es una sustancia en sí sino tan solo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros producido por yuxtaposición de diferentes sustancias.
Sobre el segundo, nos cuenta Bofill que Fotografías de lo invisible es un proyecto de largo recorrido, abierto, cuya gestación y desarrollo corre en paralelo a un proceso de búsqueda personal. Este proyecto alude a lo intangible, a lo que permanece oculto, a esa dimensión de la existencia que está más allá de lo visible, de lo aparente, confrontándonos así con los límites de lo representable. Son imágenes que nacen de una escucha interna. Imágenes de un mundo interior que conectan con estados de conciencia, estados de introspección, oscilaciones del alma…, que se nutren de vivencias, temores, heridas… y que tratan con la representación de lo no visible. Imágenes que, a modo de presencias, quietas, silenciosas, contienen en su interior, por debajo de su forma externa, sólida e inmóvil, un campo de energía que les confiere dinamismo, movimiento. Formas elementales que aluden a lo orgánico, a ese todo indivisible que es el universo, en el que todo está interconectado y nada existe de manera aislada. Imágenes que nos hablan de la transitoriedad, de la impermanencia de todas las formas, y a la vez, de lo permanente, de lo eterno.
Precisamente parte de esta serie de imágenes es la que podemos ver, hasta marzo, en Fifty Dots. Son tan abstractas como expresivas, muy fáciles de interiorizar. Y en ellas continuará Patricia trabajando: Sigo trabajando con las imágenes de Fotografías de lo invisible. A medida que aparecen nuevas fotos el proyecto va cambiando, va evolucionando, va derivando.
En cuanto a proyectos expositivos, además del de Fifty Dots, este 2019 haré otra exposición en Bilbao, en la Galería Vanguardia, fruto de una mención de honor en Viphoto Fest. Hay otros proyectos en perspectiva, pero aun no son oficiales.
Para conocerlos, tendréis que pasar por aquí: www.patriciabofill.com