NOMBRE: Marta
APELLIDOS: Fàbregas y Aragall
LUGAR DE NACIMIENTO: Sant Cugat del Vallés
FECHA DE NACIMIENTO: 1974
PROFESIÓN: Artista
Hacía tiempo que no hablábamos de fotografía en esta sección, desde que repasábamos el interés por sus paisajes cercanos de Cristina Fontsaré, autora barcelonesa como la última artista en sumarse a nuestros Fichados: Marta Fàbregas. La conocimos en 2016, cuando presentó en la Galería Montcada “Colonized” y sus proyectos, aquel uno de ellos, evidencian una trabajada voluntad por unir pasado, presente y futuro mediante la manipulación de las imágenes.
Formada en el IEFC (Instituto de Estudios Fotográficos de Cataluña), fundó en 1998, junto a Marc Vidal, La Fotográfica; codirigió en 2019 la primera edición del festival LUMíNIC en Sant Cugat y, desde ese mismo año, imparte talleres enfocados en creación y mujer organizados por la Fundación SETBA, así como clases en el IED. Además de en su estudio barcelonés, ha presentado muestras individuales en el Teatre Romea, las galerías Hartmann, Mito, Pigment y Anquin’s y ha desarrollado intervenciones murales en el Festival Mitgeres de Valls, InCadaqués o el Revela’t Festival de Vilassar de Dalt. También hemos podido verla en citas como ART PARIS, ART FAIR COLOGNE, ART ON PAPER (Nueva York), LA Art Show (Los Ángeles), ST-‐ART (Strasburgo), Les Rencontres de la Photographie de Arlés, Draw Art Fair London, Art Market San Francisco, Contemporay Istanbul, ESTAMPA, ART MADRID, Affordable Art Fair (Hamburgo), FIG Bilbao y Context Art Miami Fair.
Este mismo año, Fàbregas ha recibido una mención de honor en los galardones Impulsa Cultura, de la Fundación Catalunya Cultura, por su proyecto Traspassant l’Objectiu, presentado de la mano de la citada Fundación SETBA (que luego nos explicará) y esta semana la fichamos porque queremos saber más de sus creaciones a partir de imágenes del pasado y reivindicando a menudo la memoria de mujeres olvidadas, víctimas en su momento de la marginación o de la esclavitud.
Siguiendo el esquema que conocéis, hemos preguntado a Marta por sus comienzos; nos ha explicado que la creación forma parte de su personalidad y de sus orígenes familiares: Siempre digo que lo llevo en el ADN. Tanto mi padre como mi madre tenían inquietudes artísticas; mi padre era economista, pero le gustaban muchísimo la fotografía y el cine y, de hecho, durante un periodo de tiempo trabajó como fotógrafo y como director de cine. Desde muy pequeñita, veía cómo se encerraba en el cuarto de revelar con la luz roja y yo creo que ahí ya me quedó un poco el instinto artístico. Desde entonces, y sobre todo cuando terminé lo que antes era COU, ya tuve muy claro que quería hacer fotografía, que lo que me apasionaba era la imagen y su lenguaje.
Me inicié en su vertiente artística, aunque durante muchos años me he dedicado también al retrato o a la fotografía de producto para empresas. Siempre he alternado ambas facetas, pero esa parte artística no la desarrollé en principio muy en serio; hice proyectos a cuatro manos con Marc Vidal, mi marido, que también es fotógrafo (como Encuentros en una silla, que se compone de retratos de gente de la cultura), pero nunca los había trabajado de forma individual. Fue hace aproximadamente diez años, más o menos, cuando decidí empezar mi camino como artista… y hasta el día de hoy.
Además de la propia imagen y sus códigos, los intereses de Fàbregas pasan, como adelantábamos, por la mujer; busca que sus trabajos susciten en el espectador reflexiones ligadas al feminismo: Siempre digo que, si me tuviera que definir, me definiría como fotógrafa, artista, feminista y activista. Fotógrafa, porque mi pasión es la fotografía; artista, porque, dentro de la fotografía, disfruto de la parte artística; feminista, porque creo que la mujer y el hombre somos iguales y, a día de hoy, las mujeres todavía no estamos en igualdad de condiciones, y en según qué países menos, y activista porque intento hacer todo lo que puedo, con el arte como herramienta, para intentar cambiar esto.
La búsqueda de esa equiparación de derechos y el universo femenino son, por esas razones, las fuentes de las que se nutren sus imágenes: Siempre digo que lo que me inspira son las mujeres, su mundo y el buscar la forma de reivindicar la igualdad, el feminismo, desde la belleza y con el arte por bandera. Fàbregas forma parte, asimismo, de ese nutrido grupo de artistas de su generación que encuentra referencias creativas fundamentalmente en su entorno y vivencias, más que en figuras consagradas; cita no obstante algunas: Me interesa todo lo que me rodea; de alguna manera, creo que todos los artistas nos dejamos influir por ello. Es verdad que hay autores que me gustan especialmente, como pueden ser, entre los fotógrafos, Lee Friedlander, Avedon, Lartigue o Koudelka. Català-Roca también me gusta mucho. Como artistas en general, Torres-García, Arman y todos los dadaístas; Hans Arp o Kurt Schwitters me encantan.
Pero, evidentemente, a los creadores nos incide todo lo que nos rodea y somos la suma de ello.
Arp y Schwitters hacieron suya la técnica del collage y Marta también la ha cultivado. Le preguntamos por sus modos de trabajo habituales: Mi obra es fruto de investigaciones y de la suma de elementos. No trabajo casi nunca, en la vertiente artística de mi obra, con mis fotos, sino con imágenes antiguas de las que parto. Me encantan la fotografía y los retratos antiguos y, en el fondo, siempre he sido coleccionista de ellos. Como también me gusta la manipulación, he ideado una técnica, que llamo transfotografía, que consiste en transferir estas imágenes a papel acuarela o a tela, en función de la obra.
Suelo decir que mis obras tienen que cumplir tres rasgos básicos: que lo que quieres explicar sea potente, que tenga discurso y sentido; que la técnica sea buena y que, estéticamente, sean bellas. Si un trabajo contiene estos tres brazos, creo que puede funcionar muy bien.
Suelo decir que mis obras tienen que cumplir tres rasgos básicos: que lo que quieres explicar sea potente, que tenga discurso y sentido; que la técnica sea buena y que, estéticamente, sean bellas. Si un trabajo contiene estos tres brazos, creo que puede funcionar muy bien.
Mencionábamos al principio su proyecto “Colonized”, para el que recuperó fotografías de mujeres datadas a mediados del siglo XIX, incorporando a ellas retoques digitales, tejidos contemporáneos y sedas. Visibilizando a estas desconocidas en retratos de gran formato las traía a nuestro tiempo y las proyectaba también hacia el futuro. En Las hijas de Lilith, serie que, como nos contará, podremos contemplar pronto en Barcelona, convirtió a esa primera mujer que, según la Biblia hebrea, Dios dio a Adán como compañera (y que lo abandonó, huyendo del paraíso y mereciendo el castigo) en alegoría de la valentía, reivindicando a su vez a todas las que, como ella, rompieron sus cadenas y buscaron la libertad, pese a que eso significara a veces ser tratadas como brujas o demonios.
El afán de las mujeres por contradecir su supuesto destino lo ha homenajeado también en la serie Rebels, mientras que en Origins nos situaba como fruto del saber y el legado de nuestros antepasados, a veces minorías, que nos hicieron más fuertes. En Kairos también se refirió al tiempo, pero desde otra perspectiva: nos recordaba que determinados instantes en nuestra vida hacen que todo cambie respecto a los caminos planeados. A esos momentos, tiempo cualtitativo (Kairos) frente al cronológico (Cronos), apelaba como transformadores del presente y el futuro.
Por último, en Imperfect Perfect manejaba la teórica imperfección como parte inherente del ser humano y herramienta de aprendizaje (a partir de fotografías de moda de los cincuenta subrayaba la pesada carga de la impecabilidad) y en Divers nos presentó un compendio de nadadoras como metáfora de las mujeres que saltan sin red e invitan al conjunto a volar.
Nos adelanta Fàbregas dónde la encontraremos en los próximos meses: Participo en una exposición que se inaugura la semana que viene en la Galería Anquin´s de Reus, una colectiva de pequeño formato, y en marzo-abril de 2022 haré una exposición individual en la Pigment Gallery, que me representa, donde se verá la serie Las hijas de Lilith.
También realizo acciones en la calle, con instalaciones efímeras que son reproducciones a gran escala de las obras que están en las galerías. Hago collages in situ en fachadas y en paredes, con la ayuda de un colectivo de mujeres, y también desarrollo acciones con la Fundación SETBA (la semana que viene saldrá un artículo importante en La Vanguardia). Dirijo un proyecto que se llama Traspassant l’Objectiu, donde enseño fotografía de retrato a mujeres que están en la cárcel, en Brians y ahora empezamos en Wad-Ras; es bonito ver cómo, a través de la fotografía, podemos ayudar a estas mujeres a empoderarse y volver a creer en ellas mismas. Son proyectos con los que disfruto y me siento realizada y que dan sentido a mi trabajo como artista. Creo profundamente en el poder transformador del arte y en que este es un diálogo entre almas: el alma del artista y el alma del observador; un diálogo universal.
Conoced mejor a Fàbregas, aquí: www.martafabregas.com
