Erling Kagge. El reto de coleccionar

Cerca de 200 obras de más de 50 autores muestran la pasión por el arte del explorador noruego

Madrid,

Pocas colecciones de arte parecen estar hechas tan a medida de la personalidad de su dueño como la Erling Kagge Collection, que hasta el 4 de septiembre se puede ver en parte en la Sala de Arte Santander en Boadilla del Monte. Escritor, empresario de éxito y el primer hombre en completar el desafío de los tres polos —Norte, Sur y Everest— la necesidad de conocimiento y los descubrimientos han marcado tanto su vida como su colección.

Es el mismo espíritu que le mueve hacia lo desconocido en la naturaleza el que traza también el sendero de su trayectoria como coleccionista. Los grandes nombres que encontramos en su colección, como los de Wolfgang Tillmans, Olafur Eliasson o Carsten Holler, entraron en ella antes de convertirse en “estrellas”, y junto a estos podemos descubrir a muchos creadores que el noruego ha ido incorporando desde la más pura intuición, apostando por el talento joven y buscando siempre obras que representen para él un desafío intelectual. Reconoce que se enamora de algunas piezas y en parte tiene que ver con la curiosidad y asombro que le generan pero también con que hagan que la vida sea un poco más complicada de lo que tiene que ser. No le gusta lo que entiende a primera vista. Y en este sentido, el coleccionista establece un paralelismo entre lo que no alcanza a comprender en el abismo de la naturaleza y en el arte. No tiene reparo en reconocer que su primera aproximación al arte contemporáneo, con trece años, le produjo risa, cuando ante una obra de Richard Long pensó que aquello era “patético”. Solo con los años llegó a comprender que detrás de aquel círculo de piedras grises había algo más, empezando así a interesarse por el arte contemporáneo y comenzando, en 1995, a adquirir obras, al principio solo una o dos al año. Valora la labor de los asesores de arte (para el que los necesite) pero él prefiere dejarse llevar, escuchar a los que saben; buscar él mismo pequeñas cosas, como si se tratase de gemas, para convivir con ellas y en ningún caso como forma de especulación.

My Cartography. Erling Kagge Collection. Sala de Arte de la Fundación Banco Santander. Hasta el 4 de septiembre de 2020
“My Cartography. Erling Kagge Collection”. Sala de Arte Santander.
My Cartography. Erling Kagge Collection. Sala de Arte de la Fundación Banco Santander. Hasta el 4 de septiembre de 2020
Uno de los 14 dibujos de Raymond Pettibon en la exposición.

Tampoco le cuesta compartir el nombre de algunos de sus artistas favoritos: Raymond Pettibon, Klara Lidén y Trisha Donelly, bien representados en la exposición y en los que encuentra una honesta correspondencia entre lo que son y lo que pintan.

De las casi 800 piezas que conforman la colección de Erling Kagge, en Boadilla se muestran 188 y el montaje de la exposición también ha supuesto un reto para su comisaria, Bice Curiger, que ha confesado que, aunque había oído hablar de estos fondos, ha tenido la oportunidad de descubrir en ellos a muchos artistas, sobre todo nórdicos, y que se ha sorprendido de su calidad. Para esta muestra, la primera de la colección fuera de Noruega, ha buscado agrupar a algunos creadores cuyos trabajos podían entrar muy bien en diálogo y, por otro lado, mantener algunas individualidades en casos concretos.

Aunque la primera pieza que encontramos nada más atravesar la puerta de la sala es She Sings for Freedom and I Love Her! (2007), de Lothar Hempel, que según la comisaria podría resumir el espíritu de esta colección, ella sitúa el inicio del recorrido en una particular salita concebida a modo de lo que podría ser la biblioteca de una “persona sin techo”, en la que encontramos una estantería con publicaciones, obras en forma de banco, lámpara, papelera o pósters de Klara Lidén y otras de Rirkrit Tiravanija. Una sala de lectura y de apertura existencial, la propuesta de un viaje mental que tiene que ver con la vida en la ciudad, con enfrentarse a límites pero también con la libertad. Justo enfrente se muestra la famosa fotografía del vaquero de Richard Prince, icono de la publicidad, que después lo fue también del arte, que prolonga esa fantasía del espacio urbano en un juego que nos hace plantearnos si podríamos estar en la calle viendo una valla publicitaria.

Las fotos del noruego Torbjørn Rødland son uno de los descubrimientos en la exposición, así como las pinturas de Sue Williams y Veronika Pausova.

Además de los ya mencionados Eliasson, Holler y Tillmans, encontramos obras del desconcertante Urs Fischer; de Jim Lambie (en cuya obra nos introducimos literalmente); de Franz West, extravagante e irónico al usar como soporte de una escultura nada menos que un Rolls Royce; Daren Almond o Raimond Pettibon, del que se exhiben 14 obras a lápiz y tinta. En la Kagge Collection tienen cabida también la inteligencia artificial y los algoritmos, como vemos en los vídeos de simulación en vivo de Ian Cheng. Encontramos también en el recorrido la obra de Eliza Douglas que ha servido como imagen de la exposición, en la que la artista trata de hacer una cartografía de sí misma.

Para Curiger, esta es “una colección con un camino propio, el de la condición de explorador de Kagge”, lo que nos hace pensar, en su opinión, “en la voluntad de conocerse a sí mismo a través del coleccionismo”.

 

My Cartography. Erling Kagge Collection. Sala de Arte de la Fundación Banco Santander. Hasta el 4 de septiembre de 2020
Fotografías de Torbjørn Rødland.
My Cartography. Erling Kagge Collection. Sala de Arte de la Fundación Banco Santander. Hasta el 4 de septiembre de 2020
Obras de Olafur Eliasson, Carsten Holler y Sue Williams en “My Cartography. Erling Kagge Collection”. Sala de Arte Santander.
My Cartography. Erling Kagge Collection. Sala de Arte de la Fundación Banco Santander. Hasta el 4 de septiembre de 2020
Eliza Douglas. Nothing But Fog, 2017

 

“My c art ography. The Erling Kagge Collection”

FUNDACIÓN BANCO SANTANDER

Sala de Arte Santander

Boadilla del Monte

Del 25 de febrero al 4 de septiembre de 2020

 

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