Equipo Crónica en la mesa de billar

Guillermo de Osma exhibe dieciocho de sus obras

Madrid,

Solo unos días después del cierre en la Galería José de la Mano de una muestra dedicada a Equipo Realidad, colectivo que entre mediados de los sesenta y mediados de los setenta adoptó la figuración y un lenguaje vinculado al Pop Art (frente a la abstracción entonces imperante) para criticar convenciones, Guillermo de Osma acoge una exhibición de Equipo Crónica, movimiento surgido dos años antes que aquel grupo, en 1964, y también algo más duradero: mantuvo su actividad hasta recién iniciados los ochenta.

Formado en un principio por los valencianos Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo (este último se separó de ellos en 1965, pero su obra permaneció cercana a sus postulados), este proyecto consolidó una de las propuestas artísticas más coherentes de la pintura figurativa de aquel momento, a medio camino entre el realismo crítico y el citado Pop Art y manteniendo referencias tanto al Siglo de Oro como a las vanguardias históricas; en un primer momento, Solbes y Valdés trabajaron para abrir nuevos caminos alternativos a esas dos tendencias dominantes, realismo y Pop, una dirección definida entonces como “afirmación de una vía objetivadora, e incluso satírica, para proponer contenidos éticos”. Se sirvieron para ello de un lenguaje plástico de bases renovadas (pintura acrílica, colores brillantes, sombras, tintas planas) y de referencias tomadas de imágenes de los medios de comunicación; articularon sus creaciones normalmente en series, la ironía fue su mayor herramienta y, utilizando el montaje como principal método compositivo, pretendieron cierta objetividad, buscando que el punto de vista del artista -el gesto- pasara, en lo posible, a un segundo plano.

En el transcurso de los años se vincularían al Equipo otros autores ligados al contexto valenciano, como Rosa Torres, Carmen Calvo o Juan Vicente Monzó, que colaboraron de forma intermitente con Valdés y Solbes hasta el fallecimiento de este último, en 1981. Al asociarse, trabajaban de manera del todo cohesionada, dejando a un lado individualidades y sin firmar sus obras personalmente.

En la sala de Claudio Coello, contemplaremos algunas de sus composiciones más enraizadas en la Historia del Arte español: en imágenes de El Greco, Velázquez, Goya o Picasso que trataron de reproducir a partir de técnicas nuevas y apelando igualmente a rasgos adoptados por figuras de vanguardia como Kandinsky o Léger.  Su pretensión era trasmitir mensajes comprensibles por un público extenso, es decir, democratizar el arte, una de sus motivaciones casi fundacionales.

Esa intención explica también que, frente al informalismo, la corriente más desarrollada en las décadas inmediatamente anteriores, se decantaran por una figuración muy definida, que además de un acercamiento a espectadores diversos permitía formular críticas directas y ácidas a la sociedad de aquel tiempo; movía a estos artistas, tanto en lo plástico como en lo social, un deseo de cambio.

Equipo Crónica. Técnica de reunión, 1977
Equipo Crónica. Técnica de reunión, 1977

Contemplaremos, asimismo, composiciones de Equipo Crónica que facilitaron el conocimiento del Pop en España, incluyendo algunas pertenecientes a conjuntos como La partida de billar, en la que la mesa propia de esta actividad se convierte en un tablero metafórico para poner en cuestión los límites de la pintura, o la Crónica de la Transición, procedentes de galerías históricas como Val i 30 o Maeght. En el primer caso, la geometría, las luces y las tonalidades, incluso algunos ritos del billar, pueden sugerirnos, simbólicamente, aspectos propios de la actividad pictórica: para jugar hay que cumplir unas reglas, pero también hace falta habilidad y virtuosismo, como para pintar conforme a los usos habituales; en el segundo, se evoca la llegada a España del Guernica, relacionándola con el desencanto político de ciertos sectores en el inicio de la democracia. En esta última serie, la realidad se ofrece de manera más difusa y fragmentada.

Forman parte del recorrido en Guillermo de Osma dieciocho trabajos, entre pinturas, composiciones sobre papel y esculturas seriadas; merece la pena subrayar una obra sin titular datada en 1966, con posibles lecturas políticas, y La Casa de Pilatos o Baile de debutantes, cuyo tono de crítica social es aún más patente. Remite a la presentación de jóvenes que tuvo lugar en ese palacio sevillano el mismo año 1966, al que acudieron Rainiero de Mónaco, Grace Kelly, Jackie Kennedy y la Duquesa de Alba; sus fotos las difundió EFE y estos artistas vieron en ellas frivolidad, además de una manifestación del aperturismo de esa época.

Equipo Crónica. La casa Pilatos o Baile de debutantes, 1966
Equipo Crónica. La casa Pilatos o Baile de debutantes, 1966
Equipo Crónica. Retrato alegórico de la señorita vanguardia, 1980
Equipo Crónica. Retrato alegórico de la señorita vanguardia, 1980

En cuanto a las pinturas, destaca igualmente Técnicas de reunión (1977), de la citada serie en torno al billar, muy representativa de ese nuevo lenguaje plástico de brillo y planitud, y Retrato alegórico de la señorita vanguardia, fechado a principios de los ochenta y concebido como tributo a Picasso, a quien diez años antes habían brindado la serie Guernica 69. Respecto a las esculturas , podemos mencionar Los tres músicos, Las meninas y aquel Espectador de espectadores que expusieron en los Encuentros de Pamplona de 1972, muy controvertido por vestir como lo hacían los miembros de la brigada político-social del franquismo.

Del catálogo de la exhibición forman parte textos de Sergio Rubira, Valeriano Bozal y Tomàs Llorenç, estos últimos primeros teóricos del Equipo.

Equipo Crónica. Los tres músicos, 1971
Equipo Crónica. Los tres músicos, 1971

 

 

“Equipo Crónica. Del Pop a la Transición”

GALERÍA GUILLERMO DE OSMA

c/ Claudio Coello, 4 1ºIzquierda

Madrid

Del 18 de enero al 16 de febrero de 2024

 

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