Para entender los caminos, pasados y recientes, de Cristina Lucas, tenemos que tener en cuenta que esta artista jienense siempre ha considerado que cuestionar las convenciones es la misión básica, y puede que la única, de cualquier creador y que decidirse a iniciar una trayectoria en este campo supone implicarse en la búsqueda de un más allá, abriéndose a la sociedad y, seguramente, a la historia y la antropología.
El estudio de los mecanismos de poder políticos y económicos ha sido una constante en su carrera, y en torno a ese asunto y sus contradicciones, y en lo relativo a las diferencias entre la historia oficial, la memoria colectiva y los hechos verdaderos continúa trabajando, últimamente enlazando estos temas con la reflexión sobre la desconexión, ya profunda, entre la sociedad y la naturaleza, y sobre el impacto de esa ruptura en la inestabilidad que padecemos, a todos los niveles.
Su última muestra, “Patterns”, acaba de abrir sus puertas en el Museo Helga de Alvear de Cáceres y fue comisariada por José María Viñuela, conservador de los fondos de esta coleccionista que falleció el pasado 10 de junio, justo cuando la exposición se estrenaba. Componen su recorrido veintiséis piezas, once de ellas procedentes de la Colección Helga de Alvear y la mayoría inéditas en ese centro, al ser muy reciente su incorporación a este acervo.
Los trabajos seleccionados resultan representativos de esas temáticas en las que Lucas se ha centrado en los últimos años y conjugan belleza y su habitual pensamiento crítico, pero también entroncan con los elegidos como asuntos esenciales en la programación del actual Festival de PHotoESPAÑA, en el que se integra la exhibición: el documento, y la noción que de él maneja esta autora, y las múltiples paradojas y dudas que contienen los aparentemente sólidos patrones, concebidos como un mecanismo más del ejercicio del poder. Según la artista, asumir las responsabilidades de ser ciudadano tiene que ver con preguntarse por los mecanismos de autoridad que rigen nuestro mundo. Cuando intentamos diseccionar esos patrones impuestos surgen interrogantes que, a veces, son una respuesta en sí mismos. Me interesa el poder que aceptamos como natural y que deja de plantearnos dudas, porque entiendo que interrogarse por lo establecido es fundamental. Mi intención es diseccionar la manera en que ciertos patrones construyeron un sistema que ahora parece que no nos queda más remedio que revisar.
En las piezas reunidas ahora en Cáceres, sobre todo fotografías y videoinstalaciones, encontraremos reflexiones sobre la influencia del capitalismo en nuestras formas de relacionarnos, no solo en una vertiente social, sino también económica, estética y filosófica, y sobre hasta qué punto se ha tomado conciencia de que la sostenibilidad, la crisis medio ambiental, puede considerarse como uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, y un reto a futuro.
Me interesa el poder que aceptamos como natural y que deja de plantearnos dudas, porque entiendo que interrogarse por lo establecido es fundamental.
Justamente plantea si conocemos verdaderamente los desafíos ecológicos y si tenemos el deber de ser optimistas o pesimistas el vídeo The people that is missing (2019), fruto de meticulosas investigaciones históricas y científicas y rodado en el Polo Norte; formó parte de una reciente exhibición en la Galería Albarrán Bourdais de Madrid. Las lógicas del sistema capitalista las pone a prueba, por su parte, en una tabla periódica cuyos elementos tienen valor económico, actualizado en tiempo real (en la gran instalación El orden elemental, que no se había expuesto en España); en fotografías de las reservas de oro de los bancos centrales español y holandés, monumentos de sí mismos en cuanto que estructuras en desuso (La cámara del tesoro); en otras imágenes que abordan las huellas del consumismo en los paisajes (en sus Montañas modeladas por la productividad) o en un documental que concede valor de mercado, con mucha ironía, a El capital de Marx (Plusvalía, en el que ese libro se convierte en objeto de comercio).
El conjunto se completa con series donde ha profundizado, desde un enfoque humanista, en el pensamiento del alemán y en las revoluciones decimonónicas, como La libertad razonada, recreación de La libertad guiando al pueblo de Delacroix que recalca lo incómodo de ese concepto y las luchas que ha implicado.
Mención especial merece el conjunto Monocromos, formado por pinturas monocromáticas inspiradas en las teorías sobre el color formuladas por Goethe (que concedió atribuciones psicológicas a las tonalidades), Kandinsky o la Bauhaus. Cada una de sus piezas consta de múltiples logos que nos asaltan a menudo desde la calle o desde Internet; ella los ha clasificado a partir de esas disquisiciones, interpretando desde códigos alternativos los elementos estéticos que nos rodean.
Como Viñuela dejó dicho, estos trabajos nos remiten al conocimiento de un pensamiento agudo y muestran un feliz acuerdo entre la ironía y la mirada firme al mundo que nos ha tocado vivir, con unos parámetros tergiversados, desgraciadamente, por sus propios moradores.
Cristina Lucas. “Patterns”
c/ Pizarro, 10
Cáceres
Del 10 de junio al 25 de septiembre de 2022
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