Tras presentarse en el Dia:Beacon neoyorquino, recala hasta marzo en el MACBA de Barcelona “Work in progress”, la primera monográfica en nuestro país de la artista alemana Charlotte Posenenske, quien ha buscado responder con su obra, minimalista y de producción masiva, a las inquietudes sociales que en 1968 recogió en su MANIFIESTO, en el que afirmaba que le resultaba difícil aceptar que la creación no pudiese contribuir en nada a la solución de problemas sociales acuciantes.
Esta exhibición, que es también la más extensa dedicada a Posenenske desde su fallecimiento en 1985, cuenta con pinturas y dibujos tempranos, con sus característicos relieves en aluminio y con su última producción: esculturas modulares. Además, en el centro barcelonés se ha incorporado al recorrido un proyecto que no formó parte de la muestra estadounidense: Drehflügel Series E, obra basada en los dibujos que esta autora llevó a cabo a lo largo de su vida.
El periodo en el que la alemana se dedicó a la creación no fue extenso, ciñéndose a los doce años transcurridos entre 1956 y 1968, pero sí prolífico. Se formó en la Academia Estatal de Bellas Artes de Stuttgart junto a Willi Baumeister, de quien aprendió los principios del movimiento moderno y el constructivismo ruso, pero su producción pivotaría entre el minimalismo y el arte conceptual, aunque también se acercara a la performance y a prácticas vinculadas a la participación del espectador o la crítica institucional.
Se sirvió Posenenske de materiales de construcción y también de procesos vinculados a ellos, como la fabricación industrial y la repetición seriada, para articular un camino minimalista basado en la producción masificada y alejado tanto de los vaivenes impuestos por el mercado del arte como de las jerarquías que este imponía. Esas esculturas modulares últimas de las que hablábamos permitían a públicos, comisarios o coleccionistas adaptar su configuración a las propias preferencias, en un gesto que tenía mucho de revolucionario: suponía que Posenenske no era la única autora de estas obras y que esa noción, la de autoría, también podía plantearse de forma abierta. Lo explicaba en su MANIFIESTO: Las cosas que hago son cambiables, lo más sencillas posible, reproducibles. Son componentes de un espacio porque asemejan elementos de construcción, pueden distribuirse siempre en nuevas combinaciones o posiciones, alterando así el espacio. Esas alteraciones son obra del consumidor, que de este modo participa una y otra vez en el proceso de creación.
También se abrió la artista a que sus trabajos pudieran replicarse, sin estar sujetos a ediciones limitadas, y los ponía a la venta únicamente al precio de coste de los materiales, acabando con especulaciones monetarias y también con el aura de prestigio y frivolización que, consideraba, rodeaba a los creadores en la época contemporánea. Tales fueron sus intereses sociales que, cuando abandonó la actividad artística en sentido estricto, decidió dedicarse a la sociología centrándose en investigaciones sobre el trabajo y la producción industrial.
La exposición del MACBA, primera parada europea de “Work in progress” a la que seguirán Düsseldorf y Luxemburgo en 2020, se estructura en cuatro salas. En la primera encontraremos sus Rasterbilder, dibujos reticulares basados en repeticiones y variaciones sobre cuadrículas que derivarían posteriormente en esculturas, y Spachtelarbeiten, obras realizadas con espátula que comparten cierto gusto estético con el informalismo y el expresionismo abstracto pero que se basan en la repetición de gestos mecánicos.
También veremos documentación ligada a sus intervenciones arquitectónicas, a su mural para una escuela de primaria, y esbozos de su vestuario monocromático para una representación de Turandot en 1952: dotó a cada personaje de una presencia cilíndrica o poliédrica.
En la segunda sala asistimos a una transición hacia un cromatismo más reducido y hacia las líneas precisas. Se hace patente en Streifenbilder (cuadros a rayas) y en la serie de pinturas Spritzbilder, que elaboró con spray de pistola, eliminando el contacto de su mano con las obras en un primer paso en su distanciamiento del concepto tradicional de autoría. Distintas densidades pictóricas generaban diferentes volúmenes y su estudio del espacio continuaría en Plastische Bilder: desde 1965 trabajaría en piezas en tres dimensiones, realizadas primero en papel y luego con placas metálicas esmaltadas.
Aún se trataba de obras únicas; el paso siguiente lo dio en sus series A, B y C, fabricadas en serie, valga la redundancia, con la posibilidad de generarse ilimitadamente y de colgarse en una pared o disponerse sobre el suelo. También se exhibe aquí el filme de 1968 La monotonía es bella: Posenenske grabó las vistas desde la ventanilla de su coche mientras viajaba por Holanda, reflejando nuevamente su interés por la producción industrial y la repetición.
Variabilidad y producción masiva serían los rasgos claves de su obra final: la serie D (1967) consta de seis formas realizadas en láminas de acero galvanizado, construidas a medida según las instrucciones de la artista, y la serie DW supone una variante de aquella con cuatro formas y en cartón. Sus módulos pueden combinarse a capricho, y de hecho la disposición de esta serie D se modificará dos veces en el MACBA.
En la sala cuarta nos esperan diagramas para la serie E, que Posenenske concibió en 1967-1968 pero no llegó a realizar en vida. Específicamente para la muestra se ha producido la pieza Serie E Grosser Raumteiler, compuesta por dos tabiques adosados a las paredes en ángulo recto que pueden cerrarse formando un cubo. Se invita a los espectadores a interactuar moviendo estos tabiques, transformando así el espacio de la sala.
Charlotte Posenenske. “Work in progress”
MUSEU D´ ART CONTEMPORANI DE BARCELONA. MACBA
Plaça dels Àngels, 1
Barcelona
Del 18 de octubre de 2019 al 8 de marzo de 2020
