En 2003, cuando hacía cerca de un año que el Museo Patio Herreriano de Valladolid acababa de abrir sus puertas, el centro albergó la exposición “Cuatro dimensiones”, en la que, alejándose de los grandes relatos en favor de los casos particulares, se planteaba una suerte de estado de la cuestión de la escultura española en los inicios del siglo XXI.
Tomando aquel proyecto como punto de partida y en el comienzo de una nueva etapa para el Patio Herreriano tras asumir su dirección Javier Hontoria, el Museo presenta hasta octubre “Una dimensión ulterior. Aproximaciones a la escultura contemporánea en España”, exhibición que puede verse en sus plantas segunda y tercera y que repasa cómo ha evolucionado este medio desde aquella ocasión, prescindiendo, como entonces, de interpretaciones unívocas, pero sí proponiendo algunas lecturas claves en relación con las transformaciones que la escultura ha experimentado en nuestro país en las últimas dos décadas, no solo en cuanto a sus técnicas, sino también en cuanto a sus conceptos.
Esos cambios tienen que ver, en buena medida, con el peso artístico y social de las tecnologías, que han fomentado la disolución, no solo de las formas y materialidades rotundas, sino también de los discursos cerrados. El recorrido de “Una dimensión ulterior” se ha planteado temáticamente: los trabajos que podemos ver en la tercera planta aluden a las problemáticas de la forma y la antiforma y los de la segunda a cuestiones más líquidas: el hallazgo de lo inesperado o extraño en lo cotidiano, la exploración de lo vernáculo, las relaciones entre el lenguaje, la materia o el cuerpo, la oposición entre la naturaleza y su organicidad y la construcción humana mecánica o las posibles tensiones entre el todo y las partes.
Entre los artistas representados en la exposición encontramos figuras consolidadas, autores jóvenes y creadores internacionales que han desarrollado buena parte de su producción en España (también algún fichado): se trata de Ignasi Aballí, Elena Aitzkoa, Elena Asins, Jorge Barbi, David Bestué, Elena Blasco, Jacobo Castellano, Jordi Colomer, June Crespo, Ángela de la Cruz, Patricia Dauder, Diego Delas, Pepe Espaliú, Ángel Ferrant, Nuria Fuster, Fernando García, Christian García Bello, Cristina Iglesias, Pello Irazu, Carlos Irijalba, Antoni Llena, Eva Lootz, Juan López, Asier Mendizabal, Mitsuo Miura, Itziar Okariz, Jaime Pitarch, Adolfo Schlosser, Fernando Sinaga, Teresa Solar, Julia Spínola y Susana Solano.
En torno a una gran cuchara en resina de poliéster de Barbi, que remite a las posibles perplejidades que suscita lo cercano, se exhiben un trabajo de García Bello sobre las formas que, de tan miradas, devienen abstractas y obras de Delas, Fernando García o Castellano ejecutadas con materiales sencillos que evocan lo familiar pero que también se sitúan en un marco de extrañamiento. Lo comparte el proyecto de David Bestué, entre la poesía y la prosa.
Julia Spínola, Teresa Solar y Juan López ahondan en la dimensión lingüística de la escultura, Espaliú huyó de las convenciones de la representación clásica del cuerpo para subrayar su carácter de vehículo emocional y de Llena veremos su proyecto para una escultura pública en Lérida, marcado por su levedad, una llamada a lo etéreo.
La muestra nos adentra en la naturaleza de la mano de Irijalba, Mendizábal, Iglesias o Schlosser, cuyas piezas visibilizan los contrastes entre unas reglas (naturales) de vocación totalizadora y la condición difusa de las nuevas tecnologías; y en las reflexiones sobre la forma y el fondo de la escultura hoy profundizan los trabajos de Fernando Sinaga, Irazú o Ángela de la Cruz, que subrayan la expansión imparable del medio. Por último, sobre el contenido formal de las esculturas y su relación con el espacio indagan los trabajos de Okariz, Asins o Pitarch.
“Una dimensión ulterior. Aproximaciones a la escultura contemporánea en España”
c/ Jorge Guillén, 6
Valladolid
Del 8 de junio al 13 de octubre de 2019
