Polly Apfelbaum, la pintura al suelo

Belvedere 21 presenta su primera muestra en Austria

Viena,

Colores que generan estructuras y cuyo poder va mucho más allá de la estética para alcanzar lo estructural, terciopelos teñidos a mano que generan formas sin fin de inspiración orgánica, exhibiciones en las que el suelo es la nueva pared… Si algo caracteriza la producción de la artista estadounidense Polly Apfelbaum, además del cromatismo vivo, es la audacia, y también un cierto sentido holístico: propone al espectador entablar relaciones nuevas y desprejuiciadas con la naturaleza y las tradiciones artesanales.

Desde el próximo 7 de septiembre y hasta enero, el centro Belvedere 21 de Viena acoge la primera exposición de esta artista en Austria: “Happiness Runs”, formada por un montaje tan atrevido como delicado de alfombras tejidas a mano en México que dialogan con la arquitectura contemporánea y abierta de este museo.

Las piezas de Apfelbaum atrapan por su estética evidentemente híbrida: ha buscado fusionar las prácticas populares o pasadas de los campos de la pintura, la escultura, la artesanía o el diseño, sirviéndose de gran cantidad de medios para romper, de una vez por todas, las barreras entre arte y artesanía en lo que a consideración social se refiere. Además de con alfombras tejidas manualmente, ha experimentado con cerámica, textiles o papel, y en la década de los noventa comenzó a servirse del suelo como superficie sobre la que presentar sus piezas, sobre todo las alfombras, que en Viena podemos ver como si fuesen pinturas caídas dominadas por el color, también en lo formal.

Polly Apfelbaum. Vista de sala de "Happiness Runs" en Belvedere 21
Polly Apfelbaum. Vista de sala de “Happiness Runs” en Belvedere 21. © Belvedere, Vienna, 2018 / Fotografía: Sandro Zanzinger

Pero, más allá de las tonalidades, en el medio se encuentra el mensaje: la americana nos habla de feminismo y de espiritualidad y también incorpora referencias a grabados populares y al cómic, a las creaciones de Gene Davis, Morris Louis y Andy Warhol, sus grandes figuras de influencia, y a los procesos de trabajo de la corriente expresionista abstracta del Color Field Painting, del Pop Art o el minimalismo. Se trata de alusiones a veces obvias y, a veces, apenas perceptibles: Apfelbaum conecta varios hilos narrativos y estilísticos en cada una de sus piezas, concebidas de forma independiente.

Moviéndose en esa dicotomía compleja entre la narratividad de sus influencias y lo abstracto de su estética, la autora busca también que sus trabajos no puedan tener una atribución (material) definida, al colaborar con artesanos en su ejecución, y concede una importancia fundamental a la relación de estos con el entorno en el que se exhiben, lugares y arquitecturas. En este caso, ha tratado de que el color, la forma y la materialidad de sus alfombras pudiese enriquecer el discurso expositivo del edificio que es sede de Belvedere 21 y conectar con su historia: hablamos de una construcción que originalmente se diseñó para la Exposición Internacional de Bruselas de 1958 y que posteriormente fue desmantelado y reubicado en la capital austriaca. En el fondo, la producción de Apfelbaum también habla de las consecuencias en el arte de reubicaciones, conexiones de fragmentos y trasplantes de influencias.

Polly Apfelbaum. Vista de sala de "Happiness Runs" en Belvedere 21
Polly Apfelbaum. Vista de sala de “Happiness Runs” en Belvedere 21. © Belvedere, Vienna, 2018 / Fotografía: Sandro Zanzinger

Dado que el programa de exposiciones y actividades que Belvedere 21 viene desarrollando durante este año tiene que ver con el espíritu de las revoluciones de 1968, esta muestra toma su título de la canción de Donovan Happiness Runs in a Circular Motion, de ese mismo año. La relación entre música y alfombras puede parecer algo volátil, pero tiene que ver con cánones que no lo son tanto: canción y obras en el suelo tienen en común su simplicidad y contundencia expresiva.

Belvedere 21 pide a sus visitantes que no esquiven las piezas en su recorrido: nos invita a descalzarnos y pisarlas, sumergiéndonos en los campos de color de Apfelbaum. Debemos entender este “Happiness Runs” como un espacio abierto para la contemplación y como un estímulo amistoso a la experimentación lúdica.

La artista, por cierto, vive en Nueva York, y su obra forma parte de las colecciones del MoMA, el Whitney y el Brooklyn Museum o el LACMA de Los Ángeles.

Polly Apfelbaum. Face (Geometry)( Naked) Eyes, 2016
Polly Apfelbaum. Face (Geometry)( Naked) Eyes, 2016. © Belvedere, Vienna, 2018 / Fotografía: Sandro Zanzinger

 

 

Polly Apfelbaum. “Happiness Runs”

BELVEDERE 21

Arsenalstraße 1

Viena

Del 7 de septiembre de 2018 al 13 de enero de 2019

 

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