Todos lo hemos comprobado y la ciencia da fe: la percepción más certera y las reflexiones más objetivas las tenemos en la naturaleza y no en la ciudad, menos en las grandes. Era una de las reflexiones que planteaba Nicholas Carr en su ensayo Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?: los estudios psicológicos prueban que las personas que se trasladan de la ciudad al campo experimentan, al cabo de un tiempo variable según los casos, una mayor capacidad de atención, una mejor memoria y una capacidad cognitiva más aguda respecto a quienes están sometidos diariamente a múltiples estímulos externos que no permiten al cerebro relajarse.
Esta es, según ella misma cuenta, una de las razones por las que Paula Anta suele elegir la naturaleza a la hora de fotografiar: En relación a mi experiencia, he visto que necesito vincularme con el paisaje para crear, aunque cada proyecto tenga una génesis distinta. En la naturaleza uno conecta con el origen, en ella podemos observar con calma. Es un lugar al que pertenecemos y es esencial. En el paisaje no hay distracciones. Ese lugar esencial me interesa, me atrae. Pero también me atrae su relación o su vínculo con su lado opuesto, con lo ficticio, con lo artificioso, con la creación artificial de la que es capaz el ser humano. Creo que la capacidad que tiene el ser humano para reproducir artificialmente lo natural es una habilidad, y esta habilidad también está vinculada a la imaginación.
Paula fue una de nuestras primeras fichadas y ya entonces nos explicaba que entre los asuntos que más le interesan figura la relación entre lo natural y lo artificial; de hecho, ella llega a imbricar ambos conceptos hasta referirse a la artificialidad de la naturaleza. Por eso en sus imágenes pasadas podemos encontrar jardines botánicos, plantas de plástico en tiendas coreanas y otras naturales que asoman tímidamente sus tallos en oficinas de trabajo alemanas, país en el que ella reside cuando no se encuentra en España.
Su última serie se llama Kanzel y podemos verla ya en la Galería Pilar Serra de Madrid: se trata de un conjunto de imágenes tomadas en Alemania, en un coto de caza próximo a Walterschen, una localidad de la región de Westerwald. Se trata de una zona rural cuya naturaleza tiene origen volcánico; abundan los bosques de abedules, robles y abetos y también las extensiones agrarias y ganaderas.
La artista madrileña ha fotografiado kanzels desde su interior y desde fuera: este término alemán hace referencia a las casetas que utilizan los cazadores para observar a sus posibles presas y esperar a que aparezcan. Su ubicación obedece siempre a un motivo: al recorrido seguido por los animales, los lugares donde se sabe que tienen sus escondites, donde acuden a comer o dormir, y también se tiene en cuenta la densidad de los arboles de los alrededores, la proximidad de ríos o valles, la velocidad que puede adquirir el viento… Observando el entorno desde dentro de una de estas casetas podemos tener la sensación de encontrarnos en una cámara oscura.
Paula recorrió estos parajes de Westerwald buscando metódicamente estas construcciones, a medio camino entre lo natural y lo artificial en línea con sus intereses, atendiendo también a la belleza y la calma de los paisajes en los que se encuentran. Y a partir de ellas, y de su evocación de lo natural y lo violento, del paisaje y la destrucción, ha querido plantear una reflexión sobre la relación humana con la naturaleza y sobre el vertiginoso tránsito de la vida a la muerte en estos campos donde solo parece posible encontrar paz.
Anta cuenta con diez años de trayectoria a sus espaldas. Doctora en Bellas Artes por la Complutense de Madrid, ha obtenido el Premio AENA de Fotografía, el Premio Comunidad de Madrid-ESTAMPA y becas que le han llevado a desarrollar proyectos en Roma, Francfurt o París.
“Paula Anta: Kanzel”
c/ Santa Engracia, 6
Madrid
Del 16 de diciembre de 2017 al 26 de enero de 2018
