PLANTA, el innovador proyecto del Grupo Sorigué y la Fundació Sorigué, cuenta ya con su primera instalación permanente: Ocean Without a Shore, una obra de Bill Viola compuesta por tres pantallas planas verticales en alta definición, en las que se representa de manera continua una serie de encuentros en la intersección entre la vida y la muerte.
Esta pieza fue presentada por primera vez durante la Bienal de Venecia de 2007, en la iglesia de San Gallo, donde Ana Vallés, directora de la Fundació Sorigué tuvo ocasión de verla y enamorarse de ella. Es por eso, que no ha dudado en calificar de “sueño cumplido” el hecho de tenerla ya en sus instalaciones. No ha sido sencillo conseguirlo, pues en una primera instancia, cuando aún no existía PLANTA, no lograron que el artista accediera a que el tríptico fuera al museo que la fundación tiene en Lérida. La pieza requería de un lugar especial, que no fuera solo un contenedor sino que pudiera convertirse en parte misma de la obra, como sucedió en la basílica veneciana, donde la sintonía entre el espacio y el vídeo incidía en la sensación de introspección y recogimiento que provocan las imágenes. No fue hasta 2013, con el proyecto de PLANTA ya activo, cuando el autor dio el visto bueno a la operación. Después se inició el proceso, también largo, de reflexión conjunta entre los equipos de Sorigué y el Studio de Bill Viola, con Kira Perov al frente, para poder concluir el proyecto. Con esta son tres las obras del neoyorquino dentro de la Colección Sorigué, que cuenta además con The Return, un estudio previo de Ocean Without a Shore, y con Observance, que puede verse expuesto en un pequeño búnker, a escasos metros del recién llegado. Paisaje, conocimiento, arquitectura y arte se materializan en este nuevo proyecto de Sorigué.
Para albergar la instalación se ha rehabilitado un espacio anteriormente utilizado para aperos agrícolas y, además de hacerlo con una propuesta arquitectónica alineada con el espíritu de la obra, la edificación tiene la particularidad de estar realizada con materiales procedentes de la gravera de Sorigué, mediante un innovador sistema que apuesta por la sostenibilidad y la economía circular. Lodo y filler, es decir, materiales de desecho con difícil o nula salida, han encontrado aquí una utilidad y una nueva vida, recuperándose además técnicas ancestrales. Para la construcción de esta “caja de tierra” ha sido decisivo el trabajo del equipo del Laboratorio de investigación de Sorigué y la colaboración del estudio de arquitectura Fet de Terra.
Cuando entramos en la sala –una habitación de 65 m², con paredes de 4,5 m de altura y un techo plano de tierra compactada armada– solo percibimos oscuridad y necesitamos unos segundos para acomodar la vista y llegar a situarnos ante los tres “altares” que cobijan las pantallas. En ellas, 24 personajes van atravesando una cortina de agua en un paso que los lleva de la vida a la muerte. La sensación es ciertamente sobrecogedora. Para esta obra Viola se inspiró en un poema del senegalés Birago Diop (1906-1989), uno de cuyos versos dice:
“Los muertos nunca se van:
Están en las sombras.
Los muertos no están en la tierra:
Están en el árbol que se estremece,
en la madera que gime,
en el agua que corre,
en el agua que duerme.
Están en la cabaña, están en la multitud.
Los muertos no están muertos.”
Esta es la primera vez que Ocean Without a Shore se exhibe en Europa, después de su paso por Venecia, y será a partir del próximo otoño cuando quede abierta al público para ser visitada. Se suma así a los otros proyectos artísticos con los que la Fundación cuenta en el complejo industrial La Plana del Corb, de Balaguer, como Double Bind de Juan Muñoz, cedida por cinco años, o la sala dedicada a Kiefer. Está previsto que próximamente se desarrolle una instalación de la artista Chiharu Shiota y hay en marcha también proyectos con William Kentridge y Win Wenders.
Mientras esto sucede en PLANTA, en la sala que la Fundació Sorigué tiene en la ciudad de Lérida Mat Collishaw presenta “Dialogues”, la exposición que ya pudimos disfrutar en el Jardín Botánico de Madrid durante los meses de abril y mayo.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: