Miquel Navarro instala su última ciudad en la Galería Fernández-Braso

Hasta el 1 de noviembre podemos visitar en la Galería Fernández-Braso “Monumentos y multitud”, muestra de los últimos trabajos del escultor Miquel Navarro que lleva por título el de su última ciudad, expuesta en la primera planta de este espacio: una gran instalación de suelo elaborada en aluminio macizo y formada por cientos de piezas que componen el tejido simbólico de un medio urbano.

No nos encontramos ante la representación de una ciudad real, utópica o ideal, sino ante una urbe con un valor metafórico y poético resaltado por sus reflejos plateados. Nos invita a reflexionar sobre nuestro entorno, al igual que las anteriores ciudades de Navarro, ligado a la generación de artistas nacidos en torno a los cuarenta que desarrollaron en nuestro país los preceptos escultóricos derivados del Neoconstructivismo, el Minimalismo y el arte conceptual. A ella pertenecieron también Susana Solano, Eva Lootz o Schlosser.

No encontramos presencia humana como tal en las ciudades de Navarro, como no lo había en las escenas metafísicas de De Chirico, pero sin la participación de un espectador capaz de percibir los sueños proyectados en ellas y sus alusiones a relaciones de poder y dominación, a la fría incomunicación y al grado de sofisticación arquitectónica alcanzado en los grandes núcleos urbanos, éstas perderían su sentido.

La tensión viene dada en este proyecto del valenciano por la repetición de elementos de escalas contrastantes, que proporcionan ritmo a la composición mientras nos sitúan ante un espacio en el que orden y pathos se reparten el terreno a partes iguales. Hay que recordar que la ciudad es para el artista un espacio de ciencia, de arte y de indagación filosófica.

Además de Monumentos y multitud, podremos ver en Fernández-Braso treinta esculturas de Navarro fechadas desde el 2000 hasta hoy, la mayoría realizadas en los últimos dos años. Son representativas de los temas abordados por el artista a lo largo de su trayectoria: encontramos cuerpos, figuras, bodegones, paisajes y objetos de formas geométricas que nos invitan a plantearnos las fronteras entre artefacto y obra de arte y que de nuevo transitan entre la abstracción y la figuración y apelan a las dicotomías entre lo vertical y lo horizontal, lo único y lo múltiple.

Destaca el meticuloso montaje de la muestra; los espacios de la Galería potencian el valor expresivo de los trabajos de Navarro.

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