El director del Museo del Prado, Miguel Falomir, junto a Marina Chinchilla, directora adjunta de Administración del Museo, ha presentado esta mañana el Plan de actuación 2017-2020 para la pinacoteca madrileña, aprobado en la sesión plenaria del Real Patronato el pasado lunes. Se trata de un plan cuatrienal, igual que los tres planes anteriores, en el que en líneas generales se busca conservar lo mejor del pasado y apuntar hacia el futuro, pensando en un proceso constante de modernización. Dentro de esta última idea, la ampliación física juega un papel determinante así como la proyección exterior: “el Prado, o es internacional o no es”, ha dicho Falomir.
A grandes rasgos se podría hablar de tres programas, uno ordinario que se asemeja a los anteriores y dos extraordinarios, en los que residen las novedades más significativas, que son las actividades conmemorativas del II Centenario del Museo, considerado efeméride de excepcional interés público pero del que aún no se han dado detalles ya que formarán parte de otro plan especial que se dará a conocer a su debido tiempo, y la ampliación del Campus del Prado con la obra del Salón de Reinos. Aunque no se avanza nada de lo que podremos contemplar en su interior sí sabemos ya que, si se cumplen los plazos, las obras podrían estar finalizadas en diciembre de 2021 (recordemos que en este momento el proyecto se encuentra dentro del periodo de 18 meses tras el fallo en el que se ha de perfilar, fijar y concretar el proyecto arquitectónico que finalmente se realizará).
La misión del Museo seguirá siendo la misma: transmitir conocimiento a la sociedad, reforzando, eso sí, el servicio público y el compromiso con los visitantes, en lo que tiene que ver con proponer una experiencia grata así como en la captación de nuevos públicos, bajando la edad media y ampliando la base social, acercando el museo a todos los estamentos. Otros objetivos estratégicos marcados son la conservación, la educación, la comunicación y la responsabilidad en la gestión.
Falomir ha destacado también la importancia del Prado Digital, defendiendo cómo las últimas tecnologías aunque no sustituyen la experticia de la visita física tampoco son una competencia, más bien, al contrario, se complementan y ha recordado cómo el museo ha registrado récord de visitas desde el lanzamiento de la última web (Premio Webby a la mejor página de instituciones culturales a nivel internacional, otorgado por la International Academy of Digital Arts & Sciences). En esta apertura y aceptación del visitante virtual encontramos ya una diferencia con su predecesor, Miguel Zugaza, menos interesado en el impacto que herramientas como la visita virtual podía aportar al Prado.
En cuanto a la Colección se han definido 88 actuaciones, siendo uno de los puntos más novedosos e importantes las alteraciones en la disposición de los espacios museográficos. Una de las más llamativas será la inauguración del montaje del Tesoro del Delfín, en el toro norte, que contará con la vitrina curva más grande realizada hasta el momento. También están contempladas la reapertura de las salas 76 a 84 del segundo piso del cuerpo de Goya para mostrar la pintura flamenca y holandesa del siglo XVII, mejorando los accesos y duplicando los ascensores en esa zona; o la recuperación de la Galería Jónica norte del Edificio de Villanueva como nuevo espacio para la escultura clásica, entre otras.
El Centro de estudios será uno de los proyectos más deseados por el nuevo director, quien ha adelantado que la Cátedra de 2017 llevará por título ”La restauración de pintura en el Museo del Prado. Tradición y presente del taller” y que estará a cargo de quienes más saben sobre el tema, los miembros del taller.
Sabemos también ya cuales serán algunas de las exposiciones temporales que podremos ver en los próximos años, que abarcarán materias desde el siglo XV hasta el XIX y serán proyectos liderados y desarrollados desde el Prado. La lista comienza con la dedicada a obras maestras de la Hispanic Society, que se inaugura la próxima semana, y a esa le seguirán “Mariano Fortuny” (de noviembre de 2017 a marzo de 2018); “Lorenzo Lotto. Retratos” (entre junio y septiembre de 2018); “Bartolomé Bermejo” (de octubre de 2018 a febrero de 2019); “Rubens, pintor de bocetos” (de abril a agosto de 2018); las que tengan lugar a lo largo de 2019 enmarcadas en la conmemoración del Bicentenario; y entre las programadas para 2020 algunos títulos como “América. Ida y vuelta”; “Carracci. La capilla Herrera”, que se verá previamente en Roma y Barcelona; “Restauración del Tríptico del Maestro de la Redención del Prado” o “Fernando Zóbel. Coleccionista de dibujos y dibujante”.
En materia presupuestaria y al margen de las necesidades especiales de financiación del Salón de Reinos, el plan prevé recuperar paulatinamente parte de la aportación del Estado perdida en los últimos años y alcanzar en 2020 un presupuesto de gasto cercano a cincuenta millones de euros. El director se ha mostrado optimista en este sentido y apuesta por que en tiempos en los que se perfila una mejora económica el Estado amplíe la dotación a los presupuestos del Prado, llegando a aportar veinte millones. Los otros treinta serían autogenerados por el Museo y ahí entran en escena el fomento del patrocinio, que las actividades adquieran condición prioritaria de mecenazgo y el micromecenazgo, del que Falomir ya se ha mostrado en varias ocasiones muy partidario. Marina Chinchilla, por su parte, ha aclarado algunas de las medidas de desbloqueo que quieren llevar a cabo y que por cuestiones de contención económica no se habían podido desarrollar en el Plan anterior. Entre ellas, dotar al museo de nuevas plazas y trabajar en materia de personal, invertir en el programa educativo revitalizando las actividades divulgativas y en el mantenimiento e instalaciones de todos los edificios del campus.
