Mary Corse y la luz que transformas

El Whitney Museum le dedica su primera retrospectiva

Nueva York,

Nació en 1945 en la localidad californiana de Berkeley y, siendo muy joven, en los sesenta, se convirtió en una de las escasas mujeres artistas que impulsaron, en la Costa Oeste de Estados Unidos, el movimiento llamado Light and movement, del que formaron parte Larry Bell, Robert Irwin, James Turrell y Doug Wheeler. Antes había estudiado psicología, filosofía y budismo tibetano, además de pintura. Mary Corse compartió con ellos fascinación por estudiar el fenómeno perceptivo y la posibilidad de que la luz, en sí y sin más apoyos, pudiera convertirse en asunto central de una obra de arte.

"Mary Corse: A Survey in Light" en el Whitney Museum
“Mary Corse: A Survey in Light” en el Whitney Museum

Sin embargo, mientras que sus compañeros, partiendo de la pintura, evolucionaron hacia la escultura y el environment, Corse optó por mantenerse fiel a la primera técnica, convirtiendo la tela en el soporte fundamental (aunque no único) de sus investigaciones lumínicas.

Hasta el próximo 25 de noviembre, el Whitney Museum de Nueva York dedica a la californiana la que es su primera individual en un museo, una retrospectiva que se ha hecho mucho de rogar y que pone su acento en las fases críticas de su experimentación: con la monocromía recurrente en la pintura contemporánea y con plexiglás, escamas metálicas, microesferas de vidrio o arcilla.

La del Whitney es también la primera exhibición que reúne los trabajos fundamentales de Corse desde mediados de los sesenta, cuando trabajaba en monocromos blancos sobre lienzos con formas y en construcciones de plexiglás iluminadas con bombillas fluorescentes. La antología incluye su serie de pinturas White Light, que comenzó en 1968, y la serie Black Earth, que inició en 1970, tras mudarse desde Los Ángeles a Topanga, donde continúa residiendo.

Precisamente en 1968 llevó a cabo uno de sus trabajos claves: Untitled (Space + Electric Light), un cubo brillante elaborado con plexiglás y neón, y en ese mismo año fue cuando comenzó a integrar en sus trabajos microesferas de vidrio, pequeñas perlas prismáticas, a menudo incrustadas en el pavimento de la carretera por sus propiedades de reflexión, que en sus pinturas mezclaba con distintas tonalidades acrílicas, una técnica que continúa desarrollando hoy.

Le interesa a Corse ahondar en cómo los movimientos del espectador pueden modificar las condiciones lumínicas de sus trabajos, aunque fuera sutilmente, generando complejas dinámicas de índole espacial y temporal. A medida que nos movemos frente a las microesferas de vidrio bañadas por pintura acrílica blanca, las subdivisiones geométricas brillan y dan lugar a distintos efectos perceptivos.

"Mary Corse: A Survey in Light" en el Whitney Museum
“Mary Corse: A Survey in Light” en el Whitney Museum

Como en el caso de la mayoría de los artistas ligados a Light and Movement -aunque en alguna ocasión ella ha dicho que en los sesenta no se sentía particularmente ligada a esta corriente-, su uso de la geometría y el color corrió parejo a la consolidación de los postulados minimalistas.

Aunque esta sea su primera gran monográfica, Corse ya ha presentado su obra en Lehmann Maupin y en la 54ª edición de la Bienal de Venecia, y sus trabajos forman parte, además, de las colecciones del MACLA de Los Ángeles, el Getty Museum y el Guggenheim de Nueva York.

 

“Mary Corse: A Survey in Light” 

WHITNEY MUSEUM OF AMERICAN ART

99 Gansevoort Street

Nueva York

Del 8 de junio al 25 de noviembre de 2018

 

 

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