Impresiones, acciones y laberintos musicales

Las nuevas muestras del MUSAC se dedican a María Lara, la performance feminista y a Mestres Quadreny

León,

Cuando todavía permanece abierta “El giro notacional“, su colectiva dedicada a las posibilidades artísticas del uso de las notaciones (podemos visitarla hasta el próximo 15 de septiembre), el MUSAC de León ha presentado este fin de semana tres nuevas exposiciones, abiertas todas hasta ese mismo mes. Una de ellas es individual, otra colectiva y la tercera, en su Proyecto Vitrinas, no se despega de lo musical: hablamos de los recorridos sonoros y visuales trazados por Mestres Quadreny.

Comenzando por la artista granadina María Lara, veremos en León un repaso a su producción desde los setenta en el que cobrarán protagonismo los trabajos en papel que ha llevado a cabo en los últimos años. “Sensaciones, registros e impresiones” hará hincapié en sus procesos de trabajo nacidos justamente de impresiones sensoriales y emotivas de todo tipo, trasladadas a pinturas a través de elementos tan simples como vigorosos: bandas y líneas en las que predominan los colores pasteles y las gradaciones de tonalidades. Cada una de esas piezas supone la síntesis de esas sensaciones de la autora, una amalgama puramente plástica en la que no cabe el detalle ni la anécdota.

Estas composiciones, autorreferenciales y de cualidades puramente pictóricas, beben de las corrientes del color field painting y de las teorías de Greenberg, defensor de una pintura que no debía contar nada ni albergar mensajes narrativos o místicos porque tenía valor por sí misma, basándose únicamente en el uso del color de manera absoluta. Como en la producción de los artistas ligados a la abstracción postpictórica, en la de esta creadora andaluza no encontramos formas, sino zonas cromáticas verticales u horizontales, homogéneas en su densidad. Los resultados, aparentemente fríos y nacidos de la programación, resultan evocadores en un segundo vistazo, transmisores de impresiones derivadas de las relaciones y vibraciones cromáticas.

Los trabajos de Lara (se incorporan en la muestra también algunos dibujos) reclaman del espectador una aproximación íntima: la que no demanda ni espectáculo, ni narración o lectura. Invitan a tomar conciencia de las infinitas sensaciones que puede suscitar lo silencioso: la luz, el aire, lo cotidiano y a la vez espiritual, los mismos espacios y sus reverberaciones. Donde no hay ilusionismo, sí subyacen realidades pictóricas indiscutibles y potentes en su planitud que emiten, a su vez, vibraciones visuales y táctiles: llega a lograr Lara que la materialidad de sus obras alcance cierta volatilidad.

María Lara. Sin título, 2007. Cortesía de la artista
María Lara. Sin título, 2007. Cortesía de la artista

Aunque su carrera haya evolucionado desde hace cuatro décadas, siempre ha permanecido sensible esta autora a las evocaciones derivadas de la luminosidad natural, a las sugerencias plásticas de las vivencias diarias, a las impresiones sensitivas e íntimas que pueden plasmarse con brío y austeridad, desde la economía de medios.

Veremos en el MUSAC dibujos abstractos de los años ochenta y noventa dominados por líneas rítmicas que sugieren formas orgánicas y, entre sus piezas más recientes e igualmente abstractas, pinturas aéreas, líricas, a veces próximas al cinetismo: son muchas las fuentes de las que bebe, en el campo de la pintura contemporánea, pero mezcla constantemente referencias en lugar de guardar fidelidades. Maneja un ascetismo y una capacidad de sugerencia propias.

María Lara. Sin título, 2012. Cortesía de la artista
María Lara. Sin título, 2012. Cortesía de la artista
Vista de la exposición "Dar la oreja, hacer aparecer: cuerpo, acción y feminismos (1966-1979)" en el MUSAC
Vista de la exposición “Dar la oreja, hacer aparecer: cuerpo, acción y feminismos (1966-1979)” en el MUSAC
Fina Miralles. Relació del cos amb elements naturals. El cos cobert de pedres, 1974
Fina Miralles. Relació del cos amb elements naturals. El cos cobert de pedres, 1974

En la colectiva “Dar la oreja, hacer aparecer: cuerpo, acción y feminismos (1966-1979)” encontraremos trabajos de Pilar Aymerich, Jordi Benito, Esther Ferrer, Alicia Fingerhut, Olga L. Pijoan, Fina Miralles, Antoni Muntadas, Paz Muro, Carlos Pazos, Núria Pompeia, Àngels Ribé, Dorothée Selz, Gonçal Sobrer y Silvia Zayas.

Esta exposición parte de un trabajo de investigación que viene llevando a cabo su comisaria, Maite Garbayo Maeztu, y que ya en 2016 se materializó en un libro editado por consonni: Cuerpos que aparecen: performance y feminismos en el tardofranquismo. Trasladarlo al plano expositivo supuso un reto: abordar la materialidad de cuerpos, el repertorio de actos y gestos ligados a las prácticas de acción y llevar a las salas las implicaciones estéticas y políticas de las prácticas performativas en la etapa final de la dictutadura de Franco y en el inicio de la democracia.

Se nos propone en el MUSAC un recorrido por varias de estas acciones, subrayando aquellas que convirtieron el silencio en una estrategia estética y las que pusieron en cuestión los discursos corporales heredados de la mano de tradición y religión, en relación sobre todo con la mujer. Otro de los propósitos de la muestra es estudiar de qué modo poder e ideologías se inscriben en la comprensión y el hacer de los cuerpos en determinadas épocas y cómo la alteración de las normatividades a él asociadas puede generar posibilidades inéditas de relación social e incluso de resistencia.

En “Dar la oreja, hacer aparecer”, las imágenes y los documentos expuestos se articulan an torno a fragmentos de conversaciones entre Garbayo Maeztu y varias personas que han formado parte de su proceso de investigación en los últimos años: artistas, agentes culturales, activistas feministas… De este modo, en nuestra visita asistimos a un murmullo de voces, fragmentadas, que opinan desde enfoques distintos sobre cómo los cuerpos ajenos pueden afectar y transformar.

Por último, la exhibición del Proyecto Vitrinas a la que nos referíamos al principio, “Los laberintos musicales de Mestres Quadreny”, nos adentra en los dédalos visuales y sonoros desarrollados por el barcelonés Josep Maria Mestres Quadreny a partir de obras donadas por Jaume Maymó al MUSAC, que cuenta en su Centro de Documentación con un archivo con el nombre del artista del que forman parte programas, catálogos, recortes de prensa, libros, partituras, colecciones de CDs y otros materiales que analizan sus facetas creativas.

Lo que distingue las composiciones musicales de este autor de Manresa es el espíritu renovador de su lenguaje y la incorporación de técnicas novedosas, tanto en la misma composición como en el empleo de sonidos e instrumentos: si echamos un vistazo a sus partituras, comprobaremos que son tremendamente singulares.

En los cincuenta, Mestres fue pionero en la introducción en Cataluña de la música aleatoria y de composiciones creadas a través de ordenador. Él se había formado en química, conocía bien las teorías matemáticas de la probabilidad e, interesado por la física del azar, se dio a la experimentación constante en composiciones electroacústicas en las que integró lenguajes artísticos extramusicales, colaborando con otros creadores.

En muchas de sus piezas está presente la idea del laberinto, y de ahí el título de la muestra, pero lo que más llamará la atención de muchos será la citada plasticidad de sus peculiares partituras, como las de Suite bufa (1966), Variacions essencials (1970), Aronada (1971), Self service (1973) o L”estro aleatorio (1973-1978).

Josep Maria Mestres Quadreny. Suite Bufa 1966, 2014. Colección Centro de Documentación MUSAC
Josep Maria Mestres Quadreny. Suite Bufa 1966, 2014. Colección Centro de Documentación MUSAC

 

María Lara. “Sensaciones, registros e impresiones”

Del 8 de junio al 15 de septiembre de 2019

“Dar la oreja, hacer aparecer: cuerpo, acción y feminismos (1966-1979)”

Del 8 de junio al 15 de septiembre de 2019

“Los laberintos musicales de Mestres Quadreny”

Del 8 de junio al 22 de septiembre de 2019

MUSAC

Avenida de los Reyes Leoneses, 24

León

 

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