Lo último y más humano de Robert Morris

La Galleria Nazionale Roma le dedica su primera exhibición tras fallecer en 2018

Roma,

El próximo 28 de noviembre se cumplirá un año del fallecimiento de Robert Morris, artista y teórico fundamental del siglo pasado que, cuando Warhol y sus objetos y la abstracción postpictórica triunfaban en las pistas, se preocupó por escribir sobre un nuevo arte en el que la simplicidad de las formas no debía equivaler a la de la experiencia: el minimalismo. En Artforum, como Donald Judd, dejó claro que era posible convertir en arte estructuras sin voluntad narrativa, que el espacio también podía concebirse como material y que menos seguía siendo más.

Ambos tuvieron mucho que ver, con sus ensayos y su propia producción plástica, con que la minimalista se convirtiera en la corriente escultórica dominante en el contexto americano: Morris diseñó volúmenes simples de formas geométricas que podían exponerse tanto sobre el suelo como colgados de techos o paredes y que en su repetición podían evocar pura depuración. Las críticas fueron muchas, y quizá tuvieran relación con los más abiertos caminos posteriores del artista, que evolucionó de lo objetual a lo procesual para acercarse tanto a los environments como al land art y al arte de acción, transitando así por los principales movimientos artísticos de la segunda mitad del siglo XX.

Hasta el próximo enero, la Galleria Nazionale romana presenta “Monumentum”, exhibición que recoge algunos de los proyectos en los que Morris trabajó en sus últimos tres años de vida. Comisariada por Saretto Cincinelli, es la primera muestra que una institución brinda a este autor desde su fallecimiento y contiene piezas inéditas en Europa, entre ellas esculturas pertenecientes a sus series MOLTINGSEXOSKELETONSSHROUDS (elaborada con lino belga empapado en resina y dispuesto posteriormente sobre modelos humanos para tomar forma) y Boustrophedons (en la que trabajó con fibra de carbono). Sí se habían exhibido antes en Estados Unidos: en 2015 y 2017, respectivamente, en la neoyorquina Galería Castelli. En su presentación italiana podemos contemplar ambos conjuntos conforme a un diseño espacial también inédito y acordado con el propio Morris antes de morir.

Robert Morris. MOLTINGSEXOSKELETONSSHROUDS. Castelli Gallery
Robert Morris. Boustrophedons. Castelli Gallery

Estos trabajos dan fe de su interés creciente por la figura humana y también de su atención última a los grandes maestros del pasado, referencias que suponen un viraje evidente respecto a su anterior vocabulario formal: una liberación definitiva del marcado sentido del orden y la abstracción que caracterizaron a la vanguardia estadounidense para adentrarse en contextos más barrocos y alegóricos. No será difícil atisbar en “Monumentum” ecos a las esculturas de Donatello o Rodin, a los dibujos de Goya o a las estatuas llenas de lamento del gótico Claus Sluter.

Además, como veíamos, trabajó Morris con materiales vinculados a la pintura, como el lino y el barniz, para incorporar una notable tensión a su producción escultórica entre parejas de opuestos: entre la presencia aparente de las figuras y su ausencia, entre la idea de la escultura como un arte eminentemente espacial y la de grupos de figuras que interactúan entre sí para revelar un enfoque casi pictórico, y finalmente, entre el público y su percepción de cada escena.

Robert Morris. MOLTINGSEXOSKELETONSSHROUDS. Castelli Gallery
Robert Morris. MOLTINGSEXOSKELETONSSHROUDS. Castelli Gallery

 

“Robert Morris. MONUMENTUM 2015-2018”

GALLERIA NAZIONALE

Viale delle Belle Arti, 131

Roma

Del 15 de octubre de 2019 al 12 de enero de 2020

 

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