La intrigante obra de Eva Fàbregas se adueña del Centro Botín

''Enredos'' marca una nueva línea de exposciones en el centro santanderino

Santander,
Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
Eva Fàbregas. “Enredos”, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito

Con el objetivo de ofrecer nuevas miradas sobre su Colección y de acompañar en el desarrollo de su carrera a artistas que un día obtuvieron una de sus Becas de Arte, el Centro Botín pone en marcha un nuevo programa expositivo llamado “Enredos”.

La primera invitada a “tomar posesión” del espacio del Centro, y conectar con la Colección, ha sido Eva Fàbregas (Barcelona, 1985), cuya producción, muy intuitiva y visceral, gira en torno al deseo, la abstracción, la ternura y lo táctil. En 2010, cuando obtuvo su beca, la artista contaba solo con 20 años y estaba dando sus primeros pasos en el mundo del arte. Su creación ha evolucionado mucho desde entonces pero, como ella misma recordó en la presentación de la exposición, la concesión de la Beca supuso un importante empujón, especialmente de confianza, para seguir apostando por su carrera. Ahora, 13 años después, ve nuevamente reconocida su labor.

Fábregas, que presenta aquí nuevos trabajos en pintura y una escultura de 60 metros de aire encapsulado rosa que nos acompaña a lo largo de toda la exposición, no está sola en su regreso a Santander. En “Enredos” ha ejercido también como comisaria —labor a la que confiesa haberse acercado con mucho respeto, pero también con mucha ilusión—, junto a Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín. Así, su obra dialoga en un recorrido a lo largo de varias salas con el trabajo de otros artistas que, salvo en el caso de Gabriel Orozco, también recibieron en su día una de las Becas de Arte de la Fundación.

La exposición, la más grande de la autora hasta el momento, arranca con Polifili, una nueva serie de dibujos que Eva ha realizado en gouache acrílico, y en un formato mucho más alargado que el que venía siendo habitual en su producción. Muestra en ellos juegos de escalas y colores difíciles de realizar en el espacio físico, tan gobernado por las leyes de la gravedad, las dimensiones del propio cuerpo de la artista y las propiedades de sus materiales de trabajo, pero que sí son posibles en el espacio bidimensional, obras que a pesar de su condición de dibujos despiertan el deseo de tocarlos, sensación común a todo el arte de Fàbregas.

La siguiente sala nos presenta ya ese conector orgánico que nos guiará por todo el recorrido y que irá tejiendo el “enredo”, atravesando literalmente cada uno de los espacios de la exposición. Algunos verán en esta forma blanda y flexible de color rosa algo parecido a un gusano, para otros se asemejará más a un intestino, e incluso habrá quien lo pueda asociar a alguna clase de deformidad alienígena. Sea como sea, seguro que todos los que visitéis la muestra os vais a sentir intrigados por ella y por su destino.

Pero antes de desvelarnos hasta dónde nos conduce, nos irá descubriendo las obras que Fábregas ha elegido para este viaje, que tiene mucho de sensorial, de introspección y de intimidad. De esta forma, los vínculos entre las obras expuestas crean un diálogo complejo, a menudo inesperado, en torno al deseo, lo corporal y lo lúdico, pero también lo amorfo, lo atrevido y lo perturbador.

Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
“Enredos”, en el Centro Botín. Obras de Eva Fàbregas y Cabello/Carceller. Fotografía: Belén de Benito
Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
“Enredos”, en el Centro Botín. Obras de Eva Fàbregas y David Bestué. Fotografía: Belén de Benito
Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
“Enredos”, en el Centro Botín. Obras de Leonor Antunes y Asier Mendizabal. Fotografía: Belén de Benito

Las primeras en mostrarse son unas fotografías de Cabello/Carceller que forman parte del proyecto Archivo: Drag modelos (2007-en proceso). Esta obra, que versa en torno a la identidad y el género, reúne una serie de retratos realizados en diferentes países europeos a través de los cuales se rastrean las huellas de la influencia cinematográfica en la representación de masculinidades alternativas. Están protagonizados por personas que fueron asignadas al género femenino al nacer, y que personifican en este trabajo actores o personajes masculinos en películas de su elección, como pueden ser James Dean en Rebelde sin causa o Danny Zucko (John Travolta) en Grease.

El recorrido continúa con Esculturas de flores (2022) de David Bestué, una serie de piezas modeladas por el artista con materiales blandos, algunos orgánicos, que se transforman con el paso del tiempo, como papel maché, pétalos de flores, frutas o cera. La obra establece una relación con la práctica de Eva en torno a la intimidad y el deseo.

“Quería reunir una selección de obras de arte que establecen un diálogo complicado, a menudo inesperado entre sí, que no corresponde a cuestiones de influencia, generación o canon. Y así comencé a imaginar la exposición como un organismo vivo y a gran escala, que obedezca a su propia lógica libidinosa, una máquina deseante”. Eva Fàbregas

Obras de Leonor Antunes, Asier Mendizabal, Sara Ramo y Nora Aurrekoetxea conviven en la siguiente sala. Eva Fàbregas conecta con estas piezas desde distintas perspectivas, como por ejemplo la manera en la que se apropian del espacio y de la arquitectura de la sala, penetrando incluso en las paredes, en el caso de Sara Ramo; o por la sensualidad y relación íntima con nuestro cuerpo, en el caso de los arneses de cuero de Antunes o de las fotografías de objetos ergonómicos de Asier Mendizabal. En el de Nora Aurrekoetxea, es su predilección por objetos de producción industrial que, sin embargo, nos transmiten intimidad y cuidado la que enlaza con la idea de la exposición. Se incluyen también en la muestra una serie de fotografías de Gabriel Orozco pertenecientes a la colección de arte de la Fundación Botín. La razón por la que Fàbregas ha querido mostrarlas aquí es la invitación que nos hacen a considerar posibles perspectivas y escalas de tiempo más allá de la experiencia humana.

Finalmente, ahora sí, siguiendo el largo inflable rosa, llegamos a la última sala, cuyo espacio se ve desbordado por el inmensurable organismo que allí habita. Nuestra percepción se ve alterada ante este enredo simbiótico que lleva por título Oozing (Rezumamiento, 2023), pieza concebida específicamente para este espacio y producida en colaboración con el MACBA. Museu d’Art Contemporani de Barcelona. No sabemos bien si emerge de la pared, tratando de escapar de ella, o si por el contrario camina hacia su interior en busca de mayor refugio y descanso. Los colores cálidos y amables, las texturas, la forma en la que parece retorcerse y amoldarse, su ligera vibración… dan lugar a una imagen poderosamente sugerente e intrigante. En ella, como sucedía en cada fragmento de los 60 metros de aire encapsulado que interconectan las salas, se entremezclan dualidades, comunes a toda la obra de Fàbregas, en las que lo amable y aparentemente inocente se torna a la vez enigmático y perverso.

Lo bello y lo extraño nos atrapan. Queremos y, con todo el cuidado, debemos acariciar a ese ser que se retuerce ante nosotros; esa fantasía, ese murmullo visceral, que irradia energía y es capaz de potenciar la experiencia estética y sensorial del arte.

Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
Eva Fàbregas. Oozing. “Enredos”, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito
Eva Fàbregas. Enredos. Centro Botín 2023. Foto: Belén de Benito
Eva Fàbregas. Oozing. “Enredos”, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito

 

 

“Enredos: Eva Fàbregas. Un murmullo visceral”

CENTRO BOTÍN

Muelle de Albareda s/n. Jardines de Pereda

Santander

Del 20 de mayo al 15 de octubre de 2023

 

 

 

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