La Casa de México en España nos invita a visitar el universo caleidoscópico de Pedro Friedeberg

El centro reabre en su horario habitual

Madrid,
Casa de México en España. Exposición dedicada a Pedro Friedeberg
Casa de México en España

Hoy, tras casi tres meses cerrada al público, la Casa de México en España vuelve a abrir sus puertas y lo hace con una exposición que celebra el trabajo de una figura fundamental en el arte contemporáneo mexicano: Pedro Friedeberg, cuyo trabajo no había sido objeto hasta ahora de una gran muestra en nuestro país.

Arquitecto de formación, dicen quienes lo conocen que Friedeberg (nacido en Florencia en 1936 y nacionalizado mexicano a los tres años de edad) es poseedor de un conocimiento enciclopédico y destacan en él su ironía y gran sentido del humor. A sus 84 años permanece completamente activo y atento a los temas de actualidad, que también encuentran lugar en su pintura.

Trabajador incansable, sus inicios profesionales en el mundo del arte se remontan a 1959, cuando celebró su primera exposición individual en la Galería Diana en la Ciudad de México, animado por los artistas Remedios Varo y Mathias Goeritz, quien fuera su profesor en la Universidad Iberoamericana y su gran mentor. Junto a él fundaría en 1961 el grupo de Los Hartos, en el que también participaron José Luis Cuevas, Chucho Reyes, Ida Rodríguez Prampolini y Alice Rahon, y cuyo manifiesto rezaba así: “Estamos hartos de la pretenciosa imposición de la lógica y de la razón, del funcionalismo, del cálculo decorativo y, desde luego, de toda la pornografía caótica del individualismo, de la gloria del día, de la moda del momento, de la vanidad y de la ambición, del bluff y de la broma artística, del consciente y subconsciente egocentrismo, de los conceptos fatuos, de la aburridísima propaganda de los ismos y de los istas, figurativos o abstractos. Hartos también del preciosismo de una estética invertida; hartos de la copia o estilización de una realidad heroicamente vulgar”.

A partir de 1962 iniciaría su proyección internacional, exponiendo su trabajo en galerías de Nueva York, París, Washington, Lisboa o Múnich.

La exposición que hasta el mes de septiembre podemos visitar en la Casa de México en España ha sido diseñada en torno a tres espacios, más la escalera y la fachada (intervenida por el arquitecto Fernando Muñoz mediante la colocación de 37 diseños inspirados en los mandalas budistas que encontramos en la obra más reciente de Pedro Friedeberg), pensados para introducirnos, literalmente, en el trabajo colorista y geométrico del maestro mexicano. Paredes, suelos y techos han sido intervenidos creando diferentes estancias inmersivas que nos preparan para la contemplación de las obras. Como señala Alejandro Sordo, comisario de la muestra, se han tenido en cuenta los diferentes ejes en torno a los que gira la producción del artista, como son la arquitectura, la literatura, la geometría sagrada, el humor, las alegorías, la simbología, los elementos pop, las referencias al arte cinético o la tecnología y el mundo virtual que nos rodea. Y es la síntesis de todo ello lo que convierte a Pedro Friedeberg en un creador único y difícilmente clasificable.

La muestra reúne un total de 61 obras representativas de su trayectoria, siendo la pintura más temprana de 1962 y la más reciente de 2018. Comenzamos la visita por la sala dedicada a su famosa Silla-mano (1963) y a las distintas variantes (más de 300) que sobre ella ha realizado. Esta pieza icónica, que el artista reconoce que es de todas sus obras la que menos le gusta (“fue un chiste”, ha dicho hoy en una breve rueda de prensa ofrecida vía Zoom), fue en su día descrita como surrealista por André Breton y es, sin duda, la que le ha dado fama mundial. Actualmente, una versión de la misma puede verse en “Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020”, en CaixaForum Barcelona.

El surrealismo, una mirada a las tradiciones y al barroco mexicano, pero también el arte pop y el op art conviven, como hemos dicho, en las creaciones de este artista. Podemos verlo bien en las obras de la sala central, en la que observamos un mayor diálogo con la arquitectura, así como con las representaciones simbólicas de lo sagrado. En esta sala se ha dispuesto un pequeño gabinete de curiosidades, minúscula representación de lo que es la casa y el taller del artista. En las piezas recogidas en él observamos de manera muy evidente ese gusto por el estilo churrigueresco, con sus dorados y ornamentos.

Cerrando este espacio, encontramos dos obras recientes en las que el artista introduce una crítica al uso irracional de las redes sociales, que nos mantienen pegados a la pantalla, haciéndonos olvidar las relaciones personales y el espacio que nos rodea. Saturación de color, miedo al vacío, repetición de formas geométricas y dominio de la perspectiva son elementos comunes en estas piezas de trabajo minucioso.

Pedro Friedeberg. Silla-mano, 1963
Pedro Friedeberg. Silla-mano, 1963
"Pedro Friedeberg. Doctorado en cariátides". Casa de México en España, 2020
“Pedro Friedeberg. Doctorado en cariátides”. Casa de México en España
Pedro Friedeberg. Los últimos días de Pompeya, 2016
Pedro Friedeberg. Los últimos días de Pompeya, 2016

 

“Todo lo que no está de moda es lo que me interesa”

El último espacio, dominado por un vinilo que reproduce a tamaño natural una obra del artista, que finalmente no pudo venir a la exposición, acoge también un conjunto de obras que han sido ampliamente reproducidas en serigrafías; una vitrina con pequeñas eculturas como la que representa la piedra filosofal o la que sirvió de imagen a la exposición “Casa Irracional”, celebrada en el Museo Franz Mayer en 2016; o la obra que da título a la muestra, Doctorado en cariátides. Esta es en sí misma una buena síntesis de la obra de Pedro Friedeberg, pues en ella alude a la arquitectura, al conocimiento, al movimiento circular de la salida y la puesta del sol, a los órdenes, a la estética, a la figura de la mujer como centro de la creatividad…

Finalmente, la proyección de un vídeo tridimensional completa este recorrido por el potente universo creativo de Friedeberg, que en alguna ocasión ha sido comparado con los escenarios fantásticos de Escher.

Pedro Friedeberg
Pedro Friedeberg
Pedro Friedeberg. Doctorado en cariátides.
Pedro Friedeberg. Doctorado en cariátides.

 

En la actualidad, el mexicano se encuentra trabajando en una serie relacionada con el confinamiento, desde la perspectiva de analizar las oportunidades que este está suponiendo para el encuentro con uno mismo.

La exposición se complementará con una serie de cursos y talleres sobre geometría sagrada que se celebrarán en el mes de julio y que proporcionarán una mirada más amplia de los mundos por los que navega Friedeberg.

Al igual que otras salas de exposiciones de la ciudad, la Casa de México ha puesto en marcha todas las medidas de seguridad sanitaria y de protección impuestas frente a la COVID-19, como el uso obligatorio de mascarilla; la limitación del aforo de la sala a un tercio de su capacidad (en fase 2);  la desinfección continua de los  espacios y gel hidroalcohólico a disposición de los visitantes. Por el momento, queda suspendido el servicio de consigna.

Además de la exposición de Friedeberg, la CME acoge también una pequeña muestra dedicada a Alfredo Castañeda. Se trata de una selección de pinturas y de dibujos inéditos, que recuerdan al creador cuando se cumplen diez años de su fallecimiento. Realizada en colaboración con el entorno más íntimo del artista, su mujer, sus hijos y nietos, es precisamente la visión de esas generaciones más jóvenes, y en concreto la de su nieta Marina, la que propone una mirada contemporánea del trabajo del autor. “Alfredo Castañeda. De la mano del maestro” podrá visitarse hasta el 12 de septiembre.

 

“Pedro Friedeberg. Doctorado en cariátides”

CASA DE MÉXICO EN ESPAÑA

c/ Alberto Aguilera, 20

Del 8 de junio al 20 de septiembre de 2020

 

 

 

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