Tras exponer sus creaciones electrónicas, entre otros espacios, en Bombas Gens, en el Centro Párraga o el IVAM y en ferias como ESTAMPA, JustMad o ART MARBELLA, Inma Femenía presenta su primera muestra individual, desde el pasado 10 de mayo, en la Galería Max Estrella de Madrid.
Hace unos meses pasó por Fichados, y entonces nos explicó esta artista alicantina que utiliza dispositivos tecnológicos no en su finalidad reproductora sino planteando reflexiones sobre su misma esencia como instrumentos capaces de dar testimonio digital de lo plástico y de plantear per se que se han roto las fronteras entre lo físico y lo virtual en el ámbito de la creación.
Aunque sus medios de trabajo no sean, como decimos, tradicionales sino tecnológicos, las reflexiones que a partir de ellos plantea al espectador y las bases de su estética sí cuentan con raíces evidentes en la historia del arte: manipula luz y color para subrayar que estos dos elementos nos permiten construir nuestra visión, o nuestra evidencia, de la realidad y que son la base de nuestra percepción visual. También estudia cómo ambos se proyectan en el medio cibernético y sus nuevas dimensiones, porque, en último término, también le interesa a Femenía indagar si nuestra creciente inmersión digital condiciona nuestros modos de percibir el mundo o si los prolonga en distintas esferas.
En el fondo, pensándolo bien, tanto en los medios artísticos tradicionales como en los de reciente uso que emplea Femenía se ha empleado la luz no solo para alumbrar lo real, sino también para nublarlo o distorsionarlo, para dar lugar a simulaciones, sueños y ejercicios de ilusionismo.
Trabajando con metales y gamas de luz procesadas, nos invita Femenía a darnos cuenta de que es posible que lo tangible y lo intangible no estén tan lejos a nivel perceptivo, que puede atribuirse a la luz un sentido objetual y no solo inmaterial y que los paisajes esculturales pueden tener origen en los virtuales y evocarlos. Es frecuente, en la producción de la artista de Pego, que imágenes de luz captadas con escáneres se plasmen en soportes dispuestos sobre paredes y, en ocasiones, transparentes, o que generen composiciones cuya potencia reside en las posibilidades infinitas de lo luminoso. Si tuviéramos que resumir sus procedimientos, diríamos que Inma, cuya estética remite al minimalismo aunque ella se inspire más en su convivencia diaria con la tecnología, captura la luz, la registra digitalmente y la ofrece al espectador fijada en soportes diversos, encarnada, hecha aluminio o poliuretano. Sus espectros cromáticos proceden, por tanto, del ámbito virtual y remiten a esas post-imágenes que vagan eternamente por la red, aunque sean borradas.
En la primera sala de Max Estrella podemos ver Free Fall, una pieza que el año pasado expuso en el IVAM, en una muestra que compartió con otros tres artistas valencianos que intervinieron los espacios de tránsito del centro. Podíamos verla en la entrada de su biblioteca y destacaba por su acentuada verticalidad, propia de un ciprés; su gran tamaño y su movimiento, lento, sobre sí misma. Invitaba a los visitantes a detenerse y contemplarla un tiempo, ese que el medio digital con el que ella trabaja no parece concedernos.
Su título procede de un artículo de Hito Steyerl sobre el futuro líquido y las pantallas (En Caída Libre. Un experimento mental sobre la perspectiva vertical) y su forma evoca a las imágenes abstractas y de escasa resolución que abundan en Internet tras ser varias veces intervenidas o copiadas.
En la sala principal de la galería nos esperan trabajos de la serie In Tension, nacidos de la penetración del código binario de colores hexadecimales en aluminio mediante una impresión UV. Femenía plegó posteriormente las planchas y después las ha sujetado a la pared con goma de caucho; de este modo, fusiona la fisicidad del material que es soporte y el carácter virtual del espectro cromático empleado, buscando también hacer penetrar lo virtual en objetos que no solo son pantallas.
Y en el último capítulo de la exposición, en su tercera sala, nos presenta la artista un proyecto de 2014 ahora retomado: Spectrum Screensaver. Ha creado un ambiente digital intangible a partir de la luz emanada de pantallas de ordenador en reposo reflejadas en la pared, evidenciando cómo hemos naturalizado por completo fenómenos lumínicos digitales (artificiales) con los que no hace mucho que convivimos, y no solo su luz, también su movimiento.
“Inma Femenía. Surface”
c/ Santo Tomé, 6 patio
Madrid
Del 10 de mayo al 21 de julio de 2018
