Acción Cultural Española lleva a la red su gran muestra de Delibes

26/01/2020

El año pasado, ya sabéis, se cumplieron cien del nacimiento de Miguel Delibes y la Biblioteca Nacional se sumó a esta conmemoración albergando la muestra “Delibes”, que desde el pasado diciembre y hasta mayo puede visitarse en la la Sala Municipal de Exposiciones de La Pasión de Valladolid.

Ha sido comisariada por Jesús Marchamalo y repasa tanto su recorrido vital como su trayectoria literaria, prestando atencióna sus vivencias familiares, a sus relaciones amistosas y profesionales y también a sus hábitos de escritura o a sus modos de entender la literatura y la vida.

Son cerca de doscientas cincuenta las piezas que componen la exhibición, cedidas por la Fundación Miguel Delibes, la Real Academia Española, El Norte de Castilla, la Fundación Juan March o la misma Biblioteca Nacional. No faltan manuscritos originales de algunas de las obras fundamentales del autor vallisoletano, ejemplos de su correspondencia con otros escritores, objetos personales, primeras ediciones de sus libros, fotografías o retratos que los amantes de Delibes y su obra conocerán bien, como el que le realizó John Ulbricht, que presidía el rincón de su casa, o el de su esposa, Ángeles de Castro, a cargo de Eduardo García Benito, que menciona en Señora de rojo sobre fondo gris.

Delibes. Sala de la Pasión, Valladolid

Un primer apartado de la exposición se vuelca en la biografía de Delibes: su infancia, su familia, su gusto por el campo y la caza y sus primeros trabajos como caricaturista y profesor hasta que, antes de alcanzar la treintena, se hizo con el Premio Nadal en 1947 por La sombra del ciprés es alargada. El propósito de Marchamalo ha sido recoger tanto los hitos y anécdotas conocidas como el lado más desconocido del escritor.

La segunda parte del recorrido se centra en su obra y nos acerca al contexto y el fondo de la mayor parte de sus relatos, también a sus temas y personajes. Cuenta con los manuscritos de El camino, Las ratas, El príncipe destronado, Cinco horas con Mario, Los santos inocentes y El hereje, acompañados de las opiniones de escritores que valoran el legado de Delibes y explican qué significó para ellos, en su momento, la lectura de sus novelas. Además, las primeras páginas de esas obras pueden escucharse en la voz de José Sacristán (reciente protagonista teatral de Señora de rojo…), que las ha grabado específicamente para esta muestra.

Un apartado del recorrido se dedica a la relación de los textos de Delibes con el cine y el mismo teatro, siempre fecunda, y ahí quedan Los santos inocentes, Las ratas, La guerra de papá, El disputado voto del señor Cayo, La hoja roja, Las guerras de nuestros antepasados, Cinco horas con Mario o la misma Señora de rojo sobre fondo gris.

Con el fin de que, en estos meses de movimientos limitados, no se queden sin disfrutar (del todo) del proyecto quienes no pudieron visitar la exposición en Madrid ni puedan acercarse a Valladolid, Acción Cultural Española (AC/E) lleva a nuestras pantallas, con la colaboración de Madpixel, un nuevo formato de visita virtual 360º gigapixel que nos permite explorarlo en altísima resolución y con todo detalle.

Podemos acercarnos, así, a las 24 vitrinas con objetos originales y manuscritos; a correcciones, notas y dibujos de Delibes con muy alta calidad y al material multimedia complementario con el que cuentan las salas: vídeos, reproducciones de manuscritos y los propios audios de Sacristán.

Con motivo de la exposición, se editó un catálogo que recoge su contenido íntegro, artículos de escritores y de especialistas en su obra que reivindican la modernidad y la pertinencia de la misma. Y por entonces también Destino publicó El libro de Miguel Delibes. Vida y obra de un escritor, con edición y textos del mismo Marchamalo, del que extraemos algunos textos del escritor que pueden ayudar a los novatos a adentrarse en su manera de entender las personas y el campo:

Fui un neurótico precoz que pasaba sin transición y sin causa aparente de la exaltación a la melancolía. Aunque entusiasta de los deportes, especialmente del fútbol y la caza, era un tipo extramadamente sensible, reservado y apartadizo, aunque al propio tiempo, irónico y burlón. Mi carácter apenas se ha modificado con el tiempo. Sigo siendo el mismo. Respecto a mi sociabilidad, me encocoran el bullicio y las multitudes, pero me gusta participar en tertulias reducidas, con gentes inteligentes, con sentido del humor, poco fanáticas. Aborrezco a los seres que lo saben todo, que están seguros de todo y que tratan de imponerte, a cualquier precio, su credo y su seguridad.
Ramón García Domínguez. Miguel Delibes: un hombre, un paisaje, una pasión. Destino, 1985.

El recuerdo más tierno que guardo de mi padre (mi padre no era muy niñero ni dado a demostraciones convencionales de cariño) es allí, en el monte, solo, alto, delgado, el perro a la vera, las alas del sombrero de mezclilla sobre los ojos, la escopeta en guardia baja, atento, alerta, como Ortega exigía del cazador.
Miguel Delibes. Mi vida al aire libre. Destino, 1989.

De niño, en mi piso urbano, donde mis padres me nacieron, yo vivía desazonado, buscando, como los perros de caza encerrados en un automóvil, una rendija por donde penetrase un soplo de aire vivificador. Mi avidez me llevaba aún más lejos: recurría a la lectura de libros relacionados con la naturaleza para hacerme la ilusión de que respiraba un ambiente oxigenado.
Miguel Delibes. Pegar la hebra. Destino, 1990.

No puedo escribir a máquina, me parece que las ideas no fluyen. Entre la cabeza y el papel no puedo interponer mecanismos extraños. Escribo a mano, con pluma estilográfica, procedimiento largo y penoso, porque la persona que me lo pasa a máquina no acaba de entender mi letra y ello me obliga a copiarlo varias veces.
Javier Goñi. Cinco horas con Miguel Delibes. Anjana Ediciones, 1985.

Nuestra misión consiste en criticar, molestar, denunciar, aguijonear al sistema de hoy y al de mañana, porque todos los sistemas son susceptibles de perfeccionamiento, y esto, a mi ver, solo puede hacerse desde una conciencia libre, sin vinculaciones políticas concretas.
Miguel Delibes. Un año de mi vida. Destino, 1972.

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