Francisco Oller y el Impresionismo caribeño

El Brooklyn Museum presenta la primera muestra de este artista en Estados Unidos

Nueva York,
Francisco Oller. Naturaleza muerta con cocos, hacia 1863. Colección privada, Nueva Jersey
Francisco Oller. Naturaleza muerta con cocos, hacia 1863. Colección privada, Nueva Jersey

 

Francisco Oller nació en 1833 en San Juan de Puerto Rico y, aunque se formó en Europa, la naturaleza de su isla fue siempre la fuente de inspiración de su pintura, aunque también se fijó en su realidad social. En un inicio estudió junto a Juan Cletos Noa en el mismo San Juan, más tarde fue alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando cuando la dirigía Federico Madrazo y, por último, ya en 1858, se trasladó a París, donde asistió al taller de Couture, L’Académie Suisse y L’Ecole Imperiale et Spéciale de Dessin, se hizo asiduo al taller de Courbet y conoció a Camille Pisarro, Cézanne, Renoir y Monet.

En Francia se empapó de pintura impresionista y aprendió las destrezas del manejo de la luz, pero volvió a casa en 1865 para, cinco años más tarde, poner en marcha su propia Academia de Dibujo y Pintura en San Juan. No fue definitivo: en 1874 estaba de vuelta en la capital francesa y, curiosamente, adquirió allí una de sus obras, El estudiante, el célebre Doctor Gachet, al que retrató Van Gogh y que fue amigo y médico del holandés.

Abandonó París para pasar una larga estancia (de ocho años) de nuevo en Madrid, pero, fiel a sus esencias puertorriqueñas, volvió a su país en 1884.

A medio camino entre el Realismo de su amigo Courbet y el Impresionismo, Oller llegó a afirmar: La fantasía artística ha pasado de moda; nuestro deber hoy es servir a la razón: es necesario que la obra artística sea concebida de tal modo que se crea que el artista no ha inventado nada y que en presencia de un realismo de apariencia vulgar, se comprometa en esa misma vulgaridad aparente, (a) una profunda observación.

Uno de los primeros en apostar por el talento del artista caribeño fue Juan Prim, el militar liberal español, que vio unas caricaturas que Oller realizó de su jefe cuando, en su primera juventud trabajaba en el Tesoro puertorriqueño. Él fue quien le ofreció una beca para estudiar en Europa.

El Viejo Mundo y el Nuevo se funden, por tanto, en la obra de Oller, a quien el Brooklyn Museum de Nueva York dedica, hasta el 3 de enero de 2016, su primera muestra monográfica en Estados Unidos. Lleva por título “El Impresionismo y el Caribe: Francisco Oller y su mundo transatlántico” y exhibe más de ochenta acuarelas, dibujos y óleos, entre los que predominan paisajes tropicales, bodegones con frutas y verduras y retratos de artistas distinguidos e intelectuales, aunque no faltan trabajos de algunos autores contemporáneos y amigos, como Cézanne y Pissarro, quien por cierto había nacido en Saint Thomas, entonces colonia de Dinamarca en El Caribe.

La exhibición viajará después al Museo de Arte de Puerto Rico, donde podrá verse entre el 29 de enero y el 24 de abril del próximo año.

 

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