El pasado 18 de junio, la sede mexicana de la Galería Luis Adelantado abrió al público “Indagaciones acerca de lo sublime”, exposición que consta de fotografías de tres series en las que el artista argentino Fernando Maselli viene trabajando desde 2013.
La mayoría se exhiben al público por primera vez. No se trata tanto de tomas fotográficas de aspectos de lo real como de recreaciones derivadas del montaje de varias imágenes con el fin de articular en torno a ellas un estudio de la categoría estética de lo sublime de la que habló Burke en sus escritos filosóficos y a la que puso nombre Longino. El término hace alusión a la belleza extrema que sume a quien la observa en un estado de absoluta excelencia capaz de provocar un placer o un dolor, o ambos, difícilmente asimilables.
Si las series Infinito artificial y Anunciación nacen de la articulación de fotografías de picos montañosos (la primera) o de nubes (la segunda, con sus luminosos cielos, que evocan los de las pinturas con esa temática religiosa), Dioramas consta de paisajes rocosos abruptos que han sido creados por el propio Maselli a modo de maquetas y utilizando diversos fragmentos minerales.
Férreo defensor de la naturaleza, Maselli ha mirado a Friedrich o Turner a la hora de componer paisajes que empequeñecen al hombre, aunque no sean reales sino recreados. Encuentra en el paisaje una manifestación de lo sagrado, la expresión de un misterio ligado al ámbito de lo divino.
Sus fotografías son fruto de procesos lentos de paseo solitario por la naturaleza hasta encontrar el escenario y el momento adecuados para la toma de la imagen, o del conjunto de ellas que configuran sus obras. El fin último de estos trabajos es sobrecoger a quien contempla, colocarlo frente a un enigma majestuoso que le invita a cuestionar su entorno y su propio origen.
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