Fernando M. Romero atrapa una sombra

El artista cordobés Fernando M. Romero, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, regresa a este centro, a La Madraza, su espacio de cultura contemporánea, para presentar una muestra formada por pinturas, fotografías, instalaciones y vídeo en los que, como viene planteando en su producción anterior, estudia la distancia existente entre la realidad y su representación en distintos registros, así como los diferentes mecanismos que intervienen en nuestra percepción del entorno, sobre todo los relacionados con nuestra memoria y con las teorías científicas sobre la naturaleza de la luz. Sus interferencias y distorsiones ópticas nos proponen revisar cómo manipulamos nuestra visión de la realidad.

En el espacio del Crucero del Hospital Real, Romero ha llevado una instalación específica que podremos visitar hasta el 15 de abril. Es seguramente el proyecto más ambicioso que ha realizado hasta ahora y, bajo el título de “He atrapado una sombra” reúne algunos de sus trabajos de los últimos cuatro años, hasta ahora no expuestos juntos, acompañándose de la presentación, también por primera vez y en gran formato, del vídeo Un_folding_01, que el artista realizó en la Candyland Gallery de Estocolmo  durante una residencia allí.

La expresión He atrapado una sombra se ha tomado de W. H. Fox Talbot, que pronunció esas palabras cuando comenzó a difundir su obra. Fernando ha estudiado el legado de este fotógrafo y de otros pioneros del medio en el s XIX, como John Herschel o James Clerk Maxwell, para indagar en sus investigaciones científicas, su análisis de la naturaleza y sus estudios sobre el comportamiento de la luz y sobre los caminos para poder fijarla y plasmar en imágenes instantes que pudieran trascender lo efímero.

Explorar los negativos y los ensayos fotográficos de aquellos primeros fotógrafos en un tiempo en el que lo audiovisual, la imagen fotográfica en multitud de formatos, no solo es parte inherente de nuestros recuerdos sino que lleva camino de monopolizarlos, ha llevado al artista a plantear un enfoque personal y basado en distintas disciplinas sobre la naturaleza de la representación, y también a investigar cómo sería aquella etapa en la que, conociéndose ya el funcionamiento de la cámara oscura, el fisionotrazo de Guilles Louis Chretien, la reacción fotosensible de las sales de plata o los intentos de Thomas Wedgwood para trazar siluetas a escala, la fotografía comenzó a ganar vigencia como medio de representación junto a la pintura y el dibujo.

Como pintor, a Romero aquellas siluetas de Wedgwood le recuerdan al mito griego fundacional de la pintura: la hija de Butades trazaba el perfil de la sombra de su enamorado sobre la pared antes de separarse.

Las pinturas de este artista, sobre lienzo o papel, se basan a menudo en plantillas que él realiza manualmente y que generan formas de malla o redes ondulantes que evocan decoraciones tribales o modernistas. Sugieren cierta inestabilidad, quizá el momento previo a su descomposición, por eso su belleza es clara, y también inquietante, algo poderoso parece hacerla sombra.